Había pasado siete días de febrero en Islandia, durante la segunda parte de un largo itinerario invernal entre Oslo y Reikiavik, En aquella ocasión, llegué en barco a Seyðisfjörður, cargado de la confianza que da la ignorancia. Pese a mi falta de experiencia conduciendo en el hostil entorno de la isla, tuve suerte y pude completar mi itinerario sin ningún contratiempo digno de mención. Regresaba tres años más tarde, con mucha mayor preparación. En primer lugar, había visitado la isla otras tres veces. Aunque habían sido viajes en primavera y verano, me habían permitido conocer de primera mano la mayor parte de las carreteras que ahora pensaba recorrer. Además, mi viaje invernal a las Lofoten también me aportaba otra dosis extra de experiencia conduciendo sobre carreteras congeladas. Por tanto, afrontaba el viaje con mucha más seguridad. Aunque, todo hay que decirlo, esa misma experiencia me hacía ser mucho más precavido. Ahora sabía que cualquier situación se podía complicar en cuestión de pocos minutos.
Sin pretenderlo, acerté a viajar a Islandia durante un invierno especialmente duro. El itinerario, que inicialmente había previsto de once días, se vio reducido por las inclemencias meteorológicas a menos de diez de viaje efectivo. Perdí un día en la ida, al ser imposible aterrizar en Keflavik. El regreso, que debía haber sido un mero trámite, también se vio afectado por el mal tiempo. Tardé dos días en llegar desde Keflavik a Barajas. Entre idas, venidas y retrasos, acabé perdiendo tres días de los trece que finalmente pasaron entre mi salida y mi regreso a Madrid. Algo que, en cualquier caso, forma parte de la incertidumbre implícita en cualquier viaje invernal a Islandia y con lo que hay que contar.
De todos modos, no tenía un itinerario prefijado. El plan era dejarme llevar por las circunstancias, sobre todo por el variable clima de Islandia. Comenzaría recorriendo la costa sur, para a continuación improvisar. Acabé dando la vuelta a la isla, empujado por mi interés en recorrer la Carretera de la Costa Ártica. Una incipiente ruta turística, de la que sólo conocía su parte occidental, además en verano. Recorrer su extremo oriental en pleno invierno fue una experiencia impagable.
El viaje quedó como sigue:
- 14 y 15 de febrero: de Madrid a Kirkjubæjarklaustur. Tras pasar una noche en los alrededores del aeropuerto de Schiphol, en los Países Bajos, llego a Islandia con medio día de retraso, para ponerme de inmediato en ruta hacia el este. Mientras recorro la costa sur de la isla, disfruto de un hermoso atardecer invernal en Dyrhólaey.
- 16 de febrero: arranco el día visitando el cañón de Fjaðrárgljúfur. Después, retomo mi ruta hacia oriente, entre Kirkjubæjarklaustur y Djúpivogur. El día acaba convirtiéndose en la clásica montaña rusa climática, tan habitual en Islandia. En cualquier caso, logro rodear el sur del Öræfajökull en unas condiciones óptimas, que se complicaron bruscamente durante mi visita a Jökulsárlón y Breiðamerkursandur.
- 17 de febrero: de Djúpivogur a Egilsstaðir. Nueva jornada llena de incertidumbre, que empleo visitando los Fiordos del Este. Recorro Berufjörður en una mañana apacible, que se fue torciendo según avanzaba el día. Aunque me vi obligado a renunciar al plan inicial de visitar Vattarnes, tuve más suerte en mi desvío por Norðfjarðarvegur. Tras llegar a mi destino, aun me dio tiempo a improvisar un recorrido alrededor del lago Lagarfljót.
- 18 de febrero: recorro parte del noreste de Islandia, entre Egilsstaðir y Húsavik. Una jornada tan larga como hermosa, atravesando paisajes desolados por carreteras solitarias, en la que destacaron el desvío hasta Vopnafjörður y el itinerario por la costa de Bakkaflói.
- 19 de febrero: un día mágico, entre Húsavík y el lago Mývatn, que comienza con una visita imprevista al puerto de Húsavík, en pleno amanecer. Una vez en el entorno del Mývatn, recorro un Hverir aun más extraño de lo habitual y un Hofði tan hermoso que llega a parecerme irreal, para terminar la jornada dando un largo paseo por Dimmuborgir.
- 20 de febrero: del lago Mývatn a Siglufjörður. Antes de abandonar el Mývatn, recorro buena parte de la orilla del lago, en una jornada cada vez más ventosa, que aprovecho para visitar los pseudocráteres de Skútustaðir. Después, voy por primera vez en invierno a Goðafoss, buscando fotografiar una cascada aún más bella de lo habitual.
- 21 de febrero: antes de partir de Siglufjörður, aprovecho para dar un paseo por su tranquilo puerto. A continuación, comienzo un nuevo itinerario, entre Siglufjörður y Stykkishólmur, atravesando la poco conocida comarca de Fljót. Llego a Stykkishólmur empujado por un intenso vendaval.
- 22 de febrero: una jornada complicada, entre Stykkishólmur y Borgarnes, marcada por el mal tiempo. Contra todo pronóstico, una súbita mejoría me permite contemplar mi primera aurora boreal en Islandia.
- 23 de febrero: día aún más difícil, entre Borgarnes y Hveragerði, en el que intento, sin demasiado éxito, dar un rodeo por Snæfellsnes.
- 24 de febrero: tras la tempestad llega la calma, que aprovecho para ir de Hveragerði a Keflavik. Antes, doy un paseo por el entorno asombrosamente activo de Hveragerði, visitando alguna de sus zonas geotermales. Después, ante la imposibilidad de llegar a Geldingadalir, improviso una visita por los alrededores de la Laguna Azul. Finalmente, logro recuperar mi plan inicial, para recorrer en invierno las inmediaciones del volcán.
- 25 y 26 de febrero: la calma resultó ser tan solo una pausa entre dos temporales. Acabo pasando buena parte del día varado en el aeropuerto de Keflavik, antes de poder emprender el regreso hacia Madrid.
Un viaje difícil, de principio a fin. En algún momento, llegué a pensar que los dioses nórdicos, tras leer el final de la entrada del blog sobre mi anterior viaje invernal por la isla, en la que expresaba mi anhelo de conocer una Islandia más indómita, habían decidido atender mis súplicas. En todo caso, las complicaciones lograron incrementar aun más el interés de un itinerario que, por si mismo, ya era atractivo. Los continuos cambios de humor del clima de la isla, que a veces se producían en cuestión de unos pocos minutos, me permitieron disfrutar de una Islandia rabiosamente salvaje. Justo lo que buscaba.
También fue un viaje relativamente breve. En cualquier caso, acabó siendo un ensayo de mi siguiente periplo invernal por Islandia, mucho más largo y ambicioso, en febrero de 2023. Por fin, al tercer intento, con mucha más experiencia y aprovechando un clima inusualmente benigno, lograría culminar un viejo sueño: recorrer los Fiordos del Oeste en pleno invierno.
Para ampliar la información.
Y otra sobre los hoteles: https://depuertoenpuerto.com/islandia-de-hotel-en-hotel/.
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Las demás entradas del blog sobre la Tierra de Hielo están en https://depuertoenpuerto.com/category/europa/escandinavia/islandia/.
La web Arctic Yeti contiene una introducción al país, interesante para todo el que viaje por primera vez a la isla: https://arcticyeti.es/islandia/conoce-islandia/.
En inglés, la web oficial de turismo está en https://www.iceland.is.
La web Guide to Iceland tiene una página con varios mapas describiendo rutas y lugares de interés: https://guidetoiceland.is/travel-info/maps-of-iceland.
Los aficionados a la fotografía encontrarán una fuente de inspiración en la serie de videos sobre la isla del fotógrafo danés Mads Peter Iversen: https://www.youtube.com/playlist?list=PL8OsdzASUWWDUT9rJn3avTOclG5EC86gh.
Si algo distingue a Islandia es su extraña geología. Quien quiera profundizar en su conocimiento, puede visitar http://exploringtheearth.com/2016/07/05/geological-journey-iceland-land-fire-ice-part-1/ y https://pubs.geoscienceworld.org/books/book/2192/chapter/122608249/Iceland-The-Formation-and-Evolution-of-a-Young.
La página http://www.road.is es una visita imprescindible para todo el que se vaya a mover por Islandia en su propio vehículo.
La nueva página https://umferdin.is/en es la mejor fuente de información sobre el estado de las carreteras de la isla. Muy recomendable consultarlo al menos una vez al día.
Otra visita indispensable, que debe formar parte de la rutina diaria antes de ponerse en camino, es la web https://safetravel.is/en/.
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