Trondheim, la tercera ciudad mas poblada de Noruega, fue fundada en el año 997 por el rey Olav Tryggvason. Durante unos años, fue la residencia real y por tanto capital de Noruega. En 1152 fue declarada sede arzobispal, condición que retuvo hasta la reforma protestante de 1537. Como toda ciudad Noruega que se precie, Trondheim ha sufrido incontables incendios. El primero del que se tiene constancia tuvo lugar en 1219. El último en 1844, tras el que se hizo obligatorio construir en piedra. Las sucesivas reconstrucciones, sobre todo la que siguió al gran incendio de 1681, han dado al centro histórico de la ciudad una trama urbana bastante homogénea, con rectas avenidas que llaman la atención en una ciudad de origen medieval.

El Richard With atracado en Trondheim

El Richard With atracado en Trondheim.

La escala del Hurtigruten en Trondheim durante el trayecto hacia el norte es la mas larga del todo el itinerario. Pero no todo son ventajas. El barco llega a Trondheim muy pronto, a las 6 de la mañana, por lo que es complicado aprovechar la primera hora del día, sobre todo en invierno. En contra de lo habitual, el muelle de Hurtigruten en Trondheim está algo alejado del centro, en la isla artificial de Brattøra. Para llegar hasta la catedral de Nidaros, mi primera visita del día, tenía por delante un paseo de aproximadamente media hora. Tras barajar diversas opciones, al final me decanté por levantarme a las 6:30, para estar desayunando a las siete, hora en la que abría el buffet del MS Finnmarken. A las 7:30, con las primeras luces del alba, estaba desembarcando. El aspecto de la zona, en la que también estaba atracado el Richard With, que iba en dirección sur, era bastante desolado. No se veía un alma y, a diferencia de los puertos que había visitado el día anterior, había hielo y nieve por todas partes. Aunque, todo hay que decirlo, las calzadas y las aceras estaban generalmente limpias, por lo que andar era relativamente cómodo.

Munkegata al amanecer

Munkegata al amanecer.

Tenía varios caminos para ir hasta Nidaros. Me decidí por el mas largo, hacia el oeste, y dejé el mas directo para la vuelta. Fui por Brattorkaia, junto al puerto deportivo, hasta llegar a Sjøganjen, por cuya rampa crucé sobre las vías nevadas de la estación del ferrocarril. Tras cruzar el puente sobre el Nidelva y seguir andando por Fjordgata y Munkegata, finalmente pude ver la esbelta torre de Nidaros recortándose sobre el cielo azul del amanecer.

Vår Frue kirke

Vår Frue kirke

En las aceras de Munkegata se mezclaban los edificios históricos, algunos de piedra y otros de madera, con los modernos. No tenía prisa, por lo que me entretuve dando algún rodeo entre las desiertas calles adyacentes. Al final tardé casi una hora en hacer el camino hasta Nidaros.

Nidaros, la joya gótica de Trondheim:

Finalmente llegué a Nidaros, la catedral gótica mas septentrional del mundo y el edificio religioso mas importante de Noruega. Comenzada a construir en 1070 y considerada un icono cultural para los noruegos, Nidaros es una auténtica joya que merece la pena visitar.
Bybroa

Bybroa.

Salí de Nidaros impresionado por la belleza y el simbolismo del edificio. Tenía tiempo de sobra para regresar al Finnmarken. Volví tranquilamente zigzagueando por las calles nevadas de Trondheim. Mi primer destino fue el Bybroa, el puente mas antiguo de la ciudad que ha llegado a nuestros días. Fue construido en 1681, durante los trabajos de reconstrucción del gran incendio de ese mismo año. Inicialmente formaba parte del perímetro defensivo de la ciudad y en su centro había una puerta metálica, así como una garita en cada extremo, de las que hoy solo sobrevive la mas occidental. El puente fue reformado en 1861, dándole su aspecto actual.

Calle Nedre Bakklandet

Calle Nedre Bakklandet.

Tras cruzar el río Nidelva, seguí paseando por Nedre Bakklandet, una tranquila calle flanqueada por edificios tradicionales. A pesar de no tener la belleza de los barrios de madera de Bergen, el paseo fue agradable. Y la nieve que cubría parte de la calzada acrecentaba el encanto de la zona.

Iglesia de Bakke

Iglesia de Bakke.

Llegué al final de la calle, donde debería haber vuelto a cruzar el Nidelva, pero me llamó la atención la aguja de una iglesia cercana. Era Bakke Kirke, un hermoso edificio de madera construido en 1715. A pesar de ser un templo luterano, también es utilizado por la Iglesia Ortodoxa, que tiene una pequeña presencia en la ciudad. Tras la construcción del puente de Bakke en 1927 se barajó la posibilidad de demoler la iglesia, pues estorbaba para la ampliación de la calle que conducía al puente. Finalmente, en 1939, se decidió mover el edificio completo, un procedimiento bastante novedoso para la época. Vi que la iglesia estaba abierta. En su acogedor interior se apreciaba mejor la irregularidad de las maderas que formaban su estructura. Pero un grupo de personas se afanaba en preparar el templo para el siguiente oficio religioso. Aunque nadie pareció advertir mi presencia, me pareció poco adecuado permanecer en su interior por mucho tiempo.

El Nidelva desde el puente de Bakke

El Nidelva desde el puente de Bakke.

Retrocedí para cruzar el Nidelva por el puente de Bakke. Desde su acera meridional había una bonita vista del río, con los antiguos almacenes de madera surgiendo de sus orillas. Al fondo, se veía el Bybroa, desde el que había contemplado el mismo río y los mismos almacenes casi una hora antes. Pero ahora, sobre los tejados de la orilla occidental asomaba la esbelta aguja de Nidaros. No era la única diferencia. En menos de una hora, mientras callejeaba por las inmediaciones de Nedre Bakklandet, la gélida pero apacible mañana había comenzado a cambiar. Sobre las aguas del Nidelva corría un viento helado, que parecía ir a mas por momentos.

Edificio de madera en Kjøpmannsgata

Kjøpmannsgata.

Empezaba a hacerse tarde, por lo que emprendí el camino de vuelta a los muelles de Brattøra, donde me esperaba el Finnmarken. Regresé por el camino mas directo, siguiendo Kjøpmannsgata y, tras cruzar el brazo occidental del Nidelva, Havnegata. En la primera parte del recorrido, había algunos edificios de madera interesantes, sin duda supervivientes de los numerosos incendios de Trondheim. Que, según me alejaba del centro, fueron dejando paso a bloques modernos sin mayor gracia, intercalados entre descampados. Al final, regresé al barco algo antes de lo previsto, pues la zona no tenía ningún punto de interés. A pesar de lo cual, Trondheim me dejó un magnífico sabor de boca. Pero me fui sin ningún sentimiento de nostalgia. Sabía que, en unos pocos días, durante el viaje de regreso a Bergen volvería a tener ocasión de pasear por sus calles.

Algunos vínculos útiles:
Se puede ver todo el recorrido invernal que realicé por Noruega en https://depuertoenpuerto.com/noruega-en-invierno/.

La web oficial de turismo de Noruega tiene una sección sobre la ciudad: https://www.visitnorway.es/que-ver-en-noruega/trondelag-noruega-central/trondheim/.

En Profundidad de Campo hay una larga e interesante entrada sobre Trondheim en invierno: https://profundidad.net/blog/que-ver-y-hacer-en-trondheim.

También recomiendo visitar el blog Mad About Travel: https://madaboutravel.com/2015/10/31/que-ver-en-trondheim-en-dos-dias/.

En inglés, la sección sobre Trondheim del blog Life in Norway es una mina de información: https://www.lifeinnorway.net/places/trondheim/.

La página oficial de turismo de Trondheim está en https://www.trondheim.com.

La web del puerto está en https://trondheimhavn.no/Home.aspx, aunque también se puede encontrar información en https://www.cruise-norway.no/Ports/Trondheim/.