Poco antes de las 5 de la mañana, ya estábamos en las proximidades de Santorini. Frente a nosotros, a estribor, estaban los acantilados del extremo sur de la isla, recortándose sobre la incipiente luz del amanecer. En la parte alta de la isla, se veían las luces de Akrotiri, famosa por su yacimiento arqueológico. El Eurodam avanzaba lentamente hacia el interior de la antigua caldera volcánica. La mañana era serena, el viento casi imperceptible y el único barco que navegaba en la zona era un ferry, con destino al puerto de Athinios.
Aproximadamente una hora después, pasábamos muy cerca de Nea Kameni, la isla surgida en el centro de la caldera colapsada. La primera referencia a Nea Kameni es del año 47, cuando el historiador romano Dion Casio registró la aparición de un pequeño islote, que a duras penas emergía sobre el mar. La isla ha ido creciendo, en sucesivas erupciones, hasta alcanzar un diámetro de cerca de dos kilómetros y una altura máxima de 130 metros. La última erupción hasta el momento tuvo lugar en 1950. Las negras rocas volcánicas creaban un paisaje caótico, un tanto irreal, que contrastaba con su entorno, bañado por la luz dorada del amanecer. Su presencia, un tanto inquietante, era el mejor recuerdo de que estábamos en la zona volcánica mas activa del Egeo.
Pero, con todo su interés, Nea Kameni no era rival para el paisaje que nos rodeaba. Navegar por la caldera volcánica de Santorini es una experiencia difícil de describir. La actual isla de Santorini está compuesta por los restos de una isla volcánica mucho mayor, cuya caldera colapsó hace varios cientos de miles de años. El mar llenó el hueco, creando una laguna de 12 por 7 kilómetros de diámetro, rodeada por los vestigios del antiguo volcán. En el centro de la laguna han ido apareciendo y despareciendo volcanes, siendo el mas notable el responsable de la erupción que, en una fecha indeterminada entre el 1639 y el 1616 AEC, provocó el maremoto que afectó a todas las civilizaciones del Mediterráneo Oriental, pero de forma especial a la Minoica, cambiando el curso de la historia. Las dimensiones de la caldera impresionan, sobre todo vistas desde lo alto de los acantilados que la rodean en sus tres cuartas partes.
A esas alturas del viaje, ya habíamos asumido que, dado el innato espíritu emprendedor de los griegos, en cualquier lugar que hiciéramos escala encontraríamos a alguien ganándose la vida a base de ofrecer servicios a los visitantes. Santorini, uno de los lugares mas turísticos de Grecia, no iba a ser la excepción. En consecuencia, ni nos preocupamos en averiguar cómo movernos por la isla. Ya improvisaríamos al llegar. Tras desayunar tranquilamente en nuestro balcón, disfrutando de las vistas de la caldera y los acantilados, decidimos desembarcar a las 7:30 de la mañana. En Santorini no se usan las lanchas de los cruceros para realizar el desembarco. En cambio, se utilizan embarcaciones locales para llegar a los pequeños puertos que bordean la caldera. Éstas dan servicio a los grandes barcos que fondean en el centro de la caldera, generalmente cerca de Ormos Firon, el puerto viejo de Fira, la capital de la isla.
Tal como suponíamos, cuando desembarcamos en Ormos Firon, encontramos varias empresas ofreciendo sus servicios turísticos. Como nuestra intención era movernos con la mayor libertad posible, nos decidimos por un paquete combinado que nos permitía visitar Oia y Fira moviéndonos a nuestro aire. El precio incluía el traslado en barco hasta el puerto de Amoudi, un autobús para subir de Amoudi a Oia, otro para ir de Oia a Fira y, finalmente, el billete de bajada en el teleférico que une Fira con Ormos Firon. Todo con varias posibilidades de horario, lo que nos permitía marcar nuestro propio ritmo.
La travesía hasta Amoudi fue de todo menos tranquila. Cuando el pequeño barco cogió velocidad, comenzó a brincar sobre las olas, de apariencia inofensiva, que recorrían la caldera de Santorini. Se había levantado algo de viento que, atrapado entre las paredes volcánicas, soplaba en ráfagas impredecibles. El agua salpicaba cada vez con mas frecuencia la cubierta superior, con el resultado de que acabamos totalmente empapados. Podíamos haber bajado a la cubierta inferior pero, a pesar del remojón (o quizá debido al mismo), fue mucho mas divertido ir al descubierto.
Pasamos la mañana visitando Oia. El segundo trayecto de autobús nos permitió contemplar, aunque fuera fugazmente, el lado exterior de la isla, tan distinto de la caldera volcánica. Tras comer en Fira, comenzamos la tarde dando un agradable paseo entre Fira e Imerovigli. Regresamos a Fira con la intención de ver allí la puesta de sol, pero no conseguimos encontrar un lugar adecuado, por lo que decidimos volver al barco.
Al final, regresamos a Ormos Firon unas once horas después de haber desembarcado. Habiendo optado por ver la puesta de sol desde la proa del Eurodam, queríamos tener tiempo para asearnos y tomar algo antes del atardecer. Si tengo que ser sincero, la puesta de sol no me impresionó. Desde luego fue hermosa, sobre todo por los tonos anaranjados que iban tomando los agrestes acantilados según se ponía el sol. Pero nada especialmente memorable. Quizá debimos quedarnos a verla desde lo alto de los acantilados de Fira.
Fue mas interesante el crepúsculo. Poco a poco, según se iba el día, se encendían las luces de los pueblos que coronan los acantilados. Cuando finalmente oscureció, en una noche sin luna, las casas iluminadas parecían flotar mágicamente en el espacio. Como estaba previsto, a las diez de la noche, el barco se puso en movimiento. Zarpamos con rumbo sur hacia Heraklion, siguiendo el trayecto del gigantesco tsunami que, hace mas de 3.600 años, casi acabó con la civilización Minoica.
La web de National Greographic tiene un artículo sobre las excavaciones arqueológicas en la isla: http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/el-supervolcan-que-destruyo-thera_8670/5.
En https://www.volcanodiscovery.com/santorini-eruptions.html hay una cronología de las erupciones de la isla desde la época minoica (en inglés).
Es bastante sencillo encontrar información turística sobre la isla. Entre otras opciones, se puede visitar Isla Santorini: https://www.islasantorini.es/.
El blog 101 Lugares Increíbles tiene una entrada sobre los diversos pueblos de la isla: https://101lugaresincreibles.com/2018/10/5-pueblos-de-santorini-colgados-en-la-caldera-volcanica-y-sus-diferencias.html.
En el blog El Mundo es un Libro hay una larga e interesante entrada sobre Santorini, con un punto de vista alternativo: http://elmundoesunlibro.com/santorini-lujo-mochileros-pobres/.
En https://depuertoenpuerto.com/crucero-mediterraneo-oriental/ está el itinerario completo de nuestro crucero por el Mediterráneo Oriental.
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