El lago Kleifarvatn

Kleifarvatn es, con 9 kilómetros cuadrados de superficie, el mayor lago de la península de Reykjanes. También es uno de los más profundos de Islandia, alcanzando los 97 metros. Ubicado en una de las zonas de fisura de la península, se caracteriza por no tener un desagüe natural en superficie. En otras palabras, no hay ningún río que salga del lago. Tampoco hay corrientes de agua que lo alimenten, más allá de un pequeño aporte de aguas termales desde Seltún, por lo que se cree que su nivel se regula con el de las aguas freáticas de la zona.

En el año 2000, tras un terremoto de magnitud 6,5, el lago comenzó a perder volumen. Aparentemente, se había abierto una fisura por la que estaba perdiendo agua. Llegó a disminuir su superficie en un 20%, para recuperar lentamente el nivel anterior durante 2008. Una muestra más de la cambiante geología de Islandia.

El lago también tiene su leyenda, según la cual en sus oscuras aguas viviría un mítico ser con forma de serpiente, pero del tamaño de una ballena. Y una novela de misterio, escrita por Arnaldur Indriðason, uno de los autores más populares de la isla, inspirada en la época en que sus aguas retrocedieron. Menos misteriosas son las truchas que lo pueblan, fruto de dos repoblaciones, en 1960 y 2006.

Su proximidad a Reikiavik está convirtiendo a Kleifarvatn en un destino cada vez más popular. La carretera 42 bordea su orilla occidental, ofreciendo varios puntos con vistas interesantes y curiosos contrastes entre sus oscuras aguas y las extrañas formaciones rocosas que lo rodean. También hay alguna pista en sus extremos norte y sur, pero la mayor parte de su orilla oriental tan solo es accesible andando. Por último, tras el terremoto del 2000, cerca de su extremo meridional apareció un manantial de aguas geotermales. Las frías aguas del lago, con una temperatura que oscila entre 2 y 6ºC, hacen posible bucear sobre el manantial, entre los gases y el agua caliente que desprende.