Un breve paseo por Ålesund

Ålesund era la escala de mayor duración en mi primer día completo a bordo del MS Finnmarken. Lo cual, en el Hurtigruten, no quiere decir gran cosa: el barco atracaba a las 12:00 y zarpaba a las 15:00. A duras penas tres horas para dar un paseo por una de las ciudades mas hermosas de la costa noruega. Pero Ålesund es una ciudad pequeña, con una población que no llega a los 50.000 habitantes. Además, las escalas de Hurtigruten no son como las de los cruceros. Si el barco atraca a las 12:00, a las 12:01 puedes haber desembarcado. Y es posible apurar el regreso hasta las 14:59. Por último, en casi todas las ciudades, y Ålesund no es una excepción, se atraca muy cerca del centro. Teniendo claro dónde se quiere ir y andando a buen ritmo, es posible hacer un recorrido breve pero interesante por la ciudad.

Con una larga tradición de construcciones en madera, la historia de las ciudades de Noruega está marcada por los incendios. En el caso particular de Ålesund, por el del 23 de Enero de 1904. En 16 horas, ardieron 850 edificios, dejando a unas diez mil personas sin hogar. Por fortuna, el incendio solo se cobró una víctima mortal, pero la ciudad quedó casi completamente arrasada. La reconstrucción comenzó poco después, mejorándose la trama urbana y edificando con piedra y ladrillo. Gran parte de la ayuda llegó desde Alemania, promovida por el emperador Guillermo II, que solía veranear en las proximidades. Para 1907 se había reconstruido la mayor parte de los edificios, diseñados en el estilo modernista imperante en la época. El resultado es un casco histórico curiosamente homogéneo, que se ha convertido en el conjunto modernista mejor preservado de Noruega.

El corazón histórico de Ålesund se ubica en la isla de Aspøya. La mejor forma de llegar hasta el desde el muelle de atraque es siguiendo las calles Skansegata y Notenesgata, que bordean el Ålesundet por el este, hasta llegar al puente de Hellebroa, que une la isla al continente. Un cómodo paseo de unos 800 metros en el que, además, hay unas magníficas vistas de los edificios de Aspøya surgiendo directamente desde el agua, una de las imágenes mas características de Ålesund.

Tras dar un breve paseo por Aspøya, me encaminé a mi segundo objetivo del día: subir hasta el monte Aksla, desde el que hay una magnífica vista de la ciudad y sus alrededores. De nuevo un corto paseo, de distancia similar al anterior, permite llegar al comienzo de la escalera. De camino, se atraviesa el Byparken, en el que hay una estatua de Rollo, el primer duque de Normandía, originario de la zona. Una vez atravesado el parque, 418 escalones conducen hasta el mirador del Fjellstua, donde hay una cafetería y una terraza desde la que se disfruta de un excelente panorama. También se puede subir por carretera, en taxi o autobús, pero con ganas y una forma física razonable, merece la pena subir y bajar la escalera, en la que hay varios miradores intermedios.

Bajé del Aksla con tiempo de sobra para dar un último paseo por la ciudad. Aproveché para entrar en una tienda de deportes y comprar unos crampones. Los iba a necesitar mas adelante y los que vendían a bordo del Finnmarken no me convencieron. Callejee disfrutando de otros edificios modernistas y hasta me sobró tiempo para dejarme tentar por el magnífico aspecto de los dulces de una pastelería cercana al puerto. A las 14:40 estaba de vuelta en el Finnmarken, dispuesto a seguir viaje hacia el norte.