En la actualidad, el trazado de Kaldadalsvegur se corresponde en buena parte con la carretera 550. Sus 63 kilómetros comienzan en el cruce de las carreteras 36 y 361, al norte de Þingvellir. Los primeros 23, hasta el cruce con la carretera 52, están asfaltados. A partir de ese punto, comienza la parte realmente interesante: los casi 40 kilómetros de pista que, atravesando el extremo occidental de las Tierras Altas a los pies del Langjökull, llevan hasta el asfalto de la carretera 518, en el valle del río Hvitá.
En contra de lo que muestran algunos mapas, el tramo septentrional de la 550 no es una pista con calificación F (carretera de montaña). Pese a la falta de asfalto, tanto su firme como su trazado están en un estado razonable y no es necesario vadear ningún río. Motivos por los que, en numerosas ocasiones, Kaldadalsvegur es denominada «las Tierras Altas para principiantes». Recorrerla permitiría probar brevemente las sensaciones que trasmite la región más indómita de Islandia, sin sufrir todas sus complicaciones. En principio, sería posible atravesarla con cualquier vehículo, aunque algunas agencias de alquiler prohíben recorrerla con automóviles sin tracción a las cuatro ruedas.
Nosotros haríamos el trayecto en sentido sur. Arrancaríamos en el aparcamiento de Hraunfossar, junto al Hvitá. Tras entrar en la 550 por su extremo septentrional, nos desviaríamos brevemente por la 551 para hacer una visita al Langjökull. Después, regresaríamos a Kaldadalsvegur, para completar el trazado hasta su extremo meridional, en las inmediaciones de Þingvellir, donde queríamos dar un paseo por Hvannagjá.
Iniciamos la ruta poco antes de las diez. La mañana era perfecta, con un viento suave procedente del sur. Las nubes cubrían parcialmente el cielo, dejando que el sol se filtrara entre algunos claros. Aunque en ese momento no llovía, podíamos ver algunos chaparrones descolgándose en la distancia. Mientras, el Langjökull permanecía oculto tras un espeso manto gris, amontonado sobre sus alturas. Frente a nosotros, el río Geitá serpenteaba por el fondo de un cañón, cuyas paredes difuminaba la espuma generada por Geitárfoss. El paisaje trasmitía una intensa sensación de salvaje belleza.
Una excursión hasta el Langjökull.
Kaldadalsvegur ascendía lentamente, recorriendo un paisaje cada vez más áspero y salvaje. La pista era ancha y no había el menor tráfico, por lo que las pausas eran continuas. Algunas muy breves, lo justo para hacer una fotografía. Otras, más prolongadas, en las que disfrutábamos tanto del espléndido panorama sobre el valle de Kaldidalur como del silencio, tan solo interrumpido por el viento.
Éste venía desde el sur. En su avance, rodeaba los contrafuertes occidentales del Langjökull, empujando a su paso el denso manto gris que envolvía al glaciar. El lento pero incesante movimiento de las nubes añadía un aire de majestuosidad al entorno. De vez en cuando, efímeros chubascos, no sabemos si de agua o nieve, velaban el fascinante paisaje, en un continuo baile de luces y sombras.
Las continuas pausas nos hicieron tardar casi 45 minutos en recorrer los poco mas de 10 kilómetros que llevan desde el cruce de la 551 hasta un gran amontonamiento de piedras que encontramos junto a la pista. Los restos de un antiguo mojón, junto al que había una amplia explanada, habilitada como aparcamiento. Aprovechamos el lugar para hacer una pausa más prolongada y contemplar el espléndido panorama. Al volver la vista atrás, hacia el camino que acabábamos de recorrer, nos sorprendió ver un cielo mucho más limpio y luminoso.
Por contra, el impresionante panorama sobre Kaldidalur y las montañas que se extendían al otro lado del valle, desde las que se descolgaban varias lenguas glaciares, permanecía parcialmente oculto tras las nubes bajas. El mojón marcaba el punto culminante de Kaldadalsvegur. En dirección norte, el horizonte se extendía hasta el valle del Hvitá. La pista seguía zigzagueando hacia el sur, donde se comenzaba a adivinar el final de las Tierras Altas, en las proximidades de Þingvellir. En cualquier caso, aun estábamos a 41 kilómetros de nuestro siguiente destino. Debíamos seguir avanzando.
Comenzamos el lento descenso. Poco a poco, íbamos dejando los glaciares atrás, pero el paisaje seguía siendo fascinante. Sobre todo hacia el este, donde una sucesión de montañas, con aspecto de ser de otro planeta, se entremezclaba con las nubes que seguía empujando el viento. Aparentemente, estábamos superando el extremo meridional del Þórisjökull, una tuya cubierta por un pequeño glaciar. Pero la capa de nubes bajas hacía muy complicado orientarse.
Poco después, pudimos ver a nuestra izquierda una valla para el ganado. Señal inequívoca de que estábamos regresando a la civilización. Lentamente, el paisaje se volvía más suave y la vegetación más abundante. Hacia oriente, deberíamos haber visto la mole del Skjaldbreiður. Un volcán en escudo cuyo nombre se traduciría por «escudo ancho». En realidad, Skjaldbreiður es el responsable de que los volcanes en escudo tengan dicha denominación. Pero, una vez más, las nubes nos impedían apreciar sus verdaderas dimensiones.
El paisaje seguía cambiando, mientras el firme de tierra se convirtió en asfalto. Habíamos dejado atrás las Tierras Altas. Poco después, al filo de la una, se hacía evidente que nos aproximábamos a Þingvellir. Tras dejar atrás el Lágafell, teníamos a nuestra izquierda la amplia llanura de Þingvallaskógur. En un recodo de la carretera, nos dimos de bruces con una profunda grieta atravesando el terreno. Estábamos llegando a nuestro siguiente destino y al final de la ruta.
Hvannagjá, al norte de Þingvellir.
Aunque Kaldadalsvegur no tenga la dificultad de otras pistas de las Tierras Altas de Islandia, si no tienes experiencia en la zona, quizá te interese leer otra entrada de este mismo blog: https://depuertoenpuerto.com/conducir-en-islandia-las-tierras-altas/.
En https://depuertoenpuerto.com/dieciseis-dias-en-islandia/ encontrarás todo nuestro itinerario de 16 días por Islandia.
En Islandia 24 hay un buen artículo sobre la carretera: https://www.islandia24.com/f550-la-ruta-de-kaldidalurkaldidalsvegu/.
En inglés, antes de aventurarte por Kaldadalsvegur puedes averiguar si la ruta está abierta visitando https://umferdin.is/en/region/west.
En YouTube hay numerosos videos sobre la ruta. Quizá uno de los mejores, tomado de sur a norte, aparentemente a principios de verano, sea https://www.youtube.com/watch?v=cf50ogDHc-c.
También se puede ver la ruta completa, en sentido norte – sur, en el canal de Ervin Drives Around: https://www.youtube.com/watch?v=SONFidfyOsg.
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