En Islandia, las distancias suelen ser relativas. Un buen ejemplo es la carretera 939, también conocida como Axarvegur. Sus poco más de 20 kilómetros de longitud te llevarán desde la Ring Road, en las inmediaciones del Breiðafjörður, atravesando el paso de Õxi hasta unirse a la carretera 95, justo al oeste de Breiðdalsheiði. Lo que en muchas otras partes del mundo sería un recorrido breve y posiblemente anodino, en la Tierra de Hielo se convierte en una pequeña aventura, recorriendo un paisaje deslumbrante.

Llevaba tiempo queriendo recorrer Axarvegur. En invierno, suele ser intransitable. La única vez que había entrado en mis planes, durante el verano del 2020, la densa niebla que flotaba apenas unos metros por encima de Egilsstaðir me hizo desistir, antes incluso de emprender la ruta. Cuatro años más tarde, poder atravesarla era uno de los motivos que me habían empujado a organizar un itinerario otoñal por el sur de Islandia, en el que Axarvegur y el cercano Mjóifjörður serían su extremo oriental. A las once y media de la mañana de mi sexta jornada de viaje, llegué al extraño cruce entre la Ring Road y la carretera 393. Una intersección en la que, contra toda lógica, los vehículos que avanzan por la principal carretera de Islandia deben ceder el paso a aquellos que recorren una vía secundaria, que incluso permanece cerrada al tráfico varios meses al año. Por primera vez, tomé la ruta con preferencia.

El comienzo de Axarvegur en febrero de 2023

El comienzo de Axarvegur en febrero de 2023.

Apenas unos metros más allá, un llamativo cartel naranja advertía, en islandés e inglés, que la carretera puede ser intransitable en invierno. Luego, una señal azul advirtiendo que entras en una pista, seguido de un límite de velocidad a 70, otra advertencia del fin del asfalto y un último cartel, pasados los primeros baches, avisando del estrechamiento de la calzada y de pendientes del 17%. Si después de todas estas advertencias, encuentras algún problema en Axarvegur, no podrás decir que no sabías dónde te metías. Lo que afortunadamente encontré apartada sobre la cuneta fue la barrera que, durante los meses de invierno, cierra la ruta al tráfico.

¿Un atajo en los Fiordos del Este?

¿Un atajo en los Fiordos del Este?

Toda esa señalización tiene un motivo. La carretera 939 es uno de esos «atajos» por los que muchas aplicaciones de navegación tienen la costumbre de enviarte en Islandia. Es cierto que sobre el papel, si por ejemplo quieres ir de Höfn a Egilsstaðir, los 252 kilómetros de la ruta por la Ring Road se reducen a 186 por Axarvegur. Pero incluso en verano, con el firme en buenas condiciones, dudo mucho que esto se traduzca en un ahorro significativo de tiempo. El día de mi viaje, con la carretera señalizada por umferdin en blanco (cubierta de nieve), podía tener la certeza de que iba a tardar más. A pesar de lo cual, Google insistía en enviarme a Egilsstaðir por el supuesto atajo.

Al sur de Axarvegur

Al sur de Axarvegur.

En mi caso, era la ruta prevista y, hasta cierto punto, sabía dónde me estaba metiendo. Además, llevaba un vehículo con tracción a las cuatro ruedas y un amplio bagaje conduciendo por carreteras complicadas en Islandia. Tanto en invierno como en las Tierras Altas. Axarvegur no sería más difícil de atravesar que Lakavegur, por la que había conducido apenas dos días atrás. Aunque, además de un coche que me encontré al comienzo de la ruta, dudando por dónde seguir, pude ver más de un vehículo dando media vuelta al encontrarse con los primeros repechos. Yo en cambio seguí adelante, fascinado por el impresionante paisaje que me rodeaba y feliz de, por fin, poder atravesar el paso de Öxi.

En memoria de Hjalmar Guomundsson

En memoria de Hjalmar Guomundsson.

Hice una pausa tras recorrer 7.700 metros, en un pequeño aparcamiento a mano izquierda de la carretera. En un costado de la explanada, encontré un pequeño monolito dedicado a Hjalmar Guomundsson. Más allá de explicar que había nacido en 1897 y que construyó Axarvegur en 1959, la placa tan solo contenía un breve poema en islandés, que no logré descifrar. Tampoco he conseguido encontrar más información sobre Hjalmar. Imagino que, aunque probablemente sea menos épica, su historia tendrá ciertas similitudes con la de Elís Kjaran Friðfinnsson, que abrió la mítica Svalvogavegur en el extremo opuesto de Islandia.

Axarvegur rumbo al Breiðafjörður

Axarvegur rumbo al Breiðafjörður.

Por lo demás, el paisaje era fascinante. Axarvegur zigzagueaba valle abajo, hasta ocultarse tras una loma poco antes de llegar al Breiðafjörður. Para volver a aparecer en su tramo más próximo a la Ring Road. Al otro lado del fiordo, las primeras nieves del otoño tamizaban sutilmente las cimas de Flögutindur y el resto de montañas que forman el hermoso flanco septentrional del fiordo. Todo ello bajo un denso manto de nubes, que ayudaba a realzar el paisaje.

Folaldafoss

Folaldafoss.

Hacia el sur, a los pies de las abruptas laderas de Fossárfell, podía ver una cascada. Era Folaldafoss, un salto de aproximadamente 20 metros de altura, por el que se precipita el río Berufjardará. Un camino permite ir desde el aparcamiento hasta la poza que hay a los pies de la cascada. Pero mis planes eran muy ambiciosos y, como casi siempre en Islandia, comenzaba a ir con retraso. Lo razonable era continuar mi ruta.

Fossárfell

Fossárfell.

La carretera seguía ascendiendo, hasta alcanzar las primeras manchas de nieve en el campo. Nueva pausa, ahora para fotografiar Fossárfell. Sus laderas escalonadas mostraban las diversas capas de lava que, a lo largo de millones de años, han terminado dando origen al relieve de los Fiordos del Este. Fiordos que, junto con sus hermanos del oeste, forman la zona geológicamente más antigua de Islandia. Aun así, su génesis se inicia en el terciario, con algunos basaltos remontándose hasta los 13 millones de años. Si extrapolamos la historia de nuestro planeta a un año, la parte más antigua de los Fiordos del Este se habría formado entre el 30 y el 31 de diciembre.

El fiordo velado

El fiordo velado.

Reanudé mi ruta. Más cuestas, más curvas, más barro, más baches, más nieve y, de vez en cuando, alguna cascada. Por lo demás, parecía que buena parte del tráfico tan solo había llegado al primer mirador. Aunque seguía cruzándome ocasionalmente con otros vehículos, los encuentros eran cada vez más esporádicos. Mientras tanto, echando la vista atrás, podía ver como el Breiðafjörður comenzaba a difuminarse tras un sutil velo blanco. ¿Lluvia o nieve? Imposible saberlo, aunque aquello anunciaba un cambio en el clima.

Primeras nieves del otoño

Primeras nieves del otoño.

Pese a que la nieve comenzó a adueñarse del campo, apenas encontré alguna mancha en la calzada. Mientras tanto, en umferdin, Axarvegur había pasado a figurar en azul oscuro (resbaladiza). Aun sabiendo que el estado de la vía podía volver a cambiar en cualquier momento, la situación parecía tender a mejorar. Aproveché para hacer una nueva pausa y fotografiar más cascadas, ahora enmarcadas por un manto blanco. Las primeras nieves del inminente otoño islandés.

Pero la mañana avanzaba inexorablemente hacia su fin. Corría el riesgo de no tener tiempo para mis siguientes objetivos. Poco después del mediodía, superaba el punto más alto de Öxi y comenzaba un suave descenso hacia el norte, recorriendo el amplio valle del río Axará. Aunque hermoso, el paisaje no era rival para la cara oriental del paso. El resultado fue que por fin logré acelerar el ritmo de mi avance.

Reorganización de la Ring Road en 2017

Reorganización de la Ring Road en 2017 (en rojo numeración antigua, en amarillo la nueva).

En otros veinte minutos llegaba al cruce con la carretera 95, que descendía desde el paso de Breiðdalsheiði. Otra de mis rutas pendientes en Islandia, que aquel día no entraba en mis planes. Es bastante común leer que, hasta el año 2017, el paso de Öxi formaba parte de la Ring Road. Lo cual es un error. Antes de dicha fecha, el trazado oficial de la carretera principal atajaba hacia Egilsstaðir por Breiðdalsheiði. Aunque, desde la apertura en 2005 del túnel de Fáskrúðsfjarðargöng, la ruta recomendada era continuar hacia el norte recorriendo la costa por la 96, para luego remontar Fagridalur atravesando lo que entonces era el tramo occidental de la carretera 92. Algo que creaba muchos equívocos entre los que no conocían la zona, sobre todo en invierno. Para solucionarlo, en 2017 se reorganizaron las carreteras. La 96 desapareció completamente, integrándose en la Ring Road, al igual que la 92 al oeste de Reyðarfjörður. Y parte de la antigua Ring Road, entre Breiðdalsvík y Egilsstaðir, se convirtió en la carretera 95.

Desde la carretera 95

Desde la carretera 95.

Carretera que, unos metros al norte del cruce con la 939, encontré completamente asfaltada, con un firme y un trazado impecables. Lo que me permitió regresar a la Ring Road, en Egilsstaðir, cinco minutos antes de la una. ¿Merece la pena «atajar» por Öxi? No tengo una respuesta sencilla. Si es tu primer viaje a Islandia y no conoces la zona, personalmente daría prioridad a la ruta convencional. La carretera es mucho mejor y las vistas, mientras recorres los fiordos, también son deslumbrantes. Pero si ya has atravesado el tramo de la Ring Road entre el fondo del Breiðafjörður y Egilsstaðir, el paso de Öxi es una magnífica alternativa. Te permitirá conocer un paisaje diferente, mientras atraviesas una Islandia más salvaje. Aunque deberás tener en cuenta que la carretera tiene cierta complejidad. Pese a no ser una «carretera de montaña», con la F delante de su número, tiene un trazado enrevesado y con algunas pendientes fuertes. Salvo que el firme esté completamente seco, yo no lo intentaría con un vehículo sin tracción a las cuatro ruedas. Y, a no ser que tengas experiencia previa conduciendo en Islandia, tampoco lo haría con la carretera en un nivel por encima del azul. Aún así, siempre será más seguro atravesarla en sentido norte, remontando las cuestas más pronunciadas. Aunque, desde el punto de vista del paisaje, recorrerla hacia el sur, con las impresionantes vistas sobre el Breiðafjörður al frente, debe ser una maravilla. La próxima vez.

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Para ampliar la información.

Si no tienes experiencia conduciendo por las carreteras de Islandia, te interesará leer la siguiente entrada del blog: https://depuertoenpuerto.com/conducir-en-islandia-la-guia-completa/.

Esta otra te ayudará con los códigos de colores de umferdin.is: https://depuertoenpuerto.com/entendiendo-umferdin-is/.

En https://depuertoenpuerto.com/de-egilsstadir-a-hofn/ puedes ver el itinerario en sentido contrario y por la ruta convencional. Aunque, todo hay que decirlo, en unas condiciones un tanto complicadas. Por supuesto, aquel día Öxi estaba cerrado al tráfico.

En inglés, el blog Playground Earth narra una travesía del paso hacia el norte: https://playground-earth.com/travel-stories/surviving-theoxipass-iceland/.