Viajar en invierno a Islandia va camino de convertirse en algo parecido a un hábito. Recorrer sus irreales paisajes en condiciones complicadas es una experiencia tan fascinante como adictiva. Sensaciones que se ven incrementadas al viajar en solitario. Para el que sería mi cuarto periplo invernal por la Tierra de Hielo me decanté por el sur de la isla, en un viaje que estaría más centrado en la fotografía que en el descubrimiento de nuevos lugares.

Las Tierras Altas desde Ásgarðsfjall

Las Tierras Altas desde Ásgarðsfjall.

En contra de mi costumbre, acabé contratando una actividad «enlatada», que ocuparía tres de mis trece días de viaje efectivo. El motivo era sencillo: llevaba tiempo queriendo recorrer en invierno las fascinantes Tierras Altas de Islandia. Una región que, con la única excepción de su zona nororiental, en el entorno de Möðrudalsöræfum, es virtualmente inaccesible durante el largo invierno islandés. La inauguración de la primera temporada invernal en la renovada Highland Base de Kerlingarfjöll me brindaba la inusual posibilidad de visitar, en pleno mes de febrero, uno de los espacios más deslumbrantes de la Tierra de Hielo, a un precio casi razonable. No era cuestión de desaprovecharlo.

Brúarfoss desde el cielo

Brúarfoss desde el cielo.

El itinerario quedó como sigue:

Eldborg al atardecer

Eldborg al atardecer.

A efectos prácticos, el itinerario quedó dividido en tres secciones. Los tres primeros días fueron muy similares a mis anteriores viajes invernales por Islandia. Atravesando carreteras nevadas, a veces en condiciones complicadas, mientras saltaba de hotel en hotel, visitando tanto lugares nuevos como otros ya conocidos.

Atravesando el desierto blanco

Atravesando el desierto blanco.

Las tres jornadas siguientes consistieron en una experiencia organizada, sin vehículo propio y con muy pocas posibilidades de moverme a mi aire. Era el precio a pagar por visitar en pleno invierno la región más inaccesible de Islandia. Aún así, un golpe de suerte me permitió vivir un par de aventuras, fuera del programa oficial, que acabaron siendo tan intensas como fascinantes.

Más allá de Dyrhólavegur

Más allá de Dyrhólavegur.

El resto del itinerario estuvo mucho más centrado en la fotografía. Recorriendo un sur de Islandia con menos nieve de lo habitual en esa época del año, visitando principalmente lugares que ya conocía. Aunque también encontré tiempo para realizar alguna pequeña exploración y, como no, cosechar algún fracaso en mis intentos de recorrer varias carreteras. Lo normal, durante el invierno islandés.

Reflejos en Eystrahorn

Reflejos en Eystrahorn.

Un viaje un tanto atípico, pero en cualquier caso muy interesante. Que acabó siendo simultáneamente tanto un ensayo como un contrapunto de mi siguiente viaje a la Tierra de Hielo, seis meses y medio más tarde. En septiembre de 2024 volvería a viajar prácticamente por la misma zona, para conocer Islandia durante su fugaz otoño. Ese breve lapso de tiempo que, en latitudes subárticas, separa el corto verano del mucho más prolongado invierno.

Para ampliar la información.

En la siguiente entrada del blog encontrarás información sobre los hoteles de Islandia: https://depuertoenpuerto.com/islandia-de-hotel-en-hotel/.

Si no tienes experiencia conduciendo en Islandia durante el invierno, te interesará leer https://depuertoenpuerto.com/conducir-en-islandia-el-invierno/.

Puedes ver mi primer viaje invernal por la Tierra de Hielo en https://depuertoenpuerto.com/islandia-en-invierno/.

El segundo, durante un invierno bastante complicado, está en https://depuertoenpuerto.com/diez-dias-de-invierno-en-islandia/.

Encontrarás el tercero, hasta ahora el más prolongado de todos en https://depuertoenpuerto.com/mas-alla-de-la-ring-road-17-dias-de-invierno-en-islandia/.