Viajar a Noruega en pleno invierno puede parecer un sinsentido. Poca luz, mucho frío y dificultades para moverse. Pero no lo es. Muy al contrario, acabó siendo uno de los viajes más intensos que he podido realizar. A los increíbles paisajes noruegos, realzados por la nieve, se une un entorno duro, muy distinto de aquel al que estamos habituados los que vivimos mucho más al sur, para crear una experiencia fascinante.

Además, por primera vez en muchos años, viajaba solo. Los viajes en solitario, como casi todo en esta vida, tienen sus pros y sus contras. En uno relativamente duro y tan lleno de sensaciones, me permitió imbuirme sin distracciones en el apasionantemente áspero entorno que me rodeaba.

El Aurlandsfjord en invierno

El Aurlandsfjord en invierno.


El itinerario, realizado en febrero de 2018, fue el siguiente:

La mayor parte del viaje la realicé a bordo del Finnmarken, uno de los buques de Hurtigruten que pasa el año recorriendo la costa de Noruega. Antes de embarcar en el expreso de la costa, dudaba entre si el calificativo de «la ruta en barco más hermosa del mundo» era un simple tópico o una estrategia de márketing. Por una vez, creo que es cierto.