Consideraciones previas.

Cuando redacté la primera guía, sabía que el entorno que describía cambiaba continuamente y, por tanto, tarde o temprano quedaría desactualizada. Lo que no imaginé fue que su vigencia no duraría ni un par de meses. De las dos sendas que detallaba, tan solo una sigue en las mismas condiciones. Por contra, hay otra senda nueva, que permite acceder a un valle en el que entonces no había el más mínimo rastro de lava. Tampoco pensaba que la entrada iba a acabar teniendo tantas visitas y ayudando a tanta gente.

Al final, he decidido escribir desde cero una guía completamente nueva, que iré actualizando según cambie la situación. Lo que aquí describo es principalmente fruto de mi experiencia personal, basada en el conocimiento adquirido en nueve excursiones, realizadas entre abril de 2021 y febrero de 2022. La entrada cambiará según vaya recibiendo noticias de la situación del volcán, sin respetar el contenido antiguo. Pretendo mantener una página limpia y concisa, no el galimatías en que se había convertido la guía original.

La senda A en invierno.

Ten en cuenta que esta guía es solo orientativa. La zona del volcán es un entorno de riesgo y cualquiera que la visite deberá estar atento al estado real del terreno y aplicar su sentido común. Ademas, cambia con una velocidad asombrosa, por lo que puede ser radicalmente distinta de la que aquí describo.

¿Dónde está el volcán?

En el interior de la península de Reikjanes, aproximadamente 33 kilómetros en linea recta al suroeste del centro de Reikiavik. Aunque, al estar en una zona relativamente remota y sin carreteras, es necesario recorrer unos 58 kilómetros para llegar en coche.

¿Cómo puedo llegar?

Lo más sencillo es hacerlo en un vehículo de alquiler, aunque también hay excursiones organizadas en autobús. La carretera que más se acerca al volcán y en la que se ubican los aparcamientos, es la 427. Desde Reikiavik, hay dos opciones para llegar. El tiempo de conducción en ambas es prácticamente el mismo: aproximadamente una hora desde el centro de la ciudad.

Ruta en coche a Geldingadalir 1.

La opción más cómoda, es ir por la autovía 41 hacia el suroeste, en dirección a Keflavfik, para luego girar hacia el sur rumbo a Grindavik. Una vez en Grindavik, girar a la izquierda siguiendo las indicaciones hacia la carretera 427, en un cruce poco señalizado nada más dejar a la derecha la gasolinera N1.

Ruta en coche a Geldingadalir 2.

La más escénica también sale de Reikiavik hacia el suroeste por la carretera 41, pero enseguida se desvía hacia el sur por la 42, con dirección a Krýsuvík. Al llegar al final de la carretera 42, hay que seguir hacia la derecha por la 427 hasta uno de los cuatro aparcamientos. Es peor carretera, pero mucho más interesante, al tener parte de su trazado junto al lago Kleifarvatn. También pasa muy cerca del área geotermal de Seltún, que puede ser un complemento perfecto para la visita al volcán. En cualquier caso, en invierno hay que tener en cuenta que esta ruta puede estar cerrada.

¿Dónde tengo que aparcar?

Hay varias zonas de aparcamiento en las proximidades de la carretera 427. Todas son de pago. 1.000 coronas islandesas al día, de 0:00 a 23:59 horas. No hay barrera, por lo que en principio puedes salir y regresar cuantas veces quieras dentro de ese horario. Para pagar es necesario tener instalada en el móvil la aplicación Parka, que funciona tanto en Android como en iOS. Dado que la cobertura en algunos aparcamientos es mediocre, lo mejor es descargar la aplicación previamente y cumplimentar los datos de tarjeta de crédito y matrícula antes de ir.

Antiguo aparcamiento.

El aparcamiento original está en estas coordenadas. Actualmente queda un poco a desmano, por lo que solo lo recomiendo si los demás estuvieran completos. Hay otro más pequeño justo al inicio de las sendas A y B, en estas otras coordenadas. Es el único que está abierto cuando hay mucha nieve.

Aparcamiento nuevo desde la senda C.

Hay otra zona de aparcamiento aquí, pero el parking más nuevo y más cercano al valle de Nátthagi está algo escondido, en concreto en estas coordenadas. Es, con diferencia, el más cercano a la senda C.

Por último, en estas coordenadas hay un zona que, al menos de momento, parece no ser de pago. Suele haber coches, pero desconozco si es legal aparcar allí y las multas de tráfico en Islandia son elevadas, por lo que yo no me arriesgaría. Además, está algo más alejada.

Las sendas.

Desde los aparcamientos, varias sendas conducen hacia las coladas de lava y la zona de la erupción.

Senda A.

Senda A.

Antes, era la senda más popular. Actualmente, aunque la preferida sea la C, la facilidad de acceso a su aparcamiento hace que, en los días duros de invierno, sea con diferencia la más utilizada si hay mucha nieve. Tras llegar al terraplén que han construido al final de la primera subida para contener la lava, en el punto marcado como final en el mapa superior, sigue ascendiendo hacia el Fagradalsfjall. Al principio por una senda en zigzag, que lleva a otro de los taludes de contención. Desde lo alto de éste, se puede ver el cono sobre la humeante masa de lava. Quien quiera seguir, puede llegar hasta al final de la senda B por un camino algo más complicado, que avanza por la ladera del monte. En invierno es muy recomendable llevar crampones y bastones de montañismo.

Senda B.

Senda B.

Es la única que parece seguir en las mismas condiciones que durante mi visita en abril, por lo que sigue siendo válida la descripción detallada del camino que se puede encontrar al principio de la entrada «Una excursión por el Fagradalsfjall«. No así la panorámica que se encontrará al final, que ha cambiado bastante, aunque es la que permite estar más cerca del cono activo. La senda lleva directamente al Fagradalsfjall, remontando su ladera por una cuesta bastante inclinada, en la que hay una gruesa cuerda para ayudar en el ascenso.

Senda C.

Senda C.

El camino más cómodo lleva desde el tercer aparcamiento, junto a la 427, hasta las inmediaciones del terraplén que han construido para intentar detener la lava en el valle de Nátthagi. Es un paseo cómodo y prácticamente plano, pero no permite ver el volcán, tan solo la colada de lava que, lentamente, ha ido rellenando Nátthagi y, con suerte, la espectacular cascada de lava que a veces desciende hacia el valle. Si alguien está interesado en esta ruta puede ver el mapa en este enlace.

El camino que refleja el mapa superior, mucho más interesante, lleva desde el aparcamiento nuevo hasta la cima del monte Langihryggur. Es un trayecto más duro, que en parte está provisto de una cuerda para ayudarse en el ascenso. Poco después del fin de la cuerda, hacia la izquierda se comienza a ver el cono del volcán, aunque la mejor vista está en la cima del monte. También ofrece buenas vistas sobre Nátthagi y todo el paisaje circundante.

La senda C tiene una prolongación extraoficial, que lleva desde el Langihryggur hasta el Stórihrútur, desde donde dicen que hay una vista todavía mejor. No he realizado esta subida, pero parece dura.

¿Necesito algún equipo especial?

Si tan solo vas a hacer el tramo inicial de la senda C, entre el aparcamiento junto a la 427 y el talud de contención, en un día con buen tiempo, no. Es un trayecto corto y cómodo, que no se adentra en las montañas.

Subiendo por la tarde.

Por contra, si vas a hacer cualquier otro itinerario, deberás llevar lo mismo que en cualquier salida al campo en Islandia. Varias capas de ropa, con la clásica estrategia tipo cebolla, que te permita adaptarte a las cambiantes condiciones. Es fundamental calzar unas buenas botas de montaña y llevar en la mochila una capa exterior de prendas impermeables. También es aconsejable un par de bastones de senderismo. Por último, se debe tener en cuenta que en la montaña no hay nada. Es conveniente llevar agua y algo de comida. Al menos algunas barritas energéticas. Por último, alguna batería externa o de reserva para el móvil.

¿Qué veré en el volcán?

Dependerá del día que vayas y la ruta que elijas. Siempre hay que tener en cuenta que se trata de un fenómeno natural impredecible, por lo que no hay nada garantizado. Actualmente el volcán se comporta de forma un tanto caótica, por lo que puede permanece un tiempo indeterminado inactivo entre erupciones. Por último está la niebla, que puede ocultar completamente la zona. Para sortear estos problemas y evitar subir en balde, es recomendable consultar alguna de las cámaras que permiten ver el volcán en vivo y comprobar que efectivamente se ve algo. Aunque no hay que olvidar que tanto la actividad como las condiciones atmosféricas pueden cambiar en cuestión de minutos.

El cono.

El cono principal en abril, desde Fagradalsfjall.

La senda B es la que más se acerca al cono, permitiendo contemplarlo desde el oeste. También es posible verlo, desde más lejos pero con una posición más elevada, desde el final de la senda C. En la actualidad, no es un caldero de fuego como durante mi visita en agosto. La lava ha dejado de fluir, al menos en superficie, pero siguen manando gases de forma continua.

Los ríos de lava.

Vista desde la cima del Langihryggur.

Avanzan sobre lava solidificada, formando auténticos ríos de fuego, que pueden fluir a una velocidad notable. Pueden darse en cualquier lugar, pero a finales de verano los más espectaculares se formaban al este del cono principal, por lo que el mejor sitio para verlos era la senda C.

Las coladas de lava.

Colada de lava en el valle de Nátthagi.

Se pueden apreciar desde cualquiera de los caminos. Sus frentes de lava avanzan generalmente muy despacio, por lo que no suelen ser peligrosos. Aunque no hay que confiarse, por lo que siempre es conveniente tener una vía de escape clara. También hay que tener cuidado con los gases, invisibles pero peligrosos. Lo cerca que se pueda llegar a estar dependerá de las condiciones concretas del día, la tolerancia al calor extremo que desprenden y la suerte de acertar a dar con uno.

La cascada de lava.

El 26 de agosto, desde la senda C.

En agosto, fluía ocasionalmente una espectacular cascada entre los valles de Syðri-Meradalir y Nátthagi. Es uno de los fenómenos más impresionantes que he podido observar en el volcán, perfectamente visible desde la senda C y desde el camino que bordeaba la colada del valle de Nátthagi. Incluso era posible verla fugazmente mientras se conducía por la carretera 427. Ahora, con el foco de la erupción y el flujo de lava desplazados hacia el noroeste, a veces desciende desde Geldingadalir hasta Nátthagi, muy cerca del final de la senda A.

¿Y si la erupción está en pausa?

Lava cordada, a los pies del  Langihryggur.

Aún así, en mi opinión merece la pena subir al volcán. Contemplar la lava, aún caliente y humeante, ver los vapores que despide el cono, apreciar las dimensiones del fenómeno en primera persona. Incluso, explorar la zona, para familiarizarse con ella de cara a futuras excursiones. Hay muchas razones para visitar el lugar. Además, siendo un entorno tan caótico como impredecible, siempre existe la posibilidad de llevarse alguna sorpresa.

Los únicos motivos por los que, personalmente, no subiría al volcán, aun con la erupción en pausa, serían una niebla persistente o una condiciones climáticas adversas. Ambos pueden hacer de la excursión un auténtico calvario, además del peligro que implican.

Otras recomendaciones.

Lo más importante que hay que llevar en cualquier caminata por Islandia es una buena dosis de sentido común. El campo islandés, que en condiciones normales es un lugar hostil, en las inmediaciones del volcán puede ser directamente peligroso. Antes de salir, consulta todos los vínculos que doy al final de la página.

Nunca camines sobre la lava, aunque parezca estar seca y dura. No sabes ni su consistencia ni lo que hay debajo y no creo que quieras tener el dudoso honor de pertenecer al selecto club de los que han perdido sus piernas (o algo más) por caer sobre lava fundida.

Midiendo la lava.

Si vas a acercarte a la lava caliente, ten mucho cuidado con los gases. El más peligroso es el temido dióxido de azufre, que en altas concentraciones puede llegar a ser letal. Y que es prácticamente inodoro, por lo que no podrás detectarlo. En la zona suele haber personal del servicio de emergencias con detectores electrónicos. Si te indican que debes evacuar, hazles caso inmediatamente.

Avanzando entre la niebla.

Si la niebla te sorprende en la zona, evita salirte de los caminos marcados. Es muy sencillo desorientarse en un entorno en el que todas las montañas son parecidas y apenas hay puntos de referencia. Lo sé por experiencia propia.

Por último, recuerda que tu teléfono móvil es tu linea de salvación. Llévalo siempre contigo y procura no quedarte sin batería. El turista norteamericano que pasó un día perdido en la zona, cometió el error de separarse de su mujer sin llevar el móvil encima. Cuando se desorientó en la niebla, no pudo comunicarse con los servicios de emergencia.

Conclusión.

Con precaución y sentido común, vas a poder disfrutar de un entorno asombroso, que pocas personas han tenido la suerte de ver y que nadie sabe hasta cuándo durará. Un lugar que cambia continuamente, en el que tendrás la sensación de asistir en directo a la creación del mundo. En realidad, estarás asistiendo en directo a la creación de Islandia, pues al menos una décima parte de sus tierras tienen su origen en coladas de lava.

Erupción al atardecer.

Un último ruego. Si conoces la zona, o tienes la suerte de visitarla y ves alguna incorrección en esta guía, o has tenido constancia de algún cambio en el entorno del volcán, haz el favor de compartirlo. Un correo electrónico o un comentario al final de la entrada me ayudará a mantener el contenido actualizado y ser útil para cualquiera que quiera acercarse al volcán. Gracias por adelantado.

Mapa de la zona.