Al llegar a la basílica desde el este, lo primero que llama la atención es su aspecto exterior. En una ciudad donde abundan las deslumbrantes fachadas de mármol, encontrar de pronto una pared irregular de ladrillo es toda una sorpresa. La explicación es bien sencilla: está inacabada. No es que no lo intentasen. A principios del siglo XVI se convocó un concurso, en el que participaron Sangallo, Rafael y Miguel Ángel. El concurso lo gano este último, pero surgieron problemas financieros y el proyecto nunca se ejecutó.

Nave principal de San Lorenzo.

Según la tradición, San Lorenzo tiene sus orígenes en el año 393, cuando se consagró al santo, martirizado en tiempos del emperador Valeriano. Fue la catedral de Florencia durante tres siglos, hasta que se edificó Santa Reparata. Como todo edificio de tan larga historia, ha sido destruido, reformado y ampliado a lo largo de los siglos, y en el han trabajado artistas de la talla de Miguel Ángel o Brunelleschi.

Púlpito de la Resurrección.

Donatello también tuvo una larga vinculación a San Lorenzo. Su primer trabajo en la basílica fue la decoración de la Sacristía Vieja, donde realizó diez estucos policromados y dos puertas de bronce. Posteriormente, en su etapa final, realizó dos púlpitos de bronce, situados en las naves laterales de la basílica. En la nave de la derecha está el Púlpito de la Resurrección. Tras una restauración intensiva entre 2010 y 2013, se le podría contemplar en todo su esplendor, de no ser por el andamio que lo rodea. De acuerdo que la estructura permite ver los bronces desde cerca y apreciar los detalles. Pero, por otra parte, impide totalmente la visión del conjunto, además de ser, en mi modesta opinión, un adefesio en medio de la basílica. En cualquier caso, el púlpito es una obra maestra digna de ser vista. En la nave de la izquierda, está el Púlpito de la Pasión. Comenzaron a restaurarlo en 2014 y, a fecha de hoy, todavía no han terminado. Lo único que pudimos ver fue el cajón de madera pintado de blanco que lo cubría. Donatello murió en 1466, apenas un año después de la fecha en la que se cree se finalizaron los púlpitos. Fue enterrado en el suelo de la cripta de la basílica, bajo una sencilla placa de mármol.

Claustro de la basílica de San Lorenzo.

Tras ver el interior de la basílica, salimos a visitar el claustro. Proyectado por Brunelleschi, fue edificado tras su muerte bajo la dirección de uno de sus discípulos. Desde el claustro, se accede a la Biblioteca Medicea Laurenziana, realizada según el proyecto de Miguel Ángel, que decidimos no visitar por falta de tiempo.

Para continuar con la visita a la basílica, tuvimos que salir a la calle. En el siglo XVIII, al  suprimirse las órdenes religiosas, se separaron de San Lorenzo la Capilla de los Príncipes y la Sacristía Nueva. Hoy en día componen el Museo Capelle Medicee, al que se accede desde la Piazza di Madonna degli Aldobrandini.

Capilla de los principes.

Después de atravesar una cripta, se llega a la Capilla de los Príncipes. Lo primero que sorprende del espacio son sus proporciones y el derroche de ostentación. Tanto los enormes sarcófagos, hoy vacíos, como el suelo y las paredes, están construidos con diversas piedras (mármol, granito, pórfido y lapislázuli) o elementos como el coral y la madreperla. El resultado es un espacio recargado, aunque no falto de interés, en el que en su día se dio sepultura a los últimos Médici, aquellos que gobernaron Florencia desde 1621 hasta la extinción de la dinastía en 1723, mientras la ciudad dejaba de ser el corazón artístico de Europa.

Tumba de Juliano II de Médici.

Desde allí, a través de un pequeño corredor, se accede a la Sacristía Nueva. Diseñada por Miguel Ángel, contrasta notablemente con la Capilla de los Príncipes. La armonía geométrica y la casi total ausencia de color crean un espacio mucho más agradable a la vista. De las cuatro tumbas previstas inicialmente, únicamente se comenzaron las de Juliano II y Lorenzo II, hijo y nieto de Lorenzo el Magnífico. Las sepulturas destinadas a Lorenzo el Magnífico y su hermano Juliano nunca se construyeron. Así, los restos del más renombrado de los Médici, el que fue mecenas de Botticelli, Leonardo o Miguel Ángel, reposan en una sencilla tumba que, de no ser por una inscripción, se podría confundir con una simple repisa.

Algunos vínculos útiles:

En https://depuertoenpuerto.com/crucero-mediterraneo-occidental/ se puede ver el itinerario completo de nuestro crucero por el Mediterráneo Occidental.

Entrada sobre la basílica en la Wikipediahttps://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_San_Lorenzo_(Florencia).

En el blog El Poder del Arte hay una buena descripción de la Capilla de los Príncipes: https://elpoderdelarte1.blogspot.com.es/2015/04/la-capilla-de-los-principes.html.

Entrada sobre la Sacristía Nueva en el blog Más clases de artehttp://masarteaun.blogspot.com.es/2011/03/capilla-medicea-1520-34.html.