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Consideraciones previas.
Esta entrada, la segunda en una serie de tres sobre la conducción en Islandia, está basada en la experiencia adquirida durante varios recorridos por la región al volante de un SUV. Lo que no impide que pueda ser útil para aquellos que intenten visitarla con otro tipo de vehículo. Si no tienes ninguna experiencia conduciendo en Islandia, o buscas información sobre la conducción en por la isla en condiciones normales, será mejor que visites esta otra entrada del blog.
Como todas las entradas del blog, lo que estás leyendo refleja tanto mi experiencia, como mi visión y preferencias personales. Que pueden coincidir con las del lector, o no. También debes tener en cuenta que las Tierras Altas de Islandia son un entorno tan hostil como cambiante. Debes permanecer siempre atento a la realidad que tienes delante y ser consciente de que estás recorriendo la región más complicada y peligrosa de Islandia. No corras riesgos innecesarios.
¿Qué son las Tierras Altas de Islandia?
En sentido estricto, en Islandia se considera que las Tierras Altas se corresponden con la zona central del país, situada a más de 400 ó 500 metros de altitud sobre el nivel del mar. Cubren aproximadamente un 40% de la superficie total de la isla y carecen de población estable. En su mayor parte, tan solo son accesibles en los meses del corto verano islandés, generalmente entre finales de junio y principios de septiembre.
Desde el punto de vista del viajero, la respuesta es un poco mas complicada. La Ring Road recorre fugazmente el extremo nororiental de las Tierras Altas, en Möðrudalsöræfum. Cualquiera que realice la ruta más popular de Islandia puede decir que ha atravesado, aunque sea brevemente, la región más indómita de la isla. A efectos prácticos, las Tierras Altas serían una mezcla entre realidad geográfica y estado de ánimo. En general, se podría decir que acaban allí donde llega el asfalto. Si quieres conocerlas de verdad, tendrás que huir de las carreteras pavimentadas.
En este sentido, aunque no pertenezcan geográficamente a la región, hay varias rutas en la periferia de la isla en las que tanto las condiciones como las sensaciones que transmiten son muy similares a las aquí descritas. Quizá la mas famosa sea Svalvogavegur, en los Fiordos del Oeste. Para algunos la carretera más peligrosa de Islandia y sin duda una de las más hermosas. O las dos pistas que se adentran en la despoblada y poco conocida península de Flateyjarskagi, al norte de Akureyri.
¿Cómo puedo recorrerlas?
Una opción es el autobús. Aunque pueda parecer increíble, en verano hay líneas regulares que llevan desde Reikiavik hasta Landmannalaugar, atraviesan el temido vado del Krossá, al final de la F249, o recorren de extremo a extremo la F26. Otra es apuntarse a una excursión organizada. Hay toda una industria montada alrededor de los recorridos guiados por la zona, incluso en invierno. Evidentemente, esta entrada no va dirigida a quien se decante por cualquiera de dichas opciones, aunque dejo algún vínculo al final del artículo.
Si quieres disfrutar de verdad de las Tierras Altas de Islandia, tendrás que hacerlo por libre, bien sea andando o al volante de tu propio vehículo. Que puede ser desde una bicicleta hasta un «expedition truck» perfectamente equipado. Solo así podrás disfrutar de la impresionante sensación de aislamiento y soledad que transmiten sus paisajes. Además, conducir por sus complicadas carreteras se convertirá en un reto que añade una dosis extra de interés a cualquier itinerario por la zona.
Las carreteras.
Las Tierras Altas de Islandia están atravesadas por varios tipos de carreteras. Aunque denominar de esta forma a sus pistas de tierra pueda parecer un eufemismo, permiten recorrer buena parte de sus espectaculares paisajes y llegar hasta alguno de los lugares más emblemáticos de Islandia, como Landmannalaugar o Kerlingarfjöll.
Carreteras secundarias.
Aunque pocas, hay algunas carreteras secundarias que atraviesan la zona. Incluso encontraremos tramos asfaltados, como los primeros 17 kilómetros de la carretera 26, entre el Highland Centre de Hrauneyjar y el desvío de la F228. Más interesantes son los 60 kilómetros que separan el arranque de la 910, junto al Lagarfljót, de la presa de Kárahnjúkar. Quizá sean la mejor forma de ver las Tierras Altas sin necesidad de conducir por una pista de tierra.
Pero que nadie se haga ilusiones. En Islandia, buena parte de las carreteras secundarias está sin asfaltar. Son simples pistas de tierra, generalmente lo suficientemente anchas como para que se puedan cruzar dos vehículos. El mejor ejemplo es la carretera de Kjölur, la antigua F35, aunque también es digna de mención la carretera 550, también conocida como Kaldadalsvegur. Ambas permiten disfrutar de una experiencia más parecida a las auténticas Tierras Altas, pero sin tantas complicaciones.
En cualquier caso, conducir por estas carreteras sigue teniendo cierto grado de complejidad. Atraviesan entornos completamente despoblados, en los que, en caso de tener algún problema, será complicado encontrar ayuda. Hay que ir mentalizado de que la velocidad media va a ser bastante baja y los botes y vibraciones continuos.
Un riesgo adicional, cerca de los límites externos de la región, son los animales. Sobre todo las ovejas, que pastan a sus anchas en medio de las enormes fincas, casi siempre en grupos de tres. Su reacción es completamente impredecible. Generalmente huyen al ver acercarse un vehículo, pero nunca sabes en qué sentido lo van a hacer y, en ocasiones, acabarán cruzándose delante de tu coche. Otras veces te ignoran y esperan hasta el último minuto antes de dejar la ruta libre. Incluso las he visto cruzar lentamente por delante del vehículo, con actitud desafiante.
Los puentes, casi todos de un solo carril, funcionan con la premisa de que el primero en llegar es quien tiene la preferencia. Suelen ser cortos y apenas hay tráfico, por lo que es muy raro encontrarte con alguien de frente.
También hay que tener cierta precaución con los cambios de rasante ciegos. Aunque vayas por una carretera en la que no hayas visto un coche durante horas, no te confíes y arrímate a la derecha. Evitarás sustos innecesarios. En otras ocasiones, puedes encontrar una señal literalmente en medio de la carretera, obligándote a orillarte a la derecha.
Carreteras de montaña.
Pero la mayor parte de la región está comunicada por lo que allí llaman «carreteras de montaña», o fjallvegur. Cualquier carretera que lleve una F al principio de su número es una carretera de montaña, por la que los únicos coches que pueden circular deben tener tracción a las cuatro ruedas. También se permite recorrerlas en moto, bicicleta o andando.
¿Qué hace especiales a las carreteras de montaña? En general, suelen tener un único carril, su nivel de mantenimiento es bastante menor y pueden tener tramos realmente complicados, tanto por su firme como por su trazado. Algunas se pueden atravesar con un SUV, pero para otras es necesario un 4 x 4 «de verdad». En cualquier caso, nada está garantizado. Una pista que un día se recorre sin problemas, al día siguiente puede convertirse en un barrizal intransitable. O la crecida de un río se puede llevar por delante uno de sus tramos, dejándola impracticable para una temporada. También debes tener en cuenta que su estado puede variar de una zona a otra. Por ejemplo, algunos tramos de la F26 son anchos, con firme liso y un trazado más que aceptable. Otros, parecen auténticos caminos de cabras.
Los puentes de un solo carril, los animales sueltos o los cambios de rasante ciegos plantean los mismos problemas descritos anteriormente, con el agravante de que estas pistas son más estrechas y tienen peor firme. Éste puede ser muy irregular. Generalmente es de tierra o gravilla, pero también puedes acabar conduciendo sobre una superficie de lava sólida, fina arena o zonas completamente encharcadas. La velocidad media es todavía menor que en las carreteras secundarias y puede cambiar mucho, dependiendo de la pista y de las condiciones concretas que tenga cada día.
Los vados.
Y luego están los vados. Algunas pistas, como la F347 no tienen ninguno. Otras, como la F208, más de una docena. Pueden ser poco más que un charco con algo de corriente o un impetuoso río. Y pueden pasar de un estado a otro en cuestión de horas. Un vado en un río glaciar, transitable por la mañana, puede bajar crecido tras un día especialmente caluroso y ser imposible de cruzar por la tarde. O varios días seguidos de lluvia pueden provocar que un río pluvial baje crecido, aunque la jornada en que tú llegues sea espléndida. Generalmente, lo peor que puede pasar es que el vehículo se quede embarrancado y tengas que buscar quién te remolque. Pero también ha habido casos de coches que han sido arrastrados por la corriente. La última víctima mortal vadeando un río en Islandia fue en 2018. Y ten en cuenta que incluso los conductores experimentados pueden tener problemas.
En cualquier caso, a la hora de vadear un río hay que seguir una serie de consejos.
- El primero, que en general sirve para toda actividad al aire libre en Islandia, es tener siempre un plan B y ser capaz de reconocer el momento de abandonar y dar media vuelta.
- Cuando llegues a un vado que parezca complicado, bájate del coche y estudia detenidamente el terreno.
- No tengas prisa. Espera a ver pasar otros vehículos, que te permitan apreciar la profundidad del vado y el mejor lugar para atravesarlo. Ten en cuenta que quizá no crucen el río por el lugar óptimo. Si no lo tienes claro, deja que pasen más vehículos, quizá alguno te acabe mostrando el camino correcto.
- Si no viene ninguno, atraviesa el vado andando. ¿No te atreves? No lo cruces con el coche.
- Si el vado es lo suficientemente profundo como para que alcance el morro de tu coche, cruza el río muy despacio. Si aceleras demasiado, puedes crear una ola delante del capó, que acabe entrando en la toma de aire del motor.
- Atraviesa siempre con la tracción a las cuatro ruedas activada, con la relación de cambio más corta que tenga el coche y sin cambiar de marcha.
- Si el coche es automático pero permite pasar a modo manual, utiliza esta característica.
- Si el río tiene corriente, crúzalo diagonalmente, avanzando ligeramente a su favor.
- Si es una gran charca de aguas remansadas, no te confíes. Algunas son muy profundas en su zona central. Si hay una cuerda en uno de sus laterales, cíñete a ella. Suele marcar la zona más adecuada para vadear.
- Nunca pares en medio del río, sobre todo si tiene corriente y el fondo es de arena o guijarros. En el momento en que te detengas, la corriente comenzará a socavar el terreno bajo las ruedas.
- Si el río es profundo y tu vehículo tiene elevalunas eléctricos, puede ser una buena idea bajar una ventanilla aguas abajo de la corriente. Te facilitará la salida si tu coche «muere» en el vado y la presión del agua te impide abrir las puertas.
- Por último, ten en cuenta que casi ningún seguro, aunque sea a «todo riesgo», te cubrirá mientras estás vadeando. Y las averías en Islandia son muy caras.
Las pistas no oficiales.
Más allá de las carreteras F hay algunas pistas que no tienen mantenimiento periódico, pero por las que es posible (y legal) transitar. Todavía más duras y salvajes que las pistas oficiales, pero que permiten llegar a lugares aún más remotos. Por ejemplo, acceder al cráter del Askja sin vadear ningún río, pasar directamente de la F26 a la carretera 35 sin salir de las Tierras Altas, o adentrarse en el enorme campo de lava de Odadahraun.
Si, más allá de las más famosas y transitadas, es difícil encontrar información de las carreteras de montaña, para estas pistas es casi imposible. En primer lugar, al no tener número oficial, se las identifica únicamente por su nombre, cuando lo tienen. Y cualquiera que conozca Islandia sabe cómo son los topónimos de la isla. Afortunadamente, suelen venir reflejadas en los paneles informativos que podemos encontrar repartidos por las carreteras de Islandia, marcadas en gris. Paneles que, dicho sea de paso, a veces son la mejor fuente de información sobre algunas pistas.
Por último, una advertencia. En Islandia es completamente ilegal conducir fuera de las carreteras y pistas habilitadas. La naturaleza de la isla es extremadamente frágil y tarda muchísimo en recuperarse. Cualquier marca que dejes en el campo puede quedar allí durante décadas. Si los graves daños ecológicos y paisajísticos que provocarán las ruedas de tu coche no son motivos suficientes para disuadirte, el gobierno de Islandia lo hará con multas de miles de euros.
El estado de las carreteras.
Al igual que en el resto de Islandia, es fundamental permanecer atento a la información sobre las carreteras y su estado. Es bastante habitual encontrar «rangers» en las rutas más transitadas, que estarán encantados de asesorarte. Tampoco dudes en preguntar a cualquier coche con el que te cruces. Te darán información de primerísima mano sobre lo que vas a encontrar unos metros más adelante. Pero la forma más sencilla de averiguar el estado de las carreteras es mediante internet. Básicamente, dispones de tres páginas web que simplifican la tarea.
En https://vegasja.vegagerdin.is/eng/ encontrarás un práctico mapa con el tipo de firme de cada carretera, además de indicaciones de la velocidad y dirección del viento. También ofrece otras informaciones, pero éstas no llegan a las Tierras Altas.
La página https://safetravel.is/conditions informa del estado de las carreteras, alarmas meteorológicas y, en general, todo tipo de avisos relevantes para cualquiera que vaya a conducir o salir al aire libre en Islandia. Además, permite suscribirse por SMS a las alertas meteorológicas. En la web encontrarás consejos útiles y hasta un formulario para dejar constancia de tu ruta prevista, por si surge algún problema. Por último, hay vínculos que permiten descargar su aplicación para iOS y Android.
En https://www.road.is/travel-info/road-conditions-and-weather/entire-iceland-road-conditions-map/ también hay un mapa con las condiciones de las carreteras. Si seleccionas alguna región concreta, te mostrará la temperatura y velocidad del viento en diversos lugares.
Los códigos de colores.
Verás que los dos últimos mapas identifican el estado de las carreteras con códigos de colores. Al no estar abiertas en invierno, puedes olvidarte de todas las sutilezas sobre el tipo y cantidad de nieve que afectan al resto de la isla en su largo periodo invernal. En las Tierras Altas, solo encontrarás cuatro estados.
Verde (carretera fácilmente franqueable) o verde oscuro (carretera fácilmente franqueable para vehículos de montaña) quieren decir que la ruta está abierta. Lo que no asegura que vayas a ser capaz de atravesarla con tu vehículo. Esto último dependerá principalmente del estado de los ríos. Salvo que haya una crecida notable, no cortarán una carretera por este motivo. Una advertencia, en road.is el verde oscuro viene indicado por una carretera en verde con un pequeño símbolo de un 4×4 sobrepuesto.
Rojo significa carretera infranqueable o cerrada. Generalmente, la encontrarás cerrada con una valla o una cadena, pero no siempre ocurre. Con indicación o sin ella, si te adentras en la carretera y tienes un problema, te cobrarán el coste del rescate. Que no será barato. En otras ocasiones, puede que directamente esté prohibido circular por la carretera, independientemente de su estado aparente. Suele darse al final de la primavera, cuando las pistas están despejadas de nieve pero el firme todavía se encuentra demasiado húmedo y blando para soportar el peso de un coche. En el mapa de road.is están marcadas en rojo, con una señal de circulación prohibida. Si te descubren conduciendo por una de ellas, te multarán. Y, en Islandia, las multas tampoco son baratas.
Gris quiere decir que la carretera no tiene monitorización invernal, o que nadie sabe su estado real. A efectos prácticos, salvo que tengas muy buen coche y mucha experiencia, en las Tierras Altas es como si estuviera en rojo.
El clima.
En su mayor parte, las Tierras Altas solo se pueden recorrer en verano, cuando la Administración de Carreteras de Islandia abre oficialmente las pistas al tráfico. No hay fecha fija ni para su apertura ni para el cierre, a finales del verano. Ni todas las rutas se abren o cierran al mismo tiempo. La cantidad de nieve y el estado del firme, entre otros factores, determinan la fecha concreta en que se abre cada una.
Pese a estar solo abiertas en los meses con mejor clima, hay que tener en cuenta que estamos en Islandia, cerca del Círculo Polar Ártico y generalmente por encima de los 400 metros de altitud. Las condiciones se pueden complicar en cualquier momento. Puede nevar, llover a cántaros o bajar una niebla asombrosamente espesa. Todo ello en un entorno que hasta en un día espléndido resulta bastante duro.
Aunque, como en toda Islandia, el peor peligro suele ser el viento. Si tienes la mala suerte de que se levante, sus fuertes ráfagas zarandearán tu vehículo, pudiendo llegar a sacarte de la pista o a arrancarte una puerta, si la abres sin la debida precaución. Además, en un terreno generalmente yermo, puede llegar a levantar tormentas de arena, que serán capaces de dañar la pintura de tu coche y complicarán la visibilidad.
Ten siempre un ojo puesto en la previsión meteorológica. Consúltala cada mañana, antes de ponerte en ruta. Y, si tienes que renunciar a tus planes, no dudes en hacerlo. En Islandia solo hay una certeza: si luchas contra la naturaleza, tienes todas las de perder.
El vehículo.
Aunque, desde el punto de vista legal, sería posible adentrarse con cualquier vehículo en casi todas las carreteras que no tengan una F delante del número, creo que lo mínimo que debes conducir es un SUV. Si vas a recorrer, aunque sea mínimamente, alguna de las carreteras de montaña, no tienes otra opción. Necesitas obligatoriamente un vehículo con tracción a las cuatro ruedas.
Con esta premisa, ¿qué coche es aconsejable alquilar? Si no vas a vadear ningún río, te puede valer prácticamente cualquier SUV. En Islandia, es bastante popular el Dacia Duster. No es muy sofisticado, pero tiene una altura razonable y su alquiler es relativamente barato. Aunque, en realidad, lo único barato en la isla son el agua y los paisajes. También es bastante popular el Suzuki Jimny. Aunque, por sus dimensiones, solo sea práctico para una o dos personas, es alto y relativamente duro. Pero tiene fama de ser inestable con viento lateral y de flotar con relativa facilidad en los ríos. Además, su depósito de gasolina es algo pequeño, limitando su utilidad en las rutas más largas.
Si, por el contrario, vas a recorrer pistas con vados, mi consejo es que alquiles el mejor vehículo que te puedas permitir. Si tiene toma de aire elevada, tipo «snorkel«, mejor. Los alquileres en Islandia tienden a ser muy caros, sobre todo en verano, la única época del año en que vas a poder ir a las Tierras Altas. Por tanto deberás sopesar el coste del vehículo, el itinerario que tienes previsto realizar y los días que vas a pasar en las Tierras Altas. Pero, ya que estás allí, lo último que querrás es quedarte con las ganas de visitar un lugar que tienes al alcance de la mano por no haber alquilado el coche adecuado.
En cualquier caso, cuando recojas el vehículo, procura averiguar a qué altura está la toma de aire del motor y de qué tipo es la rueda de repuesto. Mejor si es una rueda normal, no las tipo «galleta» que tan habituales son en la actualidad. Por último, asegúrate de qué tipo de carreteras te permite recorrer el contrato de alquiler. Algunas agencias tienden a ser muy restrictivas, prohibiendo conducir casi por cualquier carretera que no esté asfaltada. Otras, prohíben expresamente recorrer pistas específicas, como la temida F249. Infórmate previamente y desconfía de los alquileres excesivamente baratos, sobre todo de las webs que en realidad se dedican a realquilar coches.
Los seguros.
Mi consejo sobre el seguro es muy sencillo: contrata siempre el mejor que te ofrezcan, aunque encarezca notablemente el coste del alquiler. Protecciones que, en cualquier otro lugar del mundo, pueden parecer absurdas, son fundamentales en Islandia. Más aun en las Tierras Altas. Como la protección de la pintura frente a tormentas de ceniza o arena, o los daños producidos por la grava. En este sentido, suele ser recomendable contratar con empresas de alquiler locales. Sus pólizas están mucho más adaptadas a las peculiaridades de la isla que las de las grandes empresas multinacionales.
Pero, por muy buen seguro que contrates, ten en cuenta que lo más probable es que no te cubra cuando atraviesas un vado. Al coste de sacar el coche del río, tendrás que añadir la avería que el agua pueda ocasionar en el motor, o en otros elementos del vehículo. Es difícil saber a cuánto puede ascender la factura, pero hay rumores de algunos casos en los que ésta ha superado los 10.000 €.
La orientación.
Orientarse en la región es más sencillo de lo que a priori puede parecer. Las carreteras están razonablemente señalizadas. En muchos cruces, hay señales indicando las direcciones y, a veces, las distancias. Buena parte de las pistas están balizadas, con postes marcando el camino.
La cobertura de móvil no siempre es buena en las Tierras Altas. En este sentido, desconfía de los navegadores y mapas en línea. Aunque puedas descargarlos para su uso sin cobertura, tampoco son muy aconsejables los mapas de Google, en los que no aparecen algunas de las pistas y en cambio verás otras que no forman parte de la red oficial. Los mejores mapas digitales que cubren la zona son los de OpenStreetMap. Están bastante actualizados y reflejan los vados con relativa precisión. Pero ten en cuenta que, en un entorno tan cambiante como las Tierras Altas, siempre puedes encontrar errores. Si quieres utilizar una aplicación móvil, que además te sirva de navegador, una opción es MapsMe. Aunque, en la periferia de las Tierras Altas, donde aún puedes encontrar algunas granjas, tiene cierta tendencia a desviarte por ellas. Otra posibilidad es llevar mapas en papel, comprados o sacados por impresora.
En cualquier caso, independientemente del método que utilices, tu principal guía deben ser tanto la realidad que tengas delante, como tu propio sentido común. Estudia la ruta previamente. Familiarízate con los mapas y las opciones alternativas, por si no puedes realizar el itinerario previsto. Intenta localizar videos de la pista que vas a recorrer. Hay varios canales en YouTube que te pueden ayudar. Conocer mínimamente el entorno por el que vas a conducir será una ayuda inestimable.
La conducción.
Como puedes imaginar, conducir en las Tierras Altas de Islandia es una experiencia muy diferente a hacerlo por el entorno, generalmente urbano, en el que casi todos nos desenvolvemos a diario. Quitando alguna de sus rutas principales, sobre todo la que lleva a Landmannalaugar desde el norte, el tráfico es muy escaso. Puedes pasar horas sin ver otro vehículo. Personalmente, me parece una maravilla, pero debes ser consciente de que, si tienes un problema, puede que te encuentres completamente solo.
Apenas encontrarás infraestructuras en su interior, más allá de la pista por la que avances. Tan solo algún pequeño oasis de civilización, principalmente en Landmannalaugar, Nýidalur o Ásgarður. En este último, incluso hay un pequeño hotel. Pero lo razonable es llevar contigo todo lo que puedas necesitar. Sobre todo agua y comida para pasar al menos un día mas de los que tengas previsto estar por la zona. Y gasolina. Por ejemplo, en Sprengisandsleið hay 241 kilómetros entre las gasolineras de Fosshóll y Hrauneyjar, en los extremos de la ruta. Y esta última tiene fama de averiarse de vez en cuando. Además, debes tener en cuenta que el consumo en una pista bacheada es muy superior al que tendrías en una carretera perfectamente asfaltada. Nunca te confíes y acostúmbrate a entrar en las Tierras Altas con el depósito a rebosar.
Algunas pistas son muy estrechas y hasta aquellas en las que caben holgadamente dos vehículos el polvo y el barro pueden hacer muy complicado adelantar. Si te alcanza alguien, facilita el adelantamiento reduciendo la velocidad y orillándote lo más que puedas. Compórtate igual cuando te cruces con otro vehículo. En general, en toda la zona suele reinar una cortesía al volante difícil de encontrar en cualquier otro lugar. Quizá sea fruto de la sensación de aislamiento y del impresionante entorno, que constantemente te recuerda tu fragilidad y hasta qué extremo dependes de tus congéneres para sobrevivir.
Entre las peculiaridades que pueden ser más desconcertantes cuando conduces por primera vez en la región, sobre todo en su periferia, están las puertas para el ganado. Llevas un buen rato avanzando por una pista en medio de ninguna parte y, de pronto, una verja metálica te bloquea el paso. No te preocupes. Salvo que esté cerrada con un candado, o haya un cartel indicando lo contrario (circunstancias que personalmente no he visto jamás), puedes abrirla sin ningún problema. La única precaución que debes tener es volverla a dejar correctamente cerrada.
Por lo demás, ten en cuenta que las pistas cunden muy poco. En contadas ocasiones, lograrás ir a 80 kilómetros por hora, que es la velocidad máxima en pistas como la ruta de Kjölur, que no es una carretera de montaña. Lo normal, en un día con buen clima y una pista razonablemente buena, puede estar más cerca de los 60, que también es el límite en muchas pistas secundarias. En otras, lograr ir a 40 será todo un triunfo. A esto tienes que añadir el tiempo que puedas perder en los vados, orientándote en los cruces y, sobre todo, parando para disfrutar del impresionante paisaje que recorres. Lo importante es no tener prisa, para lo que es fundamental una buena planificación. Cuenta con sacar una media de entre 25 y 30 kilómetros a la hora y así podrás disfrutar de la experiencia, parar cuantas veces quieras (aunque quizá esto último sea imposible) y hasta te podrás permitir, si vas bien de tiempo, algún pequeño desvío improvisado. Si eres impaciente y te gusta la velocidad, las Tierras Altas no son para ti.
¿Es complicado o peligroso? Puede serlo, pero no tanto como parece. Lo más importante es que actúes con calma y precaución. Y que no pretendas atravesar la F910 de punta a punta en tu primer viaje a la región. Comienza por alguna carretera relativamente sencilla, como la 35, para ir aumentando progresivamente la dificultad de los tramos que recorras. Y, si no te sientes cómodo, da media vuelta y explora la Islandia más civilizada, que también es fascinante. Recuerda que has ido a la isla a disfrutar.
La recompensa.
Pero, ¿tiene sentido tanta complicación? La respuesta es una decisión personal de cada viajero. Para algunos, aventurarse por estas pistas es una locura. Para otros, entre los que me incluyo, es lo mejor de Islandia. Conducir por trayectos difíciles, en condiciones cambiantes, sin saber cuánto vas a tardar en llegar a tu destino, si es que lo logras, da al viaje una dimensión especial y hace que el simple hecho de conducir sea toda una experiencia. Además de un reto.
Por último, las zonas que recorren las pistas de las Tierras Altas son la parte más salvaje, virgen y solitaria de Islandia. Basta remontar unos kilómetros el río Skjálfandafljót, por la 842 y la F26, para pasar de la masificada Goðafoss a la solitaria Aldeyjarfoss. Por no hablar de algunos de los lugares más espectaculares de la isla, como Langisjór, el cráter del Askja o Hveravellir, situados en su interior y, por tanto, tan solo accesibles por sus carreteras de montaña.
Mapa.
En el siguiente mapa interactivo, podrás encontrar todas las entradas del blog relacionadas con las Tierras Altas de Islandia.
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Para ampliar la información:
En Tragaviajes describen un viaje organizado de ocho días por el sur de la región: https://www.tragaviajes.com/highlands-islandia-ruta-tierras-altas/.
En inglés, imprescindible visitar https://safetravel.is, tanto para averiguar el estado de las carreteras de montaña, como las alertas meteorológicas o dejar un plan de viaje. Nunca te adentres en las Tierras Altas sin consultar previamente esta página.
También es interesante visitar https://www.road.is/travel-info/condition-and-opening-of-mountain-roads/, donde podemos averiguar las fechas de apertura de las carreteras de montaña.
La oficina meteorológica de Islandia tiene su web en https://en.vedur.is.
La página https://roads-and-rivers.com/en/iceland-f-road/ da información y consejos enfocados a quien quiera recorrer las Tierras Altas al volante de un SUV.
También es interesante la breve reseña de cada pista que puedes ver en https://www.motorhomeiceland.com/blog/iceland-f-roads.
En Epic Iceland encontrarás un buen artículo con recomendaciones sobre cómo vadear ríos: https://epiciceland.net/icelandic-rivers-how-to-cross/.
Hay varios canales en YouTube en los que es posible ver recorridos por la zona. Quizá el más completo sea Ervin Drives Around: https://www.youtube.com/channel/UCs9y7aFiAwsWJuXkMi7ekcQ/videos.
Quien esté interesado en acceder a la región en autobús, puede encontrar información en https://www.re.is/highland-bus/.
Respecto a las excursiones organizadas, no tengo experiencia de primera mano. Las webs de Reykjavik Excursions (https://www.re.is/blog/enter-the-highlands/), Arctic Adventures (https://adventures.is/iceland/locations/highlands/) y Guide to Iceland (https://guidetoiceland.is/book-trips-holiday/day-tours/highland-tours) parecen buenos sitios en los que empezar a investigar.
Por último, recomendaré un par de libros.
Trackbook Iceland es interesante para cualquiera que recorra el interior de Islandia: https://www.amazon.es/Trackbook-Iceland-58-Highland-Adventures/. Se limita a describir buena parte de las carreteras de montaña, con indicaciones prácticas para la conducción. Un rutómetro en papel de los de toda la vida.
Off the Beaten Track in Iceland es más parecido a una guía turística. Aunque comienza a estar desactualizado, sigue teniendo interés: https://www.amazon.es/Off-Beaten-Track-Iceland-2012/.
Hola, estoy planeando un viaje a Islandia a principios de junio pero como sabré si estas pistas de tierra están practicables? Gracias
Hola Javier. Siempre puedes consultar el estado de las pistas y carreteras en https://safetravel.is.
También puedes informarte sobre el histórico de fechas de apertura de las pistas de las Tierras Altas en https://www.road.is/travel-info/condition-and-opening-of-mountain-roads/. Como puedes ver, quizá principios de junio sea demasiado pronto. Aunque este año parece que está siendo anormalmente benigno, al menos desde mediados de febrero. Pero nunca se sabe.
Tanto en verano como en invierno, parece que conducir en isla de fuego y hielo es toda una aventura.
Muchas gracias por compartir estos lugares y esta información.
Conducir por Islandia es siempre interesante. Hacerlo por sus Tierras Altas es además, tal como dices, una pequeña aventura, que da un aliciente especial al viaje.
Gracias por comentar.