Tabla de contenidos
Consideraciones previas.
He viajado once veces a Islandia. De ellas, cuatro ha sido en barco. Como una mera etapa en un crucero a través del Atlántico, punto final de una travesía en ferry desde Dinamarca, destino de un crucero por el Ártico profundo o comienzo y fin de un viaje a Scoresby Sund, en Groenlandia. Además, he atravesado el Breidafjörður a bordo del Baldur y mi primera vista a Heimaey fue en el ferry que une la isla con Landeyjahöfn. Por tanto, aunque mi forma preferida de recorrer Islandia sea en coche, creo tener cierto conocimiento sobre las posibilidades que la isla ofrece viajando por mar.
Como siempre, la guía que estás leyendo es un reflejo de mis experiencias y gustos personales. Que pueden coincidir con los tuyos, o no. Como crucerista, soy un «bicho raro». No me gustan muchas de las actividades que ofrecen los barcos, sobre todo los de mayor tamaño, y una vez en tierra prefiero moverme por libre. Las excursiones organizadas son siempre mi última opción.
En consecuencia, lo que vas a leer a continuación prima las actividades independientes. Aun así, si eres de los que prefieren la comodidad y seguridad de las experiencias enlatadas, también encontrarás información útil. Al menos tendrás una idea de las posibilidades que ofrece cada escala.
Viajando a Islandia en barco.
Hay varios tipos de cruceros por Islandia. Desde aquellos en los que la isla es una mera pausa en un itinerario más largo, a los que recorren con relativo detenimiento su costa. Los primeros, apenas suelen realizar dos o tres escalas en Islandia, mientras que los segundos pueden llegar a pasar hasta un par de semanas saltando de puerto en puerto, mientras circunnavegan la isla. Por supuesto, entre ambos extremos existe un amplio abanico.
Luego está el tipo de barco. Cuando Islandia es tan solo una parada intermedia, en un itinerario por el Atlántico septentrional, suelen ser buques relativamente grandes, que únicamente hacen escala en los puertos principales. Conocí Islandia en uno de estos cruceros, mientras navegábamos entre Rotterdam y Boston a bordo de un barco de Holland América. Las tres escalas que realizamos, una de ellas pasando la noche en el puerto de Reikiavik, fueron suficientes para tomar un primer contacto con la isla y quedar prendado para siempre de sus impresionantes paisajes.
Los barcos que limitan su itinerario a Islandia, o los que hacen de ésta una parte de un crucero de expedición, generalmente combinando escalas en otros lugares del Atlántico norte, también suelen recalar en puertos secundarios. Algunos incluso visitan costas remotas, o fiordos en los que no existe un puerto como tal. La posibilidad que tienen estos buques de desembarcar mediante zódiac les da una gran flexibilidad. También he viajado en este tipo de crucero.
Por último, aunque no se trate de un crucero propiamente dicho, está la posibilidad de llegar a Seyðisfjörður a bordo del Norröna. Un ferry que, durante buena parte del año, comunica Dinamarca con las islas Feroe e Islandia. Realicé esta ruta un mes de febrero, al comienzo de mi primer viaje invernal a la Tierra de Hielo. Puedes ver su tramo final en la entrada del blog De Tórshavn a Seyðisfjörður.
La navegación.
Una de las ventajas de viajar en barco a Islandia es poder disfrutar de la isla antes incluso de llegar a tierra. Aunque los fiordos de la Tierra de Hielo no sean rivales para los noruegos, recorrerlos en barco es una experiencia mágica, que te servirá de introducción a las maravillas que encierra la isla.
Por ejemplo, la primera vez que pude ver ballenas en mi vida fue navegando por el Eyjafjörður rumbo a Akureyri. Y mi primera llegada a Seyðisfjörður, en pleno amanecer invernal, fue una de las aproximaciones a tierra más hermosas que jamás he podido disfrutar.
Más allá del puerto.
Una vez en tierra, tendrás que optar entre quedarte en las proximidades del puerto o intentar conocer el deslumbrante entorno circundante. Sea cual sea tu decisión, mi recomendación es que planifiques mínimamente tu estancia y procures tener siempre un plan alternativo. Incluso en pleno verano, el clima puede torcerse en cualquier momento. Y, créeme, en ocasiones llega a ser asombrosamente desagradable. Además, Islandia no es buen lugar para improvisaciones. Sobre todo, si es uno de tus primeros viajes a la isla.
En la ciudad.
En realidad, la única ciudad de Islandia es Reikiavik. Akureyri, la capital del norte, apenas supera los 18.000 habitantes. Alguno de los otros puertos son poco más que pequeños núcleos urbanos, en los que no hay demasiado que hacer. Si visitas Islandia por sus «ciudades» quizá acabes decepcionado.
No me malinterpretes. Reikiavik es una ciudad tranquila e interesante, y muchos de los otros puertos son lugares agradables. Pero ninguno es rival para la naturaleza deslumbrante que encontrarás apenas unos kilómetros más allá. ¿Entre visitar el Harpa o un géiser que entra en erupción cada 10 minutos, con cuál te quedarías? ¿Renunciarías a ver la mayor cascada de Europa por entrar en una pequeña iglesia, con poco más de 100 años de antigüedad?
Excursiones organizadas.
La opción sencilla es apuntarte a una excursión organizada. Si ésta es de la naviera, te dará la tranquilidad de saber que, si surge algún problema, el barco te esperará. Si es independiente, no dispondrás de esta ventaja, pero al menos podrás contar con que los guías conocen el entorno y calcularán los tiempos con suficiente margen para no tener ningún contratiempo.
En cualquier lugar del mundo, este tipo de excursión tiene el inconveniente de que acabas realizando las visitas que alguien ha decidido por ti, a un ritmo sobre el que no tienes ningún control. En Islandia, además, te perderás buena parte de la esencia de la isla. Para mi, la soledad y el recogimiento que ofrecen sus paisajes desolados son un componente esencial de su encanto. Algo que será difícil disfrutar si vas empaquetado con otras 50 personas.
Alquilar un vehículo.
Mi consejo personal es que alquiles un coche y te muevas a tu ritmo. Muchas de las carreteras de Islandia son estrechas, pero apenas suelen tener tráfico y, siempre que utilices las rutas principales, tanto su trazado como su nivel de mantenimiento es razonable. Antes de seguir, quizá te interese leer la entrada del blog dedicada a la conducción en Islandia: Conducir en Islandia, la guía completa.
Deberás tener en cuenta que las carreteras en Islandia cunden muy poco y que un brusco empeoramiento de las condiciones atmosféricas puede acabar retrasándote. En ese sentido, mi recomendación es que no planifiques rutas demasiado ambiciosas, sobre todo si es tu primer viaje a la isla. Organízate para regresar a puerto con al menos con hora de margen, por si tienes algún imprevisto. Si todo va bien, siempre podrás emplear ese tiempo en dar un breve paseo por las inmediaciones.
Los problemas.
Viajar en barco también tiene sus desventajas. La primera, inherente a todo crucero, será tu falta de control sobre los lugares y tiempos de escala. En Islandia hay tanto que ver, que lo primero apenas supone un inconveniente. Cualquier puerto estará rodeado de lugares fascinantes. En cambio, la falta de tiempo puede ser un serio problema. Por poner un ejemplo, ¿se pueden visitar los alrededores de Húsavík en una jornada? La respuesta es sencilla: no. Tan solo el cañón de Jökulsárgljúfur puede consumir todo el tiempo disponible en una escala. Tampoco es posible visitar en un único día todo el mágico entorno del lago Mývatn. Y aún nos quedarían más maravillas por conocer, como el extraño Leirhnjúkur. Húsavik daría, tranquilamente, para una escala de tres días. Algo que ningún crucero va a hacer. Aunque, siendo sincero, tampoco conozco a nadie que haya pasado dos noches seguidas en la pequeña ciudad.
También deberás tener en cuenta que una parte de la isla estará fuera de tu alcance. Quizá con la única excepción de Kaldadalsvegur, te será imposible recorrer sus fascinantes Tierras Altas. Además, será complicado llegar a la zona más meridional de la isla. No existe ningún puerto en los 252 kilómetros que, en linea recta, separan Landeyjahöfn de Höfn. Incluso los cruceros de expedición lo tienen complicado. Las tan hermosas como enormes playas negras que jalonan este tramo de costa, se han ganado a pulso su fama de peligrosas y traicioneras. Por tanto, tus posibilidades de visitar lugares como Skaftafell serán bastante escasas.
Luego está el eterno temor de todo aquel que viaja en crucero: perder el barco. Si visitas Islandia como parte de un viaje más largo, esto puede ser un desastre. Por ejemplo, en nuestro primer viaje a la isla, la escala siguiente a Reikiavik era Nanortalik. Un remoto puerto de Groenlandia, al que habría sido casi imposible llegar por nuestros medios. Y, aunque lo hubiéramos logrado, tampoco habría servido de nada. La acumulación de hielo obligó al capitán a cambiar la escala por otra en Narsaq, a casi 100 kilómetros de distancia.
Pero incluso si el barco salta de puerto en puerto dentro de Islandia, llegar de un lado a otro de la isla puede ser complicado. Ten en cuenta que el transporte público es casi inexistente, fuera de Reikiavik y su periferia. Además, tanto las distancias como las carreteras son muy engañosas. Recuerdo que, en nuestro crucero transatlántico, pensaba ingenuamente que, de perder el barco en Akureyri, no nos costaría demasiado retomarlo en Ísafjörður, tan solo 233 kilómetros más al oeste. En realidad, la distancia por carretera es de 533 kilómetros que, según Google, te llevarán casi 7 horas de conducción. Ahora conozco la ruta de sobra y sé que, hasta con buen tiempo, resultaría complicado llegar en menos de 8. Además, no hay absolutamente ninguna posibilidad de viajar en autobús o vuelo directo. Tus únicas opciones serán alquilar un coche y que te permitan devolverlo en otra ciudad, o conseguir que un taxi quiera llevarte. Ninguna será barata.
Los puertos.
A continuación, encontrarás información útil para cada escala. Solo mencionaré puertos que conozco personalmente. Bien por haber desembarcado en sus muelles o, al menos, por haberlos recorrido. Comentaré en cada caso los lugares de atraque, posibles visitas o excursiones y vínculos a entradas del blog que pueden serte útiles.
Si vas a visitar algún puerto que no esté mencionado en la guía, puedes preguntar en la sección de comentarios. Conozco prácticamente todas las localidades costeras de Islandia. Aunque no pueda darte información de primera mano sobre el puerto, al menos podré orientarte con su entorno.
Comenzaré desde Reikiavik, recorriendo la isla en el sentido de las agujas del reloj. Más allá de las explicaciones, los vínculos te llevarán a otras entradas del blog, donde podrás ampliar la información sobre el lugar o sus alrededores.
Reikiavik.
Con 122.000 habitantes, que se convierten en 210.000 si añadimos su área metropolitana, Reikiavik concentra buena parte de la población, instituciones y actividad económica de Islandia. Lo que, en cierto modo, hace de la ciudad la parte menos singular de la isla. Aquí encontrarás un entrono muy parecido al que puedes disfrutar en muchas otras ciudades del norte de Europa. Agradable, pero en absoluto excepcional.
El puerto.
La capital de Islandia es también el principal puerto de la isla. Los barcos pueden atracar en dos ubicaciones. La mayor parte lo hace en la terminal de cruceros de Skarfabakki. En línea recta, menos de 4 kilómetros al este del centro de la ciudad. En un día agradable, es perfectamente posible llegar andando hasta el centro, dando un tranquilo paseo por Sæbraut. Además de recorrer la fachada marítima de Reikiavik, pasarás junto a alguno de sus lugares emblemáticos, como el Viajero del Sol o el Harpa.
También es posible que atraques en el puerto antiguo, a un paso del centro. Es una opción muy cómoda, pero tan solo la utilizan los barcos de dimensiones reducidas. Generalmente, aquellos que realizan cruceros de expedición. Aún así, sigue existiendo la posibilidad de que, si los muelles de Skarfabakki están despejados, acabes en esa terminal.
La ciudad.
Si hay una ciudad de Islandia que merece la pena ser visitada, es ésta. Tiene varios museos, bastante comercio, numerosa hostelería y algunos edificios interesantes. A pesar de lo cual, no acostumbro a recorrer sus calles. Para ver asfalto, casas y semáforos, me quedo en Madrid. Conocí Reikiavik en la segunda jornada de una larga escala en la ciudad, que aprovechamos para dar un paseo por sus calles. Regresamos varios años más tarde, para zarpar desde sus muelles rumbo a Groenlandia. Antes, aprovechamos para revisitar la ciudad. En cualquier caso, tal como he indicado al principio, en mi opinión resulta mucho más interesante utilizar Reikiavik como base desde la que recorrer el suroeste de la isla.
Las excursiones.
En la terminal de Skarfabakki hay agencias de alquiler de coches. Tampoco resulta difícil encontrarlos en el entorno del puerto antiguo. Además, algunas empresas de alquiler se ofrecerán a llevarte el coche hasta las inmediaciones del muelle.
Reikiavik es el puerto de comienzo o fin para muchos cruceros por Islandia, Groenlandia o diversos lugares del Atlántico más septentrional. Si es tu caso, mi recomendación es que prolongues tu estancia unos días. Aunque la capital de Islandia está en una esquina de la isla, puede ser una base para conocer con más detalle el suroeste de Islandia. Otra posibilidad es desplazarte hacia el este o el norte y pasar unas noches en algún hotel de la zona. Si te decides por esta opción, puede interesarte leer la entrada del blog sobre los hoteles de Islandia.
La excursión clásica desde Reikiavik es el Círculo Dorado. Hay distintas variantes, pero tres visitas imprescindibles: Þingvellir, Haukadalur y Gullfoss. Otros lugares que, dependiendo del tiempo disponible, pueden resultar interesantes son Brúarfoss o Kerið. Si no visitas este último, la ruta es en realidad un trayecto lineal que, entre ida y vuelta desde Skarfabakki, no llegará a los 230 kilómetros, perfectamente realizable en una escala de día completo.
Si el barco va a pasar la noche en puerto y no te asustan los viajes relativamente largos, puedes ampliar el trayecto hasta la costa meridional de la isla. Además de los espacios antes mencionados, te permitirá visitar lugares como Seljalandsfoss, Skógafoss, Dyrhólaey y Reynisfjara. Es una excursión interesante pero prolongada, que no te aconsejo intentar con mal tiempo o si tienes que zarpar esa misma tarde. Puedes verla en esta entrada del blog: El Círculo Dorado y algo más.
Otra opción, para quien ya conozca el Círculo Dorado o prefiera caminos menos trillados, es visitar la península de Snæfellsnes, al norte de Reikiavik. Aunque describo la excursión en invierno, puedes ver un itinerario de una jornada en Un día en Snæfellsnes. Ten en cuenta que el clima en la península puede ser muy adverso. Recuerdo haber tenido que renunciar a recorrer su extremo occidental, en pleno mes de agosto, durante una mañana insufrible por la combinación de viento, lluvia y granizo. Tampoco te lo recomiendo si tienes que subir al barco esa misma tarde. Pero si pasas la noche en el puerto, te permitirá conocer una de las regiones más hermosas de Islandia.
La ruta más aventurera sería ir hasta Reykholtsdalur, esquivando los lugares más visitados. Hacia el norte, dejando a un lado Þingvellir, puedes detenerte en Hvannagjá. Después, recorrer el extremo occidental de la Tierras Altas de Islandia por Kaldadalsvegur, para terminar visitando Hraunfossar. El regreso lo haría por el oeste, utilizando la Ring Road. Un total de 245 kilómetros. Pueden no parecer muchos, pero ten en cuenta que una parte está sin asfaltar. No lo intentaría en una escala de un solo día, con mal tiempo o sin experiencia previa conduciendo en Islandia. Además, deberás asegurarte de que el coche que alquilas es apto para atravesar la carretera 550.
La opción más sencilla puede ser recorrer la península de Reykjanes. Quizá la zona más infravalorada de Islandia, aunque las últimas erupciones volcánicas parecen haberla puesto en el mapa. También han complicado bastante moverse por la península, que actualmente está prácticamente partida en dos mitades, tan solo comunicadas por la carretera 41. En la parte oriental, se pueden visitar el lago Kleifarvatn, el área geotermal de Seltún, los acantilados de Krísuvíkurberg o Vigdísavallavegur, aunque para esta última necesitarás un 4 x 4. En la occidental, Brimketill, Gunnuhver, Reykjanestá o Garðskagi.
Por último, está la posibilidad de visitar un volcán en erupción. Sin duda, la experiencia más intensa que vas a poder disfrutar en Islandia. O quizá en cualquiera de tus viajes. El problema es que no resulta tan sencillo. Las erupciones que se dieron entre marzo de 2021 y agosto de 2023 fueron relativamente fáciles de visitar. Tan solo había que estar dispuesto a dar una larga caminata. Y en algunas ocasiones, ni eso. El ciclo actual, que comenzó algo mas al oeste en diciembre de 2023, es mucho más complicado. Son erupciones más peligrosas y el acceso a la zona está cerrado. En Nueva guía para visitar el volcán de Islandia puedes encontrar información más detallada.
Stykkishólmur.
El pequeño puerto, con apenas 1.200 habitantes, se ubica en la costa norte de la península de Snæfellsnes. De sus muelles parte el ferry que, atravesando el Breiðafjörður, comunica la península con los Fiordos del Oeste. Puedes ver el itinerario, en sentido norte, en Una travesía invernal en el Baldur.
El puerto.
Su muelle acepta barcos de hasta 140 metros de eslora. El punto de atraque está en Stykkishólmshöfn, al final de la calle Stykkið, en pleno centro del núcleo urbano.
La ciudad.
Más allá de un puñado de edificios antiguos, su normalmente bucólico puerto y las vistas sobre el Breiðafjörður, no hay mucho que hacer en Stykkishólmur. Su principal atractivo es la posibilidad de recorrer el espectacular oeste de la península de Snæfellsnes.
Las excursiones.
La excursión más interesante desde Stykkishólmur es recorrer el occidente de la península, por las carreteras 54 y 574, para regresar desde el sur atravesando Vatnaleið por la 56. De camino, podemos visitar Kirkjufell, Saxhóll, Djúpalónssandur, Lóndrangar, Arnarstapi o Búðakirkja, entre otros lugares. Aunque no es un recorrido circular y está realizado durante el invierno y en sentido contrario, puedes hacerte una idea del itinerario en Un día en el oeste de Snæfellsnes.
El principal problema es que, hasta donde yo sé, no hay ningún lugar en el que alquilar un vehículo. No te quedará más opción que ir en una excursión organizada, probablemente de la mano de la naviera.
Patreksfjörður.
El principal centro urbano en el sur de los Fiordos del Oeste está situado en la orilla septentrional del fiordo con el que comparte nombre. Apenas supera los 700 habitantes y, pese a tener una historia relativamente prolongada, carece de edificios de interés. Como tantas localidades de Islandia, su principal atractivo reside en su espectacular entorno.
El puerto.
Los barcos, hasta un máximo de 230 metros de eslora, pueden atracar en los muelles de Aðalstræti, en el oeste del núcleo urbano.
La ciudad.
Tampoco hay mucho que hacer en Patreksfjörður. El único edificio con un mínimo interés es su iglesia, de 1907. Puedes ver mi estancia más larga entre sus calles, en medio de un temporal invernal, en Un día y medio en Patreksfjörður.
Las excursiones.
Aunque jamás he alquilado un coche en Patreksfjörður, parece entrar dentro de lo posible. Al menos, eso indican en la página web de Westfjords Adventures. Por tanto, tendrías la opción de recorrer a tu aire su espectacular entorno.
La estrella indudable de las inmediaciones es la espectacular Dynjandi, en el fondo del Arnarfjörður. El aparcamiento de la cascada más hermosa de Islandia está apenas a 88 kilómetros del puerto de Patreksfjörður. Pero no te confíes. Si en alguna parte de la Islandia habitada las distancias son engañosas, es en los Fiordos del Oeste. Parte de la ruta está sin asfaltar y tendrás que atravesar las Tierras Altas de Gláma. Un páramo desolado, que puede complicarte la excursión. Si también vas a hacer escala en Ísafjörður, mi consejo es que visites Dynjandi desde allí.
La otra opción es recorrer el extremo occidental de Islandia, visitando Látrabjarg y Rauðisandur. Aunque también tendrás que conducir sobre pistas, es una ruta más sencilla que la septentrional. Puedes ver una ruta por la zona en Una excursión desde Patreksfjörður.
Ísafjörður.
La diminuta capital de los Fiordos del Oeste se ha convertido en el tercer puerto de cruceros más frecuentado de Islandia. Un entorno espectacular, una ciudad con cierto interés y unos muelles que no paran de crecer, se han combinado para conseguir que, en algunas jornadas, la ciudad duplique su población.
El puerto.
Ísafjörður no deja de mejorar sus instalaciones, intentando acomodarse al creciente tráfico de cruceros. Recuerdo que, en mi primera visita a la ciudad, durante el verano de 2017, el MS Rotterdam tuvo que utilizar sus lanchas para el desembarco. Durante la última, en agosto de 2023, había nada menos que 4 barcos atracados en sus muelles. El mayor de ellos, con una capacidad de 2.200 pasajeros.
En cualquier caso, todos los muelles están en la península que remata la ciudad hacia el suroeste, a un paso del centro. Los barcos de mayores dimensiones atracan en Sundabakki. Los más pequeños en Mávagarður o, si tienen poco calado, en Ásgeirsbakki, en el puerto interior.
La ciudad.
Ísafjörður cuenta con algunos de los edificios más antiguos de Islandia, agrupados en torno a Neðstikaupstaður, donde también encontraremos un pequeño museo. Además, en sus calles podremos encontrar otros edificios con cierto interés, que nos permitirán apreciar un característico estilo de construcción islandés, utilizando chapa corrugada para la capa exterior. He visitado la ciudad en cinco ocasiones, recorriendo su trama urbana una y otra vez. Se puede ver mi estancia más prolongada en Un paseo por Ísafjörður.
Las excursiones.
Una de las ventajas de la popularidad del puerto es la facilidad para alquilar coche, por lo que podremos movernos a nuestro ritmo. Aunque, vista la gran cantidad de barcos que puede llegar a atracar, quizá sea buena idea reservar el vehículo con tiempo, antes de que puedan agotarse.
Una vez más, la estrella es Dynjandi. En este caso, está a 60 kilómetros. De los cuales los únicos sin asfaltar, al menos según escribo estas líneas, son los 7 últimos. El principal escollo de la ruta es el túnel de Vestfjarðagöng, que en la mayor parte de su trazado solo tiene un carril para ambos sentidos. Al menos, encontrarás que tienes la prioridad de paso durante tu regreso hacia el este.
La otra joya de la zona, la remota península de Hornstrandir, es complicada de alcanzar. Solo se puede visitar mediante excursiones en barco y, salvo que la naviera organice alguna, creo que es demasiado arriesgado intentarlo. El más mínimo inconveniente te puede dejar en tierra. Y, en los Fiordos del Oeste, los inconvenientes se dan con relativa frecuencia.
Otra opción, si no alquilas coche, es visitar la isla de Vigur, adentrándote en el fiordo hacia el este. Hay excursiones organizadas desde Ísafjörður y algunas navieras también la visitan. Aunque nuestro recorrido por la isla acabó siendo un tanto decepcionante, puedes consultarlo leyendo En la isla de Vigur.
Regresando al coche, si sales de Ísafjörður hacia el norte, por la carretera 61, a tan solo 12 kilómetros llegarás al Museo marítimo de Ósvör, donde podrás comprobar las difíciles condiciones en las que, hasta muy recientemente, transcurría la vida de los pescadores de Islandia. Un poco más allá de Bolungarvik, recorriendo la pista que asciende hasta el Bolafjall, llegarás a uno de los miradores más espectaculares de Islandia. Antes de subir, asegúrate de que no haya niebla.
En De Heydalur a Ísafjörður puedes ver una ruta de este a oeste, por la orilla meridional del Ísafjarðardjúp. En su primera parte, está la ruta el este de Ísafjörður. En la segunda, al noroeste, visitando los antes mencionados Ósvör y Bolafjall. Si prefieres ir hacia el sur, sin llegar a Dynjandi, puede venirte bien la entrada sobre nuestro primer día en los Fiordos del Oeste. Por último, si quieres hacerte una idea de cómo puede ser una excursión organizada por la zona, puedes ver una de las pocas que he hecho en Una excursión desde Ísafjörður.
Siglufjörður.
La pequeña localidad de Siglufjörður es una de las más septentrionales de Islandia. Situada en el fiordo homónimo, cerca del extremo norte de Tröllaskagi, apenas 46 kilómetros la separan del círculo polar ártico.
El puerto.
Los barcos, con una eslora de hasta 200 metros, pueden atracar en Hafnarbryggja, junto al centro. Si se da la improbable circunstancia de que coincidan dos buques, el segundo atracaría en Óskarsbryggja, un poco más al norte. En ambos casos, un breve paseo nos llevará al corazón de la pequeña localidad.
La ciudad.
Siglufjörður es uno de los núcleos urbanos más atractivos de Islandia. No tiene grandes edificios, pero la ubicación del puerto, en medio de un hermoso fiordo, es espectacular. Puedes ver nuestra primera visita en esta entrada del blog.
A esto une uno de los mejores museos de Islandia. El Museo del Arenque de Siglufjörður te permitirá conocer la interesante historia de la ciudad, íntimamente ligada al auge y caída de las pesquerías en las frías aguas del Atlántico septentrional.
Las excursiones.
Otro puerto en el que puede resultar imposible contratar un coche de alquiler, por lo que nos veremos limitados a las excursiones que ofrezca la naviera.
Siglufjörður está en una posición periférica, muy cerca del extremo septentrional de la espectacular península de Tröllaskagi. Si las nubes están altas, hace un día razonablemente agradable y has conseguido medio de transporte, la ruta por Lágheiði, atravesando uno de los paisajes más agrestes de Islandia, puede ser una buena opción. La describo en Lágheiði: en el interior de Tröllaskagi por la carretera 82.
Akureyri.
La capital del norte de Islandia es también el segundo puerto de cruceros dela isla. Al relativo interés de la ciudad se une una región llena de lugares deslumbrantes y un fiordo por cuyas aguas es un auténtico placer navegar. Puedes ver la primera vez que lo atravesé en esta entrada del blog y la segunda en esta otra.
El puerto.
La escala es tan popular que, en un puerto que se desparrama por la orilla suroriental del fiordo, los posibles lugares de atraque se reparten a lo largo de casi tres kilómetros. Desde los apartados muelles de Krossanes, más de 2 kilómetros al norte del centro, hasta Torfunefsbryggja, junto al corazón de la ciudad. Aunque, en mi experiencia, lo normal es acabar atracando en Oddeyrarbryggja o Tangabryggja, también muy cerca del centro.
La ciudad.
Akureyri es la capital «de facto» del norte de Islandia, por lo que tiene un tejido comercial razonablemente desarrollado. Más allá de algunos edificios con cierto estilo, destacan Akureyrarkirkja, su iglesia principal, y el jardín botánico.
Las excursiones.
Aquí resulta sencillo alquilar un vehículo. Algunas agencias tienen oficina en las inmediaciones de Oddeyrarbryggja. Otras, te acercarán el coche al lugar en el que atraques. Si a esto unimos que la Ring Road pasa a escasos metros de los muelles, podremos movernos por libre con gran facilidad.
La excursión más habitual es hacia el este, recorriendo la Ring Road en dirección a Goðafoss y el lago Mývatn. Puedes ver nuestra primera excursión en Islandia, precisamente por esta ruta, en la entrada Escala en Akureyri. Entonces no existía el túnel de peaje de Vaðlaheiðargöng. Algunas agencias de alquiler ofrecen la opción de pagarlo al reservar el coche. Si no estás seguro de ir a utilizar el túnel, es muy sencillo pagar por internet, hasta 24 horas después de atravesarlo, accediendo a su página web.
Otra posibilidad, por rutas menos transitadas, es recorrer la orilla occidental del Eyjafjörður por la carretera 82. Describo una excursión similar, realizada durante una escala en agosto de 2023, en la entrada Un día en Tröllaskagi. Ten en cuenta que deberás conducir por carreteras sin asfaltar y atravesar un paso de montaña. No te recomiendo intentarlo en una jornada con mal tiempo o si careces de experiencia conduciendo en Islandia.
Húsavík.
La capital del avistamiento de ballenas de Islandia es un pequeño puerto, con 2.300 habitantes. Un lugar tranquilo en la orilla oriental de la amplia bahía de Skjálfandaflói, frente a la salvaje costa de Flateyjarskagi.
El puerto.
Los barcos de hasta 90 metros de eslora pueden atracar en Þvergarður, en la parte exterior de uno de los malecones del puerto viejo. Aquellos con una eslora inferior a 120 metros tienen disponible Norðurgarður. Ambos permiten llegar al centro dando un corto paseo.
La ciudad.
El principal atractivo de Húsavík es su puerto. Muchos de los barcos que se dedican al avistamiento de ballenas son embarcaciones tradicionales, que crean un hermoso ambiente nostálgico. En Amanecer en el puerto de Húsavík se puede ver un tranquilo paseo invernal por sus muelles.
Por lo demás, aunque Húsavík sea el primer lugar de Islandia en el que se asentaron los escandinavos, carece de edificios históricos. El más antiguo es su peculiar iglesia, construida en 1907. Algún otro edificio antiguo, varios pequeños museos y los animados locales que flanquean el puerto complementan la oferta.
Las excursiones.
Hay un par de agencias de alquiler de coches, ambas en las inmediaciones del puerto, por lo que en principio debería ser relativamente sencillo visitar la zona a tu ritmo.
La primera opción es hacer la ruta conocida como Círculo de Diamante. Puedes ver un recorrido en esta entrada del blog: Un día en el Círculo de Diamante. Aunque, yendo en crucero, en lugar de la carretera 864 utilizaría la más civilizada 862. Por lo demás, el principal «inconveniente» de la ruta es que contiene tantos lugares fascinantes, que no podrás visitarlos todos durante el tiempo disponible en una escala. Tendrás que elegir y te aseguro que no es fácil.
Otra posibilidad es limitar tu itinerario al lago Mývatn. Por ejemplo, bajar hacia el sur por la 845, visitar Skútustaðir, Hofði, Dimmuborgir, Hverfjall y, si te queda algo de tiempo, Grjótagjá, para regresar a Húsavik por la 87. Un total de 135 kilómetros. Ten en cuenta que algunos de los lugares mencionados son muy extensos. Si quieres visitarlos todos, no podrás realizar los recorridos más largos. Por ejemplo, en Dimmuborgir o en Hverfjall, puedes emplear más de dos horas en realizar la senda más prolongada. Otra opción, que personalmente recomiendo, es centrar tu recorrido en estos dos emplazamientos y conocerlos en profundidad.
Seyðisfjörður.
El único puerto de Islandia unido mediante una línea regular de ferry al resto del mundo, Seyðisfjörður se ubica al fondo del fiordo homónimo, rodeado de un paisaje deslumbrante.
El puerto.
Los barcos con menos de 170 metros de eslora pueden atracar en Strandarbakki. Siempre que no coincidan con el ferry Norröna, en cuyo caso el desembarco se realizará mediante lanchas, en un pantalán cercano. Los que no llegan a 150 metros también pueden atracar en Bjolfsbakki. Todos están a un paso del centro de la pequeña población.
La ciudad.
Seyðisfjörður, fundada en 1848, es una de las localidades con menos historia de Islandia. A pesar de lo cual tiene una trama urbana que, para lo habitual en la Tierra de Hielo, se puede calificar como interesante. La estrella del lugar es su iglesia, que ocupa el emplazamiento actual desde 1920. La foto del arco iris de Norðurgata con la iglesia azul al fondo es una de las más repetidas en toda la isla. En Tarde de verano en Seyðisfjörður puedes ver una breve visita a la ciudad y en Una larga escala en Seyðisfjörður, otra bastante más prolongada.
Las excursiones.
No hay ninguna agencia de alquiler de coches en Seyðisfjörður, aunque parece existir la posibilidad de que te acerquen uno desde el no tan lejano aeropuerto de Egilsstaðir, a 30 kilómetros. El problema puede ser el precio, en un país ya de por sí caro.
Disponiendo de vehículo, la excursión a priori más interesante sería la cascada de Hengifoss. De camino, se puede visitar el lago Lagarfljót. Una posibilidad es ir por una orilla y regresar por otra, como puedes ver en esta entrada del blog: Alrededor del Lagarfljót. En verano, no debería ser tan complicado. Otra, si te sobra tiempo, es seguir por el tramo asfaltado de la carretera 910 hasta la presa de Kárahnjúkar, desde donde podrás ver lo que queda del cañón de Hafrahvammagljúfur. Aunque, entre ida y vuelta, te irás a los 250 kilómetros.
También puedes visitar Borgarfjörður, una de las localidades más remotas de Islandia. Entre ida y vuelta, serían casi 200 kilómetros, si te acercas hasta Hafnarhólmi, uno de los mejores lugares de Islandia para el avistamiento de aves, frailecillos incluidos. Puedes ver una excursión por la zona, en invierno, en esta entrada del blog.
Los fiordos que hay al sur de Seyðisfjörður también son hermosos, pero no creo que la diferencia con éste merezca el esfuerzo extra que supondría alquilar un coche. En su lugar, puede resultar más interesante dar un tranquilo paseo por el fiordo en el que te encuentras. Una opción sencilla es acercarse hasta el valle del río Vestdalsá, donde hay varias cascadas y una pequeña ruta de senderismo. Puedes ver un recorrido parcial de la misma en Un paseo hasta Selbrekkufoss.
Otro lugar interesante en el fiordo, sobre todo si te gusta el avistamiento de aves, es Skálanes. Está demasiado lejos como para ir andando (34 kilómetros entre ida y vuelta) y su «carretera» tiene varios vados un tanto complicados, pero algunas navieras ofrecen excursiones organizadas. Puedes ver un ejemplo en la entrada Una excursión a Skálanes.
Djúpivogur.
Ubicada cerca de la boca del Berufjörður, Djúpivogur es la población más meridional de los Fiordos del Este. A su espalda se eleva la imponente silueta de Goðaborg, una de las montañas más hermosas de Islandia.
El puerto.
Los barcos cuya eslora no exceda los 110 metros pueden atracar en Gleðivík, a menos de un kilómetro del centro de la población. En el paseo entre el muelle y el pueblo encontraremos una serie de «esculturas», conocidas como Eggin í Gleðivík (los Huevos en Gleðivík). Una controvertida obra del artista Sigurður Guðmundsson. En el puerto antiguo, a un paso de Langabúð, hay un pantalán donde atracan las lanchas de los barcos de mayores dimensiones.
La ciudad.
Langabúð, construido en 1790, es uno de los edificios más antiguos de Islandia. En su interior hay un pequeño museo y un local, donde podrás tomar uno de los peores cafés del mundo. Al menos, es el peor que jamás he podido «disfrutar» personalmente. Para compensar el mal trago, si realizas una consumición te regalan la entrada al museo.
En las inmediaciones hay otro diminuto museo, Steinasafn Auðuns, en el que podemos ver una muestra de minerales de la zona. Al propio interés de los minerales, se une la pasión con las que su propietario nos explicará el origen de cada roca. Todas han sido recogidas y trabajadas personalmente por él.
En Escala en Djúpivogur puedes ampliar la información sobre la pequeña localidad.
Las excursiones.
Otro lugar en el que es imposible encontrar coche de alquiler, por lo que nuestras opciones estarán limitadas a lo que decida la naviera.
A priori, la excursión más interesante es siguiendo la Ring Road hacia el suroeste. En mi opinión, con visitar la espectacular costa entre Lækjavik y Hvalnes, deteniéndose a continuación en Eystrahorn y Vestrahorn, sería más que suficiente para completar una jornada inolvidable, en un recorrido que no alcanza los 200 kilómetros. Algunas navieras prolongan la ruta hasta Jökulsárlón y la playa de Breiðamerkursandur (también conocida como Diamond Beach), a 174 kilómetros de Djúpivogur. Un lugar interesante pero, en mi opinión, demasiado alejado. Pasarás demasiadas horas en el autobús y pocas en las visitas.
En dirección contraria, recorriendo el Berufjörður, podemos visitar la cascada de Sveinsstekksfoss y, en la orilla contraria, Blábjörg, con una espléndida vista sobre las montañas que flanquean el fiordo por el suroeste. Más allá, la Ring Road zigzaguea de fiordo en fiordo hasta llegar a las inmediaciones de Reyðarfjörður, donde se separa del mar, camino de Egilsstaðir. Aunque sean recorridos invernales, puedes hacerte una idea visitando Los Fiordos del Este y De Djúpivogur a Egilsstaðir.
Vestmannaeyjar.
Las «Islas de los Hombres del Oeste» se ubican en la costa meridional de Islandia, frente al célebre Eyjafjallajökull. Tan solo Heimaey, la mayor de todas, tiene población estable. Su nombre se traduciría como «Isla del Hogar«.
El puerto.
Los cruceros de dimensiones más reducidas atracan en pleno centro de la ciudad, frente a Ægisgata. Si el barco es de mayores dimensiones, fondeará en el canal que lleva al puerto o en las inmediaciones de la bocana y desembarcará el pasaje con lanchas, igualmente en las inmediaciones del centro.
Siendo una isla, también entra dentro de lo posible que llegues en ferry desde el cercano puerto de Landeyjahöfn. En este caso, atracarás en el extremo septentrional de Skildingarvegur, también en pleno casco urbano. En Una excursión a Heimaey puedes ver nuestra primera visita a la isla, realizada mediante el ferry. La segunda, durante un crucero, está en Escala en Heimaey.
La ciudad.
Vestmannaeyjar tiene en la actualidad unos 4.500 habitantes. Una población notable, tratándose de la despoblada Islandia. Además, al estar en una isla, la pequeña ciudad tiene un poco de todo, por lo que no faltan los comercios, locales de hostelería o museos. Además, el núcleo urbano ocupa una parte substancial de la isla. Prácticamente puedes limitar tu visita al mismo.
Quizá la visita imprescindible sea Eldheimar, el museo sobre la erupción de 1973, que estuvo a punto de acabar con la localidad. Desde el museo podrás subir al volcán Eldfell, recorriendo una senda de 1.900 metros de longitud.
Más cerca del puerto, encontrarás Stafkirkjan, una réplica de las características iglesias medievales de madera que construían en Noruega. Hacia el oeste, en Herjólfsdalur, hay una reproducción de la granja de Herjólfur.
Las excursiones.
Parece que hay alguna agencia de alquiler en el pequeño aeropuerto local. Pero, siendo sincero, no creo que merezca la pena alquilar un coche para visitar una isla cuya superficie apenas supera los 13 km².
El lugar más alejado al que vas a poder llegar es el faro de Stórhöfðaviti, en el sur de la isla, a poco más de 6 kilómetros del puerto. Un poco antes de llegar al faro, encontrarás un desvío al oeste que lleva a Fuglaskoðunarhús. Un lugar perfecto para el avistamiento de frailecillos.
Conclusión.
Como comenté en el comienzo, esta no es una lista exhaustiva de los lugares en que podrías atracar durante un crucero por Islandia. Por ejemplo, no he incluido Djúpavik. Un lugar tan interesante como extraño, en el que hacen escala algunos buques de Hurtigruten. O el Arnarfjörður. Un fiordo por el que tuve la suerte de navegar durante un crucero entre Tromsø y Reikiavik. La lista sería interminable y he preferido ceñirme a las escalas más habituales. Aún así, creo que he logrado batir ampliamente mi propio récord de longitud en una entrada en el blog.
Mapas.
En el siguiente mapa puedes ver todos los puertos reseñados en la entrada. Los marcadores están localizados en el lugar donde, en principio, es más probable que atraques. Aunque todo dependerá del barco en el que viajes y del número de buques que haya en cada momento.
En este otro, están todas las entradas del blog sobre Islandia. Pinchando en cada marcador, podrás acceder a la entrada correspondiente.
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Para ampliar la información.
También se puede encontrar un artículo en la web de la revista Traveler: https://www.traveler.es/articulos/islandia-en-crucero.
En inglés, mucho más completa la entrada en Guide to Iceland: https://guidetoiceland.is/travel-info/travelling-to-iceland-by-cruise.
Cruise Iceland tiene una web llena de información sobre buena parte de los puertos de la isla: https://www.cruiseiceland.com/.
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