Las vacaciones del verano de 2022 eran, en más de un sentido, un regreso a la normalidad previa a la pandemia. Por fin un viaje sin controles, chequeos o incertidumbres. Y por fin un viaje en barco. Haríamos un crucero entre Tromsø y Reikiavik, dando un amplio rodeo por el Ártico profundo, hasta los 80º de latitud norte. Antes, pasaríamos cinco días en el antiguo condado noruego de Troms, en algo parecido a un mini road-trip por la más septentrional de las provincias del país de los fiordos.

Scandic Ishavshotel

Scandic Ishavshotel.

El objetivo principal de nuestro viaje era la salvaje isla de Senja. Había contemplado en tres ocasiones su costa sureste durante mis viajes invernales en los buques de Hurtigruten. Pero no conocía su agreste costa noroccidental, abierta al mar de Noruega. En cualquier caso, la vuelta a la normalidad también tenía su lado negativo. Los hoteles casi vacíos, a precios de saldo, tan solo eran un recuerdo del pasado. No pudimos encontrar alojamiento en Senja a precio razonable. Al final, articulamos nuestra estancia en Troms en torno a tres hoteles. A nuestra llegada, no correríamos riesgos. Reservé habitación en el Scandic Ishavshotel, un alojamiento que ya conocía. Moderno, confortable, muy bien ubicado y con unas vistas magníficas sobre el puerto antiguo de Tromsø.

Sommarøy Arctic Hotel

Sommarøy Arctic Hotel.

A continuación, pasaríamos tres noches en el Sommarøy Arctic Hotel. Intentaríamos ir un par de veces a Senja en ferry, desde el cercano muelle de Brensholmen. El hotel fue todo un acierto. Con un precio razonable (para ser Noruega), confortable y muy cómodo para moverse por la zona. Por ponerle una pega, el acceso a la isla, atravesando dos puentes de un carril regulados por semáforos, en ocasiones resultó un poco pesado.

Desde la azotea del Clarion Hotel The Edge

Desde la azotea del Clarion Hotel The Edge.

Pasamos la última noche en Tromsø, en esta ocasión en el Clarion Hotel The Edge. Un hotel moderno y bien situado, pero que no acabó de convencerme. Lo mejor, con diferencia, fue el espléndido desayuno. En cualquier caso, la noche previa al crucero estaba incluida en el precio de éste, por lo que el hotel había sido elegido por la naviera.

Esperando el ferry en Brensholmen

Esperando el ferry en Brensholmen.

Llegamos a Tromsø en un vuelo de Norwegian, con escala en Oslo. Entre vuelos y trasbordos, nos costó nueve horas llegar desde Madrid. Una vez en Tromsø, alquilamos un Toyota Corolla. Un pequeño utilitario, más que suficiente para dos personas. El alquiler lo hicimos en Hertz, básicamente por tener la oficina en pleno centro de Tromsø, literalmente a mitad de camino entre los dos hoteles en que dormimos en la ciudad.

Día de lluvia en Senja

Día de lluvia en Senja.

Como es habitual en latitudes tan septentrionales, el viaje estuvo condicionado por los caprichos del clima, que nos obligó a renunciar a una de nuestras dos visitas a Senja y trastocó nuestros planes en la otra. En cualquier caso, nada que nos cogiera por sorpresa. Sin su clima duro y extremo, el Ártico perdería buena parte de su encanto. Y, dentro de lo que cabe, tuvimos suerte. Un día aceptable, otro nefasto, un tercero regular y, como remate, dos jornadas espléndidas, no se puede decir que sea una mala experiencia.

De Madrid a Tromsø.

Pasamos prácticamente un día entre aviones y aeropuertos, hasta que logramos llegar a Tromsø en pleno atardecer. Después de acomodarnos, aun encontramos tiempo para dar un breve paseo por la ciudad.

Kvaløya, la desconocida.

Empleamos el primer día completo en el Ártico noruego explorando la isla de Kvaløya, camino del hotel en Sommarøy. Una jornada muy interesante, que tuvo su punto culminante en el hermoso recorrido que hicimos por Rekvikvegen, la carretera local que lleva a la remota aldea de Rekvik.

Día de lluvia en Troms.

La segunda jornada estuvo marcada por el mal tiempo. Ante la imposibilidad de ir a Senja, pasamos buena parte del día en Tromsø, de museo en museo. Por la tarde, una falsa mejoría nos empujó a improvisar una excursión hacia el norte, que nos llevó hasta las inmediaciones de Grunnfjorden.

Un día en Senja.

Por fin logramos visitar Senja, en un día que fue de peor a mejor. Pese a que las nubes bajas y una carretera cerrada se interpusieron en nuestro camino, logramos recorrer parte del norte y centro de la isla. Destacaron las visitas a Tungeneset y el Mefjorden, así como el regreso en ferry a Kvaløya.

De Sommarøya a Tromsø.

Termina nuestra estancia en Sommarøya, la Isla del Verano. Fracasamos en nuestro plan inicial de regresar a Senja, por lo que acabamos improvisando un recorrido por el Balsfjorden, uno de los fiordos que se adentran entre las montañas del interior de Troms.

Un día en Tromsø.

El último día antes de embarcar, ya sin coche de alquiler, nos dedicamos a pasear tranquilamente por la ciudad de Tromsø. También aprovechamos la espléndida mañana para subir al Fjellheisen, desde donde se disfruta de una magnífica vista de la ciudad y su espectacular entorno.
Aunque acabamos recorriendo 1.081 kilómetros (más de los previstos inicialmente), no logramos realizar todas las visitas previstas. Lo peor fue no poder llegar al collado que separa los montes Hesten y Segla, donde está una de las vistas emblemáticas de Senja. El mal tiempo y las obras en una carretera local nos lo impidieron. Entre las improvisaciones, la más satisfactoria fue un bucólico recorrido por la carretera 7902, en el Balsfjorden.
Ya conocía Troms. Su capital había sido el primer lugar que visité en el Ártico, en agosto de 2015, durante un crucero con MSC. Después, había regresado en varias ocasiones, siempre a bordo de los buques de Hurtigruten. También había viajado en autobús entre Skjervøy y Tromsø, justo al día siguiente de que la pandemia llegara a Noruega. Pero jamás había recorrido sus carreteras al volante de un vehículo. Aunque nunca me ha gustado conducir en Noruega, logré disfrutar durante algunos trayectos por sus tranquilas rutas secundarias. No así por las principales, cuyo tráfico demasiado intenso impide apreciar tranquilamente el paisaje.

Playa en Rekvik

Playa en Rekvik.

En cualquier caso, un road-trip muy interesante, que nos permitió conocer con más calma y profundidad el sur de Troms og Finnmark, la más septentrional de las provincias noruegas. Además de visitar lugares desconocidos, también me sirvió para revisitar en verano otros que tan solo conocía en invierno, cambiando un paisaje blanco por otro rabiosamente verde. Por último, nuestro relativo fracaso en Senja, a priori el objetivo principal durante la primera parte del viaje, no fue tan decepcionante. Al menos logramos el objetivo principal: explorar la isla de cara a un futuro viaje mas prolongado, fuera de temporada. Embarcamos en el SH Vega llenos de satisfacción y con la esperanza de que la segunda parte del viaje, a bordo de un crucero de expedición, fuera igual de gratificante. Acabó superando con creces nuestras mejores expectativas.

Para ampliar la información.

En https://depuertoenpuerto.com/de-tromso-a-reikiavik-un-crucero-por-el-artico-profundo/ puedes ver el resto de nuestro itinerario por el Ártico e Islandia.

Las demás entradas de este blog sobre Troms están en https://depuertoenpuerto.com/category/europa/escandinavia/noruega/troms/.

La sección sobre Tromsø en la web oficial de turismo de Noruega está en https://www.visitnorway.es/que-ver-en-noruega/norte-de-noruega/tromso/.

En inglés, The Hidden North tiene una guía sobre un itinerario más breve que el nuestro: https://thehiddennorth.com/drive-it-yourself-from-the-lyngen-alps-to-tromso-on-the-e6/.

En cambio, en Earth Trekkers describen uno más largo, llegando hasta las Lofoten: https://www.earthtrekkers.com/10-day-lofoten-islands-northern-norway-itinerary/.

SI vas a ir en invierno, quizá sea interesante la entrada del blog Christina in the Clouds: https://christinaintheclouds.com/norway-road-trip/.