Un itinerario invernal al noreste de Hvalnes, con la península de Vattarnes como destino final. Recorro parte de la Ring Road, mientras atravieso la sección meridional de los Fiordos del Este,
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Recorro la Ring Road, en su tramo por la costa suroriental de Islandia, durante una desapacible mañana de febrero. De camino, me detengo en las inmediaciones de Hjörleifshöfði, Stjórnarfoss, Lómagnúpur, Háalda y Kvíárjökull. Llego a Höfn con las últimas luces del día.
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Un recorrido invernal por la parte baja de Kerlingarfjallavegur y la sección meridional de Kjalvegur, en Kjölur, mientras descendemos desde Ásgarður, en Kerlingarfjöll, hasta Skjól, en el nordeste del Círculo Dorado.
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Un recorrido invernal por la parte meridional de la ruta de Kjolur, en las Tierras Altas de Islandia. Atravesamos parte de la carretera 35 (Kjalvegur), para luego desviarnos por la F347 hasta llegar a Ásgarður.
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Un recorrido invernal entre el valle de Lundarreykjadal y Brattholt, en las inmediaciones de Gullfoss. La nieve me obliga a dar un rodeo por el oeste, que aprovecho para recorrer Hvalfjörður y Kjós. Después, bordeo el sur del lago Þingvallavatn, para terminar visitando Brúarfoss.
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Recorro buena parte de Vesturland, desde las inmediaciones de su extremo occidental, hasta uno de sus valles más meridionales, en una larga jornada de invierno, típicamente islandesa. De camino, visito lugares como la extraña costa de Arnarstapi o el cráter de Saxhóll.
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Tras un breve rodeo por el suroeste de la península de Reykjanes, me dirijo hacia el norte, para visitar la península de Snæfellsnes. De camino a mi destino, en el hotel Búðir, visito el cráter de Eldborg í Hnappadal. Dicen que es el más hermoso de Islandia.
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En la última jornada de mi tercer periplo invernal por Islandia, recorro el suroeste de la isla. Tras un intento fallido de visitar Nauthúsagil, me detengo en Skálholt, Eldborg við Geitahlíð, Seltún y Brimketill.
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Itinerario invernal entre Húsavík y el lago Mývatn, en el norte de Islandia, en un día de invierno con las temperaturas extraordinariamente bajas, pero sin viento. Uno de los días más mágicos que jamás he podido disfrutar en Islandia.
