Los augurios no eran del todo propicios. Aterricé en Keflavik con la carretera de montaña que conduce a Laki cerrada. Debido a las últimas lluvias, el vado del Hellisá, en la F206, tan solo era transitable para «super-jeeps». Aún no había recogido mi modesto SUV y ya comenzaba a tener problemas. Parecía imposible poder llegar a uno de los lugares más destacados que quería conocer en este viaje. En cualquier caso, la incertidumbre forma parte del extraño encanto de la Islandia más indómita. Y tenía planes B, C y D de sobra para rellenar los escasos ocho días que pasaría en la isla.
Al día siguiente, tras recoger el Subaru Forester con el que recorrería el sur de Islandia, me puse en marcha de inmediato. Mi único plan concreto era llegar a dormir a Hella. Antes, intentaría acercarme a la sexta erupción en Sundhnúkagígar, que estaba dando sus últimos estertores. Sabía que sería imposible contemplar el volcán cara a cara, como durante el anterior ciclo eruptivo en Fagradalsfjall. Pero, con un poco de suerte, quizá lograría ver el volcán en la distancia.
Al igual que en el fracasado intento del pasado mes de febrero, mi primera tentativa fue desde la carretera 43. La improvisada pista sobre la lava aún humeante que había recorrido entonces, no llegó al mes de vida y fue sepultada por la cuarta erupción. Ahora había una nueva pista para acceder a la Laguna Azul. Justo donde comenzaba, habían habilitado un pequeño aparcamiento, aprovechando el antiguo tramo de asfalto que iba a morir bajo la negra colada.
No hubo suerte. Tan solo pude ver una masa inerte de lava aún humeante, llegando hasta los taludes que, por los pelos, habían logrado salvar la planta generadora de Svartsengi y la célebre Laguna Azul. Alguna formación interesante, gente saltándose las restricciones con tal de conseguir un selfie y poco más. Primer intento, primer fracaso. Había oído que, desde una rotonda cercana al desvío de Vogar, partía una senda hacia la zona de fisuras que hay al sur de la carretera 41. Haría un segundo intento.
Ahora me encontraba en la más absoluta soledad, recorriendo un terreno con cierta complicación. Sobre todo por las numerosas grietas, a veces poco visibles, que lo atraviesan. Debía caminar con cuidado, intentando no desviarme del difuso sendero que recorría. A pesar del creciente vendaval, logré llegar al borde de un pequeño risco. Más allá se extendía Vogaheiði, un páramo aún más peligroso. A las fisuras, cada vez mayores, se unía otro peligro aún más velado. La zona había sido utilizada como campo de tiro por el ejército estadounidense entre 1952 y 1960. Había obuses sin explotar, por lo que no parecía razonable seguir adelante. Además, pese a encontrarme en una posición algo elevada, no encontré el menor indicio de la erupción. Segundo fracaso.
Mientras regresaba al coche, tracé un nuevo plan. Emplearía el tiempo «ganado» en mis dos intentos fallidos frente al volcán recorriendo la carretera 42. Evitaría la periferia de Reikiavik, con sus rotondas, semáforos y tráfico. Además, pasaría junto al lago Kleifarvatn. Poco después de las doce y media de una mañana cada vez más desapacible, llegaba al aparcamiento de su mirador principal, en un pequeño promontorio de la orilla oeste.
A pesar de su cercanía a Reikiavik, el Kleifarvatn suele ser un lugar tranquilo. Aquel día, no era la excepción. En el rato que estuve caminando entre las extrañas formaciones del promontorio, apenas coincidí con dos personas. Pero a un viento cada vez más intenso se unieron varios chaparrones. Si en Reykjanes el día era deplorable, lo mejor sería seguir mi ruta hacia el este. Con suerte, podría hacer un primer recorrido por las Tierras Altas.
En el oeste de Landmannaleið.
Para ampliar la información.
En este mismo blog, mi primer intento de visitar las coladas de Sundhnúkagígar está en https://depuertoenpuerto.com/intentando-visitar-sundhnukagigar/.
Puedes ver el lago Kleifarvatn en verano visitando https://depuertoenpuerto.com/el-lago-kleifarvatn/, y durante el invierno en https://depuertoenpuerto.com/el-lago-kleifarvatn-en-invierno/.
En https://depuertoenpuerto.com/landmannaleid-recorriendo-la-f225/ hay un recorrido completo de Landmannaleið.
Si no tienes experiencia conduciendo en Islandia, esta entrada puede serte útil: https://depuertoenpuerto.com/conducir-en-islandia-la-guia-completa/.
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