El Öræfajökull es a la vez el mayor volcán activo de Islandia y el glaciar a más altitud de la isla. Situado al sur del gran Vatnajökull, con el que forma una masa de hielo continua, ocupa una superficie cercana a los 400 km2. A pesar de su tamaño relativamente reducido, de sus hielos se descuelgan nada menos que 14 glaciares. Entre los que se encuentran el fotogénico Svinafellsjökull, el popular Skaftafellsjökull o el Fjallsjökull, con su frente ocupado por una hermosa laguna glaciar. El Kvíárjökull no puede competir en ninguna de estas facetas. A cambio, ofrece un entorno asombrosamente tranquilo, a tan solo un paso de la Ring Road.

Atardecer frente al Kvíárjökull

El Kvíárjökull, en febrero de 2024.

Había estado frente al Kvíárjökull en febrero de aquel mismo año. Fue una visita extraordinariamente breve, al final de una larga jornada recorriendo el sur de Islandia de oeste a este. Llegué muy tarde, con un cielo plomizo, una luz cada vez más menguante y bastante cansado. Apenas encontré tiempo para hacer un par de fotos y volar el dron, mientras realizaba una primera exploración del entorno. El glaciar tenía un aspecto magnífico y parecía un lugar muy solitario. Habría que regresar.

Llegando al Kvíárjökull

Llegando al Kvíárjökull.

La ocasión llegó apenas siete meses más tarde, nuevamente al final de un día extraordinariamente largo, avanzando hacia levante por la costa meridional de Islandia. La jornada había sido increíblemente fructífera, visitando por primera vez el Falljökull, por cuarta un Svínafellsjökull todavía más hermoso de lo habitual y volando por segunda en una avioneta, que me había transportado hasta el Valhalla de la fotografía de paisaje. Eran casi las seis de la tarde, aún tenía que recorrer casi cien kilómetros hasta el hotel de Höfn y comenzaba a acusar el cansancio. En ese momento, podría haber dado el día por terminado sin el menor remordimiento, dejando el Kvíárjökull para el viaje de regreso hacia el oeste. Pero aún tenía un par de horas de luz por delante y las condiciones parecían óptimas. En las inmediaciones del Ártico, suele ser mala idea desaprovechar las ocasiones. No tienes la menor garantía de tener una segunda oportunidad. Tocaba visitar el glaciar.

El glaciar en las sombras

El glaciar en las sombras.

Cuando llegué frente a sus hielos, caí en la cuenta del punto débil de mi plan. El Kvíárjökull se encuentra al sureste del Öræfajökull. Con el atardecer avanzando decididamente, el glaciar estaría en la sombra, con el resplandor del sol brillando por encima de las montañas. Unas condiciones bastante complicadas para hacer fotografía de paisaje. En cualquier caso, no era cuestión de dar marcha atrás. Ya que estaba allí, intentaría acercarme hasta la lengua glaciar y volar el dron. Respecto a la luz, quizá tendría suerte y acabaría cambiando. O brindándome alguna oportunidad inesperada.

La laguna frente al Kvíárjökull

La laguna frente al Kvíárjökull.

La lengua glaciar se encuentra, aproximadamente, a 1.600 metros del aparcamiento. Una senda, sin señalizar pero claramente visible, conduce hacia el glaciar bordeando su laguna por el sur. Esta tiene un origen bastante reciente, pues parece haber nacido a principios de este siglo. Aunque, todo hay que decirlo, el Kvíárjökull está resistiendo los embates del calentamiento global mejor que otros glaciares de Islandia. Según Flosi Björnsson, un naturalista aficionado que vivía en una granja cercana, el glaciar alcanzó su máxima extensión en 1870. A continuación, comenzó una extraña danza de avances y retrocesos. Prácticamente estático hasta principios del siglo XX, empezó a retroceder durante algunos años de la década de 1920. Después, recuperó parte del terreno perdido para, ya en los años 30, reanudar su repliegue. Durante la segunda mitad del siglo, su frente volvió a permanecer virtualmente inmóvil. Hasta que, con la llegada del milenio, inició una nueva fase de retroceso. Aunque éste no ha sido lineal. Por las imágenes de satélite, sabemos que su parte septentrional ha tenido dos breves pulsos de avance. El primero, de algo más de 200 metros, entre 2013 y 2014. El último, de apenas un centenar, durante el invierno de 2017 a 2018.

Afloramiento rocoso en el Kvíárjökull

Afloramiento rocoso en el Kvíárjökull.

Quizá este comportamiento se deba a la propia orografía del glaciar. El Kvíárjökull desciende abruptamente, desde los 1.800 metros de su origen hasta los 500, formando una espectacular cascada de hielo, rota por un extraño afloramiento rocoso. Después, continúa hacia la llanura encajonado entre paredes de roca de hasta 600 metros de altura. El resultado es una velocidad de avance que, en la parte más estrecha del glaciar, donde éste apenas alcanza los 700 metros de ancho, llega a los tres metros diarios. Actualmente, este extraordinario flujo de hielo es capaz de compensar el deshielo en la laguna. Aunque nadie descarta que la situación pueda cambiar en cualquier momento, hoy en día el Kvíárjökull es el glaciar de Islandia que más se aproxima al mar, quedándose a poco menos de tres kilómetros de la costa.

La costa desde el Kvíárjökull

La costa desde el Kvíárjökull.

Otra de las características del glaciar son sus impresionante morrenas, que llegan prácticamente hasta la Ring Road. Desde ésta, parecen dos enormes colinas, avanzando hacia la llanura hasta obligar a la carretera a dar un rodeo para esquivarlas. Supuestamente tuvieron su origen hace 3.200 años, cuando el Kvíárjökull, además de adentrarse más en la llanura, alcanzaba un grosor mucho mayor del actual. La más septentrional, dividida en dos secciones, recibe los nombres de Kambur y Kambmýrarkambur y alcanza los 129 metros de altura. La situada al sur, con 150 metros, es conocida como Kvíármýrarkambur. Entre ambas delimitan un gran espacio, que el glaciar aún conseguía llenar a finales del siglo XIX.

Kambur y el monte Efrihnúta

Kambur y el monte Efrihnúta.

Al final, aquella tarde tampoco logré alcanzar el borde del hielo. Llegó un momento, más allá del final del sendero, en que el terreno era demasiado escabroso. También comenzaba a hacerse tarde y cada vez acusaba más el cansancio acumulado. Además, con la única excepción de una pareja francesa con la que me crucé según llegaba, estaba en la más absoluta soledad. En parte, perfecto para disfrutar del impresionante entorno. Pero también podía ser un problema si tenía algún contratiempo. Preferí aprovechar lo poco que quedaba de luz para volar el dron.

El sol de la tarde ilumina Vatnafjöll

El sol de la tarde ilumina Vatnafjöll.

Después, comencé el regreso hacia el aparcamiento. El sol, cada vez más bajo, iluminaba oblicuamente la impresionante pared de roca de Vatnafjöll, la «montaña del Agua», que se levanta verticalmente al norte del glaciar. Sus rayos realzaban los pliegues y recovecos de la roca. Más allá, la misma luz acentuaba los relieves de la blanca superficie del Öræfajökull. El contraste entre ambas superficies creaba una escena extraña, un tanto irreal. Aunque fugaz, logré tener un instante mágico frente al Kvíárjökull. En cualquier caso, en un día asombrosamente fructífero desde el punto de vista fotográfico, aquel paseo fue el momento menos deslumbrante de la larga jornada. Al final, dejé el glaciar con el mismo pensamiento que en mi anterior visita: habrá que volver.

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Para ampliar la información.

Si tienes la experiencia y el equipo adecuados, en Wikiloc describen una ruta por el glaciar, aprovechando una de las brechas de su morrena meridional: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/kviarjokull-130124528. Ni se te ocurra intentarlo sin la debida preparación.

En inglés, la magnífica web Glacier Change tiene una entrada sobre el Kvíárjökull: https://glacierchange.com/en/kviarjokull/.

Si te interesa la dinámica de las enormes morrenas laterales, en ResearchGate encontrarás un largo estudio en PDF: Post-sedimentary transformation of lateral moraines: The tributary tongue basins of the Kvíárjökull (Iceland).

En YouTube puedes ver un video con una vista aérea del glaciar, seguido por una visita desde el noreste: https://www.youtube.com/watch?v=eZaoSdtQWMQ. Ten en cuenta que la pista que parecen utilizar para aproximarse no aparece en iskort.is. Puede que no sea legal atravesarla con un vehículo.