Además, a pesar de que era mi quinta visita a Ísafjörður, la última apenas seis meses atrás, no conocía ninguno de los tres destinos de la excursión. El jardín botánico de Skrúður nunca había encontrado un hueco entre mis planes. Mis dos intentos por visitar Gamla Bókabúðin, en Flateyri, tampoco habían sido fructíferos. Y las posibilidades de encontrar abierta la iglesia de una granja como Holt eran tan remotas, que ni se me había pasado por la cabeza probar suerte. Respecto a no conducir, mis sentimientos eran contrapuestos. Por una parte, me encanta recorrer las solitarias carreteras de Islandia al volante de un vehículo. Pero también es cierto que ir en autobús me permitiría disfrutar tranquilamente del paisaje, sin tener que estar pendiente de la carretera. Aunque nuestra única experiencia de una actividad «enlatada» en Islandia no había sido demasiado satisfactoria, decidimos hacer un segundo intento.
La excursión arrancó poco después de las tres y cuarto. Apenas seríamos 15 personas, en un autobús un tanto destartalado. Atravesamos la carretera 60 hasta alcanzar el Dýrafjörður. Una carretera que conocía de sobra. En cambio de la 624 apenas había recorrido sus primeros metros, por la orilla septentrional del fiordo, hasta la placa informativa sobre la Saga de Gísla que hay cerca de su comienzo. Sus siguientes 27 kilómetros llevan hasta la solitaria granja de Sæból, en el Önundarfjörður. Esta vez, tampoco llegaría a su final. Tras avanzar 5.500 metros hacia el oeste, el autobús tomó un desvío a la derecha. Otros 350 metros de pista y estábamos en el pequeño aparcamiento de Skrúður.
Skrúður, un jardín en el fin del mundo
La pequeña Holt es otra más de la infinidad de granjas que encontraremos distribuidas por toda la periferia de Islandia. Casi todas tienen su remoto orígen en el landnámsöld, cuando los primeros colonos noruegos llegaron a Islandia y se repartieron las tierras vírgenes que encontraron. En una isla donde no había ningún poder central constituido, inicialmente cada uno se apropió de aquello que encontró sin reclamar y fue capaz de defender. Algunos colonos se hicieron con extensas áreas, que posteriormente fueron fragmentando, por venta, cesión o conquista. El resultado fue una población desperdigada en pequeños asentamientos agrícolas que, durante siglos, fueron prácticamente autosuficientes.
Holt es el lugar de nacimiento de Brynjólfur Sveinsson, el obispo luterano que recuperó del olvido la Edda Poética. En 1650 sería nombrado historiador real por Federico III de Dinamarca. No aceptó el cargo, pero regresó a su Islandia natal con la promesa de recopilar todos los manuscritos que pudiera encontrar. El más destacado fue el Flateyjarbók, que permanecería custodiado en Copenhague entre 1656 y 1971. Por su labor en la preservación de varios de los más preciados incunables medievales islandeses, Brynjólfur se ha ganado un lugar en el actual billete de 1.000 coronas.
Otro breve trayecto, en esta ocasión de 10 kilómetros, nos llevó hasta la tercera y última de las paradas de nuestra excursión. Flateyri, en la orilla septentrional del Önundarfjörður, es un pequeño pueblo pesquero, con apenas 208 habitantes. En sus calles se encuentra Gamla Bókabúðin, que presume de ser la tienda más antigua de Islandia. Era la tercera vez que visitaba Flateyri. Lo conocimos en nuestra primera vista a los Fiordos del Oeste, durante una breve escala en Ísafjörður en el verano de 2017. En aquella ocasión, apenas teníamos tiempo y nos centramos en su pequeña iglesia y los estragos de la avalancha de 1995. Regresé en febrero de 2022 con el firme propósito de visitar la tienda. En una jornada invernal, con un clima deplorable, la encontré cerrada.
Esta vez, parecía difícil fallar. A las cinco y cuarto de la tarde, el autobús se detenía en la misma puerta de Gamla Bókabúðin. La Antigua Librería, como se traduciría su nombre desde el islandés, lleva desde 1914 en manos de sucesivas generaciones de la misma familia. En todos estos años, el mobiliario apenas ha sufrido algún cambio, convirtiendo la tienda en una especie de museo. Aunque es un museo vivo, pues sigue vendiendo libros, recuerdos y café. Además de ofrecer alojamiento. Como nota curiosa, los libros usados se venden al peso: 1 kilo de libros por 1.000 coronas islandesas.
El edifico es aún más antiguo. Fue levantado en 1898 y ampliado en 1906, cuando abrió sus puertas la predecesora de la tienda actual. En 1914 los hermanos Jón, Jens y Kristján Eyjólfsson fundarían Bræðurnir Eyjólfsson (Hermanos Eyjólfsson). Al año siguiente, Jón y su esposa Guðrún se mudarían al apartamento contiguo. La antigua residencia familiar todavía se conserva tal como estaba en 1950, cuando falleció Jón.
Frente a Gamla Bókabúðin encontraremos una pequeña construcción de madera, con sus paredes pintadas de negro. Levantado en 1867 como almacén de pescado, Svarta Pakkhúsið (la Casa Negra de Empaquetado) es el edificio más antiguo de Flateyri. En 1956 dejó de emplearse para su propósito inicial y en 2011 se decidió trasladarlo a su actual ubicación, donde se utiliza para exhibiciones temporales. El día de nuestra visita, podríamos haber visitado una sobre el skreið, el pescado seco islandés, y su importancia en la historia de la isla. Parecía interesante, pero apenas tuvimos cinco minutos para echar un vistazo rápido, antes de tener que reanudar nuestra ruta.
Aunque, en realidad, lo único que faltaba era regresar a Ísafjörður, donde llegamos al filo de las seis y media de la tarde. Tres horas y cuarto para una excursión que, de haber realizado por libre, por lo menos nos habría llevado cinco. El recorrido fue interesante, al igual que los lugares que visitamos, pero nos faltó tiempo para disfrutarlos con la calma que merecían. Sobre todo en Skrúður, donde tranquilamente habríamos multiplicado por tres el tiempo de estancia. Tampoco pudimos curiosear entre los libros usados de Gamla Bókabúðin. Ese es el problema de ir en un grupo guiado. Ni eliges los lugares, ni los tiempos.
Para ampliar la información.
El blog El Descanso del Escriba tiene una entrada sobre la Antigua Librería de Flateyri: https://descansodelescriba.blogspot.com/2019/01/brurnir-eyjolfsson-la-vieja-libreria-de.html.
En https://depuertoenpuerto.com/entre-islandia-y-groenlandia/ encontrarás el itinerario completo del crucero.
En inglés, la página oficial de Gamla Bókabúðin está en https://flateyribookstore.com/.
La web nat.is tiene una breve entrada sobre la iglesia de Holt: https://nat.is/holt-church/.
La página sobre Flateyri en la web oficial de turismo de los Fiordos del Oeste está en https://www.westfjords.is/en/destinations/towns/flateyri.
Me atraen siempre de forma casi hipnótica tus artículos. Esa soledad que expresas, imperante en el paisaje y pueblecitos islandeses parece hacerse presente de otra forma a través de tus descripciones, detalladas y evocadoras. Lo que me inquietaría sería una avería del coche o un pinchazo en medio de esa soledad. Por lo demás, los parajes que nos muestras son un idóneos para recrearse en esa belleza y dedicar tiempo a la meditación.
Gracias por compartir tan buenos contenidos.
Saludos cordiales.
Gracias Marcos. Aunque, en realidad, esta excursión en concreto no la hice en solitario. Ni tan siquiera en pareja, pues íbamos en un pequeño grupo de unas 15 personas.
En cualquier caso, una de las ventajas de Islandia es su espléndida cobertura de telefonía móvil. Algo que, unido a la eficacia de sus servicios de emergencia, te permite recorrer los parajes más solitarios con relativa tranquilidad.