El río Hvítá nace en el lago Hvítárvatn, que a su vez tiene su origen en el deshielo del glaciar Langjökull, el segundo mas grande de Islandia. Tras recorrer unos 40 kilómetros, de forma súbita el río se despeña en una grieta del terreno, formando una de las cascadas mas espectaculares que he visto en mi vida.

Vista general de Gullfoss

Vista general de Gullfoss.

Gullfoss es en realidad una cascada doble. La primera, de unos 11 metros de desnivel es, dentro de su belleza, relativamente normal. En cambio la segunda es asombrosa. El río prácticamente desaparece en un salto de 21 metros, engullido por una grieta del terreno. Se cree que la grieta tiene su origen en lo que en Islandia denominan «jökulhlaup»: una formación creada por el agua fundida durante una erupción volcánica bajo un glaciar. El volumen de agua y la estrechez del lugar provocan que el abismo esté lleno de agua pulverizada, por lo que es virtualmente imposible ver su fondo.

El río Hvítá aguas abajo de Gullfoss

El río Hvítá aguas abajo de Gullfoss.

Por si esto fuera poco, ambas cascadas forman un ángulo de casi 90 grados, de forma que prácticamente se tocan en su extremo derecho, donde hay un mirador sobre la roca que separa ambos saltos de agua. Después de la segunda cascada, mas allá de la neblina, el río prosigue su curso zigzagueando entre las abruptas paredes del cañón. El conjunto es uno de los lugares mas impactantes que he podido contemplar.

Llegamos a Gullfoss poco antes de las seis de la tarde. Primero fuimos al parking superior, junto al centro de visitantes. A su izquierda, nace un sendero de madera, que lleva a una serie de miradores sobre la cascada. El primero de ellos está casi alineado con el curso superior del río, de forma que ambos saltos de agua se ven prácticamente uno detrás de otro. La vista es impactante, pero es solo un anticipo de lo que te espera. Desde arriba, vimos el sendero inferior, que conduce a un saliente rocoso que hay en el extremo derecho de las cascadas, donde casi se tocan entre ellas. Inmediatamente decidimos bajar.

El volumen de personas nos impidió ver la escalera que permite descender andando, por lo que cogimos de nuevo el coche y bajamos al parking inferior. De éste sale un camino asfaltado, que desciende en dirección al saliente rocoso que habíamos visto desde arriba. Aunque el camino está en perfecto estado, hay que llevar buen calzado, pues todo está empapado y hay zonas resbaladizas. También hay que llevar ropa impermeable, o estar dispuesto a mojarse. El volumen de agua pulverizada por Gullfoss es increíble.

Cascada inferior de Gullfoss

Cascada inferior de Gullfoss.

Sin duda, acercarse al saliente fue lo mejor de la visita. El camino pasa junto a la grieta en la que se precipita la cascada inferior. Es, con diferencia, la zona donde mas agua en suspensión hay. Pero es imposible resistir la tentación de parar, aunque sea brevemente, e intentar ver el fondo del barranco. Aun a costa de acabar empapado, al igual que la cámara de fotos.

En comparación, la plataforma de roca que hay entre ambas cascadas está algo mas seca. Pero la vista es espectacular. Da la sensación es de estar en medio del río. El agua que llega a la primera caída, algo por encima del nivel de tu cabeza, parece venir directamente hacia ti. Un poco antes de alcanzarte, se precipita en el primero de la serie de pequeños saltos que forman la cascada superior. Girando noventa grados a la derecha, puedes ver como el mismo agua se precipita al vacío en la segunda cascada. La grieta en la que cae el río es tan angosta que parece que el agua va a acabar estrellándose contra la pared de enfrente. Después de llegar al fondo, generando una nube de agua pulverizada, el río, sin otra escapatoria, gira bruscamente a su izquierda y sigue su curso entre paredes verticales de roca, perdiéndose tras un recodo del angosto cañón.
Sin duda, Gullfoss me impresionó. La extraña geometría formada por el conjunto de ambos saltos de agua y el zigzagueante cauce del río, unida al gran caudal que cae por las cascadas, pulverizando una asombrosa cantidad de agua y generando un ruido atronador, crean un cúmulo de sensaciones difícil de describir. Que si cabe se acrecientan por la proximidad con la que puedes disfrutarlas. No me extraña que sea uno de los lugares mas visitados de Islandia.
Algunos vínculos útiles:
Regresé a Gullfoss en una tarde, tan hermosa como gélida, del invierno de 2019. La entrada está en https://depuertoenpuerto.com/gullfoss-en-invierno/.

En https://depuertoenpuerto.com/crucero-trasatlantico/ se puede ver el itinerario completo de nuestro crucero trasatlántico.

En El blog de viajes hay una entrada con información práctica: https://www.elblogdeviajes.com/islandia/como-llegar-a-la-cascada-de-gullfoss/.

El curioso blog Islandia, humilde flor en la eternidad, tiene un largo e interesante post sobre Gullfoss: http://julio-islandia.blogspot.com/2010/09/el-oro-de-gullfoss.html.

En inglés, se puede encontrar la página oficial de la cascada en http://gullfoss.is/, aunque básicamente está llena de publicidad.

Para ver la cascada en invierno, también se puede visitar el blog de Cheryl Howardhttps://cherylhoward.com/gullfoss-waterfall-in-winter/.