Hay lugares de Islandia a los que no me canso de regresar una y otra vez. Uno de ellos es el Svínafellsjökull. Un hermoso glaciar, que se descuelga desde las nieves perpetuas del Öræfajökull, junto a las cimas más altas de la Tierra de Hielo. Y con un entorno que, pese a la cercanía a Skaftafell, aún logra escapar de la creciente presión turística que sufre la Tierra de Hielo. Al menos durante los meses de su prolongado invierno.

Descendiendo del Svínafellsjökull

El Svínafellsjökull, en el verano de 2020.

Había recorrido el acceso septentrional al glaciar en el verano de 2020, acompañado por Olga. Aquella ruta fue clausurada poco después, debido a los riesgos de desprendimientos en la inestable ladera del Hafrafell. Tras un intento fallido en 2022, regresé en 2023. En aquella ocasión, acabé explorando el extremo meridional de la lengua glaciar, en la extraña zona donde ésta se entremezcla con las morrenas fosilizadas. Un lugar tan interesante como potencialmente peligroso.

Amanece junto a Skaftafell

Amanece junto a Skaftafell.

Para la que sería mi tercera visita, elegí la única senda que me quedaba por recorrer, en la zona central del frente de hielo. Tras desviarme de la Ring Road apenas 700 metros al noroeste del hotel Skaftafell, donde había pasado la noche, un breve paseo, coincidiendo con el amanecer, me llevó desde el aparcamiento a lo alto de la antigua morrena glaciar.

Llegando al Svínafellsjökull

Llegando al Svínafellsjökull.

A las diez en punto de la mañana, tras superar un cartel advirtiendo de los peligros de la zona, tenía el Svínafellsjökull a mis pies. Aún había poca luz, pero el viento era completamente inexistente. Además, me encontraba en la más absoluta soledad. La luz mejoraría con el avance de la mañana. En cambio, desconocía cómo evolucionarían las otras dos variables. Sobre todo el viento, siempre tan imprevisible en Islandia. Aprovecharía para volar el dron.

Hice un vuelo largo, remontando el glaciar hasta que la señal del dron comenzó a ser difusa. Algo que, gracias a un nuevo mando, ocurrió a bastante más distancia que en la anterior ocasión. Pese a que la luz aún era escasa, las tomas que logré fueron bastante aceptables. El complemento perfecto de las que había hecho un año atrás.

Hielo sucio

Hielo sucio.

Mientras volaba el dron, el día iba aclarando, haciendo cada vez más sencillo apreciar los sutiles matices del glaciar que tenía delante. Sus hielos suelen estar bastante «sucios». En parte, es fruto de las relativamente frecuentes erupciones que se dan en los volcanes cercanos, entre los que se encuentran los mayores de Islandia. También se debe a la erosión que ejerce sobre las laderas que lo constriñen y a algún que otro derrumbe, como el que se produjo en 2013. Sus restos aún son visibles sobre el glaciar, aunque en invierno estaban parcialmente ocultos bajo la nieve.

Después, me acerqué hasta una de las lagunas intermedias. No es la más grande del rosario de lagunas que bordea el frente glaciar, pero me llamó la atención el pequeño caos de hielo que había en su orilla, aparentemente fruto de un descenso reciente en el nivel del agua. La única laguna del Svínafellsjökull en la que nace un pequeño río es la que hay junto al extremo meridional de la lengua. Las demás parecen desaguar bajo los hielos, lo que puede dar lugar a bruscos cambios de nivel, según se abran o bloqueen los canales de drenaje.

La laguna a los pies del Hafrafell

Hafrafell.

A continuación, fui hasta la más septentrional de las lagunas. En el lado opuesto, en la ladera del Hafrafell, estuvo el camino, actualmente irreconocible, que habíamos recorrido en nuestra primera visita al Svínafellsjökull. Además de ser bastante más peligroso, las vistas que ofrecía son mucho peores que las de cualquiera de los dos accesos que siguen abiertos. Su principal ventaja consistía en que su bacheada pista permitía llegar con el coche a escasos metros de la laguna glaciar.

A los pies del Hrútfjallstindar

A los pies del Hrútfjallstindar.

En cambio, el panorama que tenía el frente era impresionante. Creo que el mejor que jamás he podido disfrutar en mis sucesivas visitas al Svínafellsjökull. La laguna, completamente congelada, terminaba en un gran muro de hielo, de hermosos tonos azulados. Más allá, podía ver la lengua glaciar, mucho menos caótica, descendiendo desde las nieves perpetuas del Öræfajökull. El glaciar a más altitud de Islandia y el mayor volcán activo de la isla. Todo ello presidido por la imponente pared de hielo y roca del Hrútfjallstindar, que alcanza los 1.385 metros de altitud.

El sol ilumina los hielos del Svínafellsjökull

El sol ilumina los hielos del Svínafellsjökull.

Mientras yo hacía fotos como un loco, el sol comenzó a iluminar la parte baja del glaciar, añadiendo otra capa de matices y sutilezas a su atormentado frente. Aunque pareciera imposible, aquello no hacía más que mejorar. No soy el único que opina que el Svínafellsjökull es el glaciar más fotogénico de Islandia. Sus apariciones en el cine son continuas, en películas como Interstellar, Batman Begins o El Hombre del Norte y en series como Juego de Tronos. Algo que puede convertirse en un problema, como había podido comprobar en 2022, cuando mi intento de llegar al glaciar se vio frustrado por un rodaje.

Sobre el hielo

Sobre el hielo.

Entonces, escuché voces en la distancia. Resultó ser un grupo de tres personas, que había encontrado un paso entre las dos lagunas, sorteando el laberinto de tierra suelta y charcos congelados. Llegaron hasta el borde del glaciar, deteniéndose en lo que parecía ser su primera fisura. Aproveché para hacer una fotografía en la que se puede apreciar la escala de la masa de hielo. Algo que en Islandia no siempre resulta sencillo.

Grieta en el hielo

Grieta en el hielo.

Después, retorné a mis fotos, prestando ahora más atención a la atormentada superficie del glaciar. La parte baja del Svínafellsjökull es asombrosamente caótica. Lo cual, al menos de momento, mantiene al glaciar a salvo de la avalancha de excursiones que recorre el cercano Skaftafellsjökull. Su mala fama se incrementó con el accidente fatal que sufrieron dos montañeros alemanes en 2007. En 2015 murió un turista israelí. En junio de 2024, apenas 4 meses después de la visita que estoy describiendo, un grupo de 7 personas sufrió un accidente y tuvo que ser rescatado por un helicóptero. A esto hay que añadir la amenaza latente que supone la gran falla descubierta en 2014 en Svínafellsheiði, al este de la lengua. Su colapso, aparentemente propiciado por la disminución del grosor del glaciar, tan solo parece ser cuestión de tiempo.

El Skaftafellsjökull desde la morrena del Svínafellsjökull

El Skaftafellsjökull desde la morrena del Svínafellsjökull.

Como casi todos los glaciares de Islandia, el Svínafellsjökull está en retroceso desde finales del siglo XIX. Aunque, en este caso, haya sido mayor la disminución del espesor de sus hielos que el repliegue de su lengua, que apenas alcanza los 800 metros. Una distancia muy inferior a los 2.500 metros del cercano Skaftafellsjökull. Ambos glaciares formaban un frente único hasta el año 1945.

La cascada de hielo

La cascada de hielo.

El glaciar tiene en la actualidad unos 7.500 metros de longitud. Su grosor máximo estaría en el entorno de los 500 metros, con la parte inferior del hielo aproximadamente 200 metros por debajo del nivel del mar. En sus primeros 1,5 kilómetros, junto a su nacimiento en el Öræfajökull, se desploma 1.000 metros, formando una impresionante cascada de hielo. Su velocidad de avance ha sido estimada por diversos métodos en unos 25 centímetros diarios. Más de 90 metros al año.

Una mañana espléndida

Una mañana espléndida.

La mañana avanzaba y yo cada vez estaba más entusiasmado haciendo fotografías. Las condiciones eran prácticamente óptimas. Una jornada espléndida, una luz limpia, un paisaje cubierto por un precioso manto de nieve resplandeciente . . . Jamás había disfrutado tanto en el Svínafellsjökull. Pero mi tiempo comenzaba a agotarse. Una vez más, tenía por delante una actividad con horario prefijado. Si todo iba bien, en poco más de una hora podría contemplar mi glaciar favorito de Islandia desde el cielo. Y hacerlo con mis propios ojos, no mediante los de un dron.

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Para ampliar la información.

Mi primera visita al glaciar, en verano, puede verse en https://depuertoenpuerto.com/en-el-svinafellsjokull/.

La segunda, en invierno, en https://depuertoenpuerto.com/el-svinafellsjokull-en-invierno/.

En inglés, la web Glacier Change tiene una entrada sobre el Svínafellsjökull: https://glacierchange.com/en/svinafellsjokull/.

En la página oficial del Servicio Meteorológico de Islandia hay información sobre la fisura en Svínafellsheiði: https://en.vedur.is/about-imo/news/fractures-in-svinafellsheidi-and-a-potential-rockslide-on-svinafellsjokull.

Se puede encontrar un estudio sobre el desprendimiento de 2013 en https://jokull.jorfi.is/articles/jokull2023.73/jokull2023.73.001.pdf.