Scoresby Land y Jameson Land forman una gran península, unida al resto de Groenlandia por un istmo de apenas 52 kilómetros de ancho. Al sur, encontraremos Scoresby Sund, el mayor sistema de fiordos del planeta. Al norte, el Kong Oscar Fjord. Con «solo» 260 kilómetros de longitud desde su boca hasta el último de sus brazos, éste no puede rivalizar en tamaño con su vecino del sur. En cambio, aunque parezca difícil, logra superarlo en aislamiento y desolación.

Hielo y niebla

Hielo y niebla.

Había llegado nuestro último día en la costa oriental de Groenlandia. El objetivo era desembarcar en un fiordo con el curioso nombre de Carlsberg. Si, como la cerveza. La explicación es bien sencilla. La expedición que, a finales del siglo XIX, dio nombre al fiordo, estaba financiada por la Fundación Carlsbreg. Una institución fundada en 1876 por Jacob Christian Jacobsen. Una vez más, no pudo ser. Cuando llegamos frente a su boca, al filo de las seis y media de la mañana, un denso banco de niebla ocultaba la entrada. Para empeorar la situación, el poco mar que podíamos entrever estaba cuajado de bloques de hielo. Éstos no parecían muy grandes, pero tampoco podíamos saber qué había más allá. El capitán del SH Vega optó por seguir navegando hacia el norte, buscando aguas y cielos más despejados.

Frente al fiordo Fleming

Frente al fiordo Fleming.

La niebla no levantaba. A las 9:30 navegábamos frente a la boca del fiordo Fleming. Seguíamos sin ser capaces de divisar la costa. Aunque, al menos, podíamos ver los retazos de unas montañas. ¿Sería la cima de Rossily Bjerg, al oeste de Kap Biot? Resultaba imposible asegurarlo, pero era la primera señal de mejoría en toda la mañana.

Para ayudar a pasar el tiempo, Richard Simpson, uno de los miembros del equipo de expedición, improvisó una charla sobre sus experiencias en la exploración antártica. Después, aprovechamos para comer. Cuando finalmente regresamos a cubierta, era casi la una del mediodía. El SH Vega estaba detenido frente a una bahía con el curioso nombre de Antarctic Havn. El lugar fue «bautizado» en 1899 por una expedición sueca. Su buque, el Antarctic, fondeó en sus aguas el 20 de agosto de aquel año.

Frente a Antarctic Havn

Frente a Antarctic Havn.

Para algunos historiadores noruegos, Antarctic Havn sería el Finnsbúdir de las sagas islandesas. Un lugar al que habría llegado en el año 1028 Finn Fegin, quien supuestamente sería hijo de Olav el Santo de Noruega. Los noruegos habrían naufragado en un río hoy llamado Fegin Elv. Un tal Lodin habría recuperado el cuerpo de Finn, llevándolo de vuelta a su tierra natal. Con tan escasa evidencia y alguna difusa referencia en las sagas, a principios del siglo XX la recién independizada Noruega intentó reclamar su soberanía sobre la costa oriental de Groenlandia. En junio de 1931, un grupo de cazadores noruegos izó su bandera en un lugar llamado Myggbukta. Al mes siguiente, siguió una proclamación oficial, anexionando lo que llamaron Tierra de Erik el Rojo. Incluso se nombró gobernador al explorador Helge Ingstad, que pasó el invierno en una cabaña de la orilla oriental de Antarctic Havn. Las pretensiones noruegas tendrían un abrupto final cuando, en 1933, perdió el caso en la Corte Permanente de Justicia Internacional.

Niebla en la orilla opuesta del Kong Oscar Fjord

Niebla en la orilla opuesta del Kong Oscar Fjord.

El día iba abriendo lentamente, pero no tanto como para organizar un desembarco. Aunque podíamos ver claramente las cimas en ambas orillas del fiordo, la costa seguía velada por la niebla. Todo un problema, pues hacía imposible organizar un perímetro de seguridad, necesario para alertarnos de la posible presencia de osos polares.

Montañas sobre la niebla

Montañas sobre la niebla.

A la una y media, el capitán tiró la toalla. Comenzamos a navegar hacia el sureste. Era el único lugar en el que la niebla parecía dar tímidas señales de querer abrir. Además, nuestro tiempo en el fiordo del rey Óscar comenzaba a agotarse y esa era la ruta más directa hacia mar abierto. Las aguas frente a Antarctic Havn acabaron siendo el extremo septentrional de nuestro viaje por la costa oriental de Groenlandia. Al menos, la niebla nos permitió divisar unas lejanas montañas. en el interior de Scoresby Land. Quizá fueran los agrestes Alpes de Stauning, que alcanzan los 2.842 metros de altitud.

Montañas en Traill Ø

Montañas en Traill Ø.

Ahora podíamos contemplar el paisaje circundante. Un mundo duro y descarnado, que nos mostraba sin el menor rubor su intrincada historia geológica. El relieve que nos rodeaba comenzó a tomar su forma actual hace 45 millones de años, con la separación entre Groenlandia y Escandinavia. El siguiente hito sería la aparición de una «microplaca», centrada en la isla de Jan Mayen, que se separó de Groenlandia 12 millones de años más tarde. Este último acontecimiento estaría de alguna forma ligado a la aparición del punto caliente del manto, asombrosamente activo,  que acabó creando la actual Islandia. Aunque los geólogos no acaban de explicar completamente el proceso.

Navegando hacia el sureste

Navegando hacia el sureste.

El sistema de fiordos se adentra unos 260 kilómetros entre la inhóspita costa oriental de Groenlandia. Aunque, en tamaño, palidezca ante Scoresby Sund, podría afirmarse que es aún más laberíntico que éste. Sus aguas se ramifican en varios brazos, que a su vez vuelven a dividirse en ramas menores. Y, más allá del fiordo principal, otros tres canales de menor tamaño lo comunican con el mar abierto. Kong Oscar Fjord, el brazo principal del sistema, tiene 150 kilómetros de longitud y, en algunas zonas, alcanza los 20 de ancho.

Frente a Traill Ø

Frente a Traill Ø.

El fiordo recibió su nombre en 1899, durante la expedición de Alfred Gabriel Nathorst. En realidad, los suecos intentaban rescatar a los miembros de la expedición ártica de S. A. Andrée, que había intentado llegar al polo norte en globo un par de años antes. No lo lograron, pero acabaron cartografiaron una parte de la costa. El mayor de los fiordos recibió su nombre en honor del rey Oscar II de Suecia, que también sería rey de Noruega hasta la independencia de ésta en 1905.

Regresando al fiordo Fleming

Regresando al fiordo Fleming.

Al filo de las tres de una tarde que se había convertido en espléndida, el SH Vega se detuvo en medio del fiordo. Nos despediríamos de Groenlandia con una última excursión en zódiac. Estábamos nuevamente frente al fiordo Fleming. Un lugar al que dio nombre William Scoresby, durante su expedición de 1822. En este caso para honrar a John Fleming, un polifacético escocés, miembro de la Royal Society. Aunque, una vez más, la exploración de Scoresby fue bastante superficial. Al igual que en Hurry Inlet, pensó que se encontraba ante un estrecho, que comunicaba con lo que, para Scoresby, era Hall Inlet (en la actualidad Hall Bredning) y haría de Jameson Land una isla. Habría que esperar a la expedición danesa de 1900, capitaneada por Georg Carl Amdrup, para que se corrigiera el error.

A los pies de Kap Biot

A los pies de Kap Biot.

Pero nuestro destino estaba algo más cerca, en un tramo de costa libre de niebla. El plan era navegar con las zódiac a los pies de la impresionante pared de Kap Biot. Un lugar que también fue bautizado por Scoresby, en este caso en honor del científico francés Jean Baptiste Biot. La pared se elevaba verticalmente desde las aguas del fiordo, hasta alcanzar los 680 metros de altitud. Un muro ciclópeo de roca desnuda que, una vez más, mostraba sin tapujos las huellas de su pasado. Éste se remonta al Triásico, cuando entre Groenlandia y Escandinavia no existía un océano.

Kap Biot

Kap Biot.

Kap Biot marca simultáneamente el extremo meridional del Kong Oscar Fjord y el septentrional del Fleming Fjord. Su tamaño era tan desmedido, que nos resultaba complicado estimar sus auténticas dimensiones. Tan solo cuando tuvimos la referencia de otras zódiac, que apenas eran dos pequeños puntos negros a los pies de la enorme pared de roca, pudimos apreciarlas realmente.

Navegando frente a la costa

Navegando frente a la costa.

Ya que estábamos frente a la costa y la tarde era espléndida, seguimos navegando hacia el noroeste, más allá de los últimos contrafuertes del cabo. Una vez más, recorríamos una costa desolada, prácticamente desprovista de vegetación. En la orilla, había algún que otro resto de madera de deriva. Troncos de árboles de la lejana Siberia, arrastrados hasta allí por las corrientes marinas. Justo por delante, algún pequeño témpano de hielo, agonizando indolentemente bajo el sol. Y poco más. Nuestra última oportunidad de contemplar animales salvajes en Groenlandia acabó como casi todas las anteriores. En un fracaso absoluto.

Más allá de Kap Biot

Más allá de Kap Biot.

Algo más allá, en la siguiente bahía, debían estar los restos de Davy Sund Hytten. Un refugio construido por los noruegos en agosto de 1930, durante los prolegómenos de su fallida anexión del este de Groenlandia. También podíamos ver un gran iceberg, flotando frente a una costa famosa por su contenido en fósiles. Pero comenzaba a hacerse tarde. Emprendimos el regreso al SH Vega.

Costa meridional de Traill Ø

Costa meridional de Traill Ø.

El barco se puso en movimiento tan pronto recuperaron la última zódiac. La tarde no hacía más que mejorar. Apenas quedaban rastros de niebla en algún recóndito rincón de los fiordos que nos rodeaban. En aquel momento, no pude evitar maldecir la mala suerte que habíamos tenido durante nuestra última jornada en Groenlandia. Aunque, con la cabeza más fría, debo reconocer que fuimos muy afortunados. Poder navegar durante cinco días por el este de una de las regiones más extremas del planeta, disfrutando de un clima tan espléndido que incluso podíamos permitirnos el lujo de comer en cubierta, fue todo un privilegio.

Kap Wardlaw

Kap Wardlaw.

La costa comenzó a desfilar lentamente frente a nosotros. A estribor, destacaba un gran promontorio rocoso. Se trataba de Kap Wardlaw, también conocido como Ilittiartiip Nuaa, en el extremo septentrional de Canning Land. Una pequeña península que se adentra en las aguas de Davy Sund, al noreste de Jameson Land, entre los fiordos Nathorst y Carlsberg.

Extremo suroriental de Traill Ø

Extremo suroriental de Traill Ø.

A babor, teníamos una sucesión de montañas peladas, a cual más extraña, en el extremo suroriental de Traill Ø. Una isla con una superficie de 3.452 km² y una altitud máxima de 1.884 metros, ubicada entre Kong Oscar Fjord y Vega Sund. Una vez más, la espectacular geología de Groenlandia se mostraba en todo su esplendor. Los distintos tonos rojizos se intercalaban con otros más oscuros. Todo ello aderezado con los últimos restos de nieve del pasado invierno, para crear un paisaje de apariencia irreal.

Hielo frente al Kong Oscar Fjord

Hielo frente al Kong Oscar Fjord.

Mientras tanto, el mar se iba llenando de bloques de hielo. No había grandes icebergs, pero la acumulación de témpanos era la mayor que habíamos visto en todo el viaje. A pesar de tener un casco reforzado, el SH Vega intentaba esquivaros, zigzagueando continuamente. No siempre lo lograba y, de vez en cuando, alguno terminaba colisionando con uno de nuestros costados, que emitía un sonido hueco.

Sube la bruma

Sube la bruma.

Más allá del gélido mar, la costa de Groenlandia se difuminaba lentamente con la distancia. El plácido ritmo de la tarde se vio interrumpido por una charla sobre la expedición de Fridtjof Nansen del año 1888. La primera ocasión en que alguien logró atravesar el casquete de hielo del centro de la isla. Regresé a cubierta después de la cena. La costa apenas era una lejana silueta, cada vez más enturbiada por la bruma. «Están fabricando la niebla de mañana», pensé.

Atardecer en el este de Groenlandia

Atardecer en el este de Groenlandia.

El cielo comenzaba a tomar tintes rojizos. Teníamos por delante un largo atardecer ártico. Éste se fue desplegando lentamente, mientras charlaba tranquilamente con Marco en el costado de estribor. A esas alturas del viaje, nuestras tertulias en cubierta, después de cenar, se habían convertido en una rutina a la que solían unirse otras personas. El microcosmos del SH Vega contenía una notable mezcla de nacionalidades. Suizos, canadienses, italianos, ingleses, españoles, alemanes, una argentina . . . En medio de ninguna parte, acabamos formando una curiosa comunidad, unida por el aislamiento y la común fascinación por el Ártico.

Ocaso frente al Kong Oscar Fjord

Ocaso frente al Kong Oscar Fjord.

Pasaríamos la siguiente jornada navegando hacia Seyðisfjörður, en el este de Islandia, donde teníamos previsto llegar dos días más tarde. Por tanto, esa noche no teníamos prisa alguna para ir a dormir. Apuramos el ocaso hasta que, sobre las once y media, el sol logró ocultarse tras una costa cada vez más lejana. Por segunda vez en mi vida, me despedía de Groenlandia desde la cubierta de un barco. Quizá esta ocasión no fue tan espectacular como la primera. A cambio, fue mucho más melancólica.

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Para ampliar la información.

Imposible encontrar algo relevante en español. Ni tan siquiera hay una entrada en la Wikipedia.

En inglés, Xsirius es una web con información sobre el noreste de Groenlandia, en la que además es posible comprar libros sobre la región: https://www.xsirius.dk/en.

El fiordo forma parte del Parque Nacional del Noreste de Groenlandia, el más extenso del mundo. Se puede encontrar información en https://visitgreenland.com/destinations/the-national-park-2/.

La web oficial de turismo de Groenlandia oriental está en https://eastgreenland.com/.

En https://data.geus.dk/geusmap/ hay un mapa interactivo de la región, con información sobre sus topónimos.

Quien esté interesado en la historia de la exploración del este de Groenlandia, puede descargar un interesante PDF en https://geusbulletin.org/index.php/geusb/article/view/4735.

La web de GeoWorld Travel tiene otro PDF, en este caso centrado en la geología de la zona: https://www.geoworldtravel.com/resources/Greenland/Geology