Roskilde se convirtió en la cabeza del incipiente reino danés en una fecha indeterminada en torno al año 960, cuando Harald Blåtand trasladó la capital desde Jelling, en Jutlandia. Harald ordenó edificar una primera iglesia de madera, de la que apenas sabemos nada, más allá de que fue enterrado en su interior, tras morir luchando contra la rebelión encabezada por Svend «Tveskjaeg» Haraldsson, su propio hijo. La iglesia fue sustituida, a principios del siglo XI, por un templo de piedra. Tras ser elevado a la categoría de catedral, el edificio fue sustituido por otro, construido en travertino. Aunque hay dudas sobre si realmente se edificó una catedral nueva, sustituyendo la iglesia de piedra, o simplemente se amplió el templo ya existente. En cualquier caso, en 1157 comenzó la construcción de la actual catedral, ocupando el mismo emplazamiento. Tan solo tres años después, de la mano de monjes italianos, llegó a Dinamarca un nuevo método de fabricación de ladrillos. Se decidió emplear dicha técnica para construir el templo, que se iba levantando mientras la catedral antigua seguía abierta a los fieles. Hasta ser derruida en 1225, cuando se inauguró el coro del nuevo edificio. La catedral tardaría aún casi un par de siglos en ver finalizadas las obras, al completarse las torres en 1405.

Fachada principal de Roskilde

Fachada principal de Roskilde.

Había pasado frente al templo a primera hora de la mañana, camino del Museo de Barcos Vikingos de Roskilde. La imponente mole rojiza me había llamado la atención pero, tras comprobar el horario de apertura, seguí mi camino. Tenía un plan trazado, en el que la catedral ocupaba el segundo lugar. Regresé a su puerta casi tres horas más tarde. Siendo sincero, apenas había preparado la visita, que tan solo era una consecuencia de la que acababa de realizar en la orilla del fiordo, apenas unos cientos de metros al norte. Sabía que la catedral había sido declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, que era el lugar de culto más importante de Dinamarca y que propagó por todo el norte de Europa su estilo arquitectónico. Creía que me disponía a visitar un monumento interesante, pero poco más. Otra iglesia que añadir a la lista.

Tumba de Margarita I

Tumba de Margarita I.

No podía estar más equivocado. Lo que había dentro de los enormes muros de ladrillo visto no era una catedral. Era un libro de historia. El primer rey danés enterrado en su suelo fue Harald Blåtand, pero no fue hasta el siglo XV cuando la catedral se convirtió en panteón real. Nada menos que con Margarita I, reina de Dinamarca, Suecia y Noruega. La artífice de la Unión de Kalmar está enterrada junto al altar mayor, en un precioso sarcófago de alabastro elaborado en 1423 por Johannes Junge. Aunque su proyecto de unión entre los tres reinos escandinavos acabó fracasando un siglo más tarde, la inteligencia y las dotes de gobierno de Margarita dejaron una profunda huella. Todavía hoy, dos veces al día, una campana de la catedral tañe en su honor.

Sarcófago de Federico IV

Sarcófago de Federico IV.

Buena parte de los monarcas daneses posteriores a Margarita reposan en la catedral. El edificio ha ido adaptándose a su función como panteón real, creando criptas, añadiendo capillas o modificando espacios en los que poder alojar las sepulturas. Tan solo tres reyes acabaron enterrados fuera de Roskilde, en Odense o en Schleswig. El más reciente Cristián II, que tuvo el dudoso honor de ser el último monarca de la Unión de Kalmar. Fue depuesto en 1523, muriendo en el exilio. Desde entonces, todos sus sucesores han respetado la tradición y sus restos descansan en el templo. Hasta tal punto que, durante mi visita, un gran panel de madera cubría la capilla de Santa Brígida, donde se estaba construyendo la tumba de Margarita II, la actual reina de Dinamarca, nacida en 1940.

Tumba de Cristián VII

Tumba de Cristián VII.

Hay tumbas para todos los gustos. Algunas relativamente sencillas, como la de Cristián VII, uno de los pocos reyes que no está enterrado junto a su consorte. La explicación es sencilla. El rey aparentemente no estaba muy bien de la cabeza. Su esposa, Carolina Matilde de Gran Bretaña, fue descubierta teniendo un romance con el médico real. Carolina fue desterrada, pero a su amante le esperaba un destino mucho más cruel. Le cortaron una mano, luego la cabeza y posteriormente su cadáver fue despedazado. Cristián siguió reinando otros 36 años, aunque convertido en un mero títere. Hoy reposa en soledad, en un sarcófago negro que, comparado con otros de la catedral, se podría calificar como austero.

Cripta de los infantes reales

Cripta de los infantes reales.

Otras nos recuerdan la elevada mortandad infantil de la época, a la que ni tan siquiera escapaban los vástagos de las clases altas. Ocho ataúdes se alinean en la cripta de los infantes reales, construida en 1689 para alojar las futuras tumbas de los hijos de Cristián V. Aunque, en realidad, éstas fueron trasladadas en 1912 y sus restos actualmente reposan en uno de los muros, tras una placa conmemorativa. Los ataúdes que podemos ver son del almirante Cristián Bielke, su esposa y cuatro de sus hijos. De éstos, uno murió con ocho años, otro con cuatro y otro recién nacido. Tan solo les sobrevivió una hija, Edele Bielke, que se casó con otro militar, el vicealmirante Just Juel, también enterrado en la cripta. Edele murió con 21 años. Nadie sabe quién reposa en el octavo ataúd.

Capilla de los Reyes Magos

Capilla de los Reyes Magos.

Algunos, en cambio, son sencillamente deslumbrantes. Como los imponentes monumentos funerarios de la capilla de los Reyes Magos. Fue edificada en 1459 para alojar las sepulturas de Cristián I y su esposa, Dorotea de Brandeburgo. Ambos reposan en su pavimento, bajo unas simples losas de piedra. Más de un siglo después, se levantó el monumento funerario de Cristián III. La tumba tiene una historia rocambolesca, que se entrelaza con la de España. Federico II encargó en 1574 su construcción al escultor flamenco Cornelis Floris de Vriendt. El monumento estaba casi finalizado cuando, al año siguiente, murió Cornelis. Sin haber cobrado, pues un intermediario se había quedado con el dinero entregado a cuenta por Federico. La obra inconclusa seguía en Amberes cuando, en noviembre de 1576, tuvo lugar el terrible saqueo de la ciudad. Los tercios amotinados se apropiaron de la escultura, negándose a devolverla si no recibían un rescate. La corona danesa se vio obligada a abonar el importe requerido. Finalmente, en 1580, el monumento estaba terminado e instalado en Roskilde.

Techo de la Capilla de los Reyes Magos

Techo de la Capilla de los Reyes Magos.

El segundo monumento fue creado entre 1594 y 1598 por Gert van Egen, un discípulo de Cornelis, como tumba de Federico II. En esta ocasión, fue esculpido en Dinamarca, pues Gert llevaba varios años trabajando en la reforma del castillo de Kronborg. Ambas tumbas comparten estilo y están construidas con materiales similares: roca caliza de Valonia, en sus variedades roja y negra, y alabastro. Los frescos que adornan los muros y el techo de la capilla son del siglo XV. Pasaron siglos ocultos tras una capa de cal, hasta ser redescubiertos en 1826.

Capilla de Cristián IV

Capilla de Cristián IV.

Otra capilla interesante es la de Cristián IV, encargada en vida del rey. Comenzaba a faltar espacio en el interior de la catedral, por lo que se decidió construir un añadido en su costado norte. La capilla es una joya tanto en su exterior, de ladrillo visto y lleno de detalles alegóricos al rey, como en su interior, en el que destaca la reja de hierro forjado, creada en 1619 por Caspar Fincke. Cuando, en 1648, murió Cristián IV, la capilla seguía en obras. Su cadáver fue depositado en una cripta. Tampoco estaba listo su monumento funerario, pues había sido destruido el año anterior durante un incendio. Al final, Cristián tuvo que esperar hasta 1870 para poder descansar en la capilla que había ordenado construir. La comparte con su esposa Ana Catalina de Brandeburgo, el príncipe Cristián, primogénito de ambos que murió sin llegar a reinar, y sus sucesores, Federico III y Sofía Amelia de Brunswick-Lüneburg.

Púlpito y órgano principal

Púlpito y órgano principal.

Más sepulturas se reparten por otras capillas, criptas y diversos rincones de la catedral, hasta aproximarse a las cuarenta. Además de las tumbas, la catedral guarda numerosos tesoros. Algunos, en su nave principal, como el espléndido órgano, que hunde sus raíces en el siglo XVI. Construido entre 1554 y 1555, fue modernizado en 1611 y de nuevo en la década de 1690. Desde el punto de vista estético, su decoración barroca es de 1654. Sufrió varias reformas y ampliaciones a lo largo de los siglos XIX y XX, que alteraron drásticamente sus especificaciones. Hasta que, en la década de 1980, se decidió revertir buena parte de los añadidos, con la intención de recuperarlo tal como se cree que era a finales del siglo XVII. La restauración se finalizó en 1991. Prácticamente debajo del órgano, hay un interesante púlpito, construido en 1610.

Danorum Regum heroumque Historiae

Danorum Regum heroumque Historiae.

Un pequeño museo, instalado en la cámara existente sobre la capilla de los Reyes Magos, atesora las pertenencias de la catedral que sobrevivieron a la Reforma, cuando el obispo de Roskilde fue encarcelado, sus posesiones expropiadas por la corona y la diócesis trasladada a Copenhague. Destaca una edición de 1514 del Danorum Regum heroumque Historiae. El libro recoge los orígenes del reino de Dinamarca y se supone que está basado, al menos parcialmente, en los escritos de Saxo Grammaticus, un historiador danés de los albores del siglo XIII. Aparentemente, una de las historias que contiene sirvió de inspiración para el Hamlet de Shakespeare.

Nave central de Roskilde

Nave central de Roskilde.

Al final, la espléndida catedral de Roskilde acabó convirtiéndose en la estrella de mi breve excursión a la antigua capital de Dinamarca. La belleza del edificio y su importancia arquitectónica serían suficientes para justificar una visita. Pero, al menos para un aficionado a la historia, poder ir desgranando la evolución del reino danés, con los momentos de gloria y las miserias de sus monarcas, en medio de tan magnífico escenario, fue la mejor forma de profundizar en el conocimiento de un país sobre el cual, en España, tenemos un conocimiento bastante superficial.

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Para ampliar la información:

La página oficial de la catedral está en https://roskildedomkirke.dk/espanol/.

El interesante blog The Valkyrie’s Vigil tiene una entrada con información de la Gesta Danorum y su creador: https://www.thevalkyriesvigil.com/saxo-gramatico-y-la-gesta-danorum-fuentes-indispensables-de-la-historia-nordica/.

En Dos a la deriva hay un completo post sobre la catedral: https://dosaladeriva.com/ciudades-y-monumentos-de-dinamarca-la-catedral-de-roskilde/.

En https://depuertoenpuerto.com/de-copenhague-a-tromso/ se puede ver todo mi viaje invernal entre Copenhague y Tromsø.

En inglés, el blog Travel Much? tiene una larga entrada sobre el templo: https://oliveole.wordpress.com/2016/08/25/roskilde-cathedral-the-chancel-and-a-brief-history-of-two-womanizing-kings/.

En https://www.planetware.com/i/map/DK/roskilde-cathedral-map.jpg se puede descargar un mapa con la ubicación de las principales tumbas y lugares de interés de la catedral.

También recomendable visitar Au-Delá du Paysage: https://audeladupaysage.com/en/2017/12/16/the-royal-tombs-of-roskilde-cathedral/.

Se puede encontrar información sobre la restauración del órgano en https://marcussen-son.dk/restorations/roskilde-cathedral·-main-organ/?lang=en.

Como no podía ser menos en su país de origen, hay una recreación de la historia de la catedral realizada con piezas de LEGO. El resultado, tan curioso como instructivo, se exhibe en el museo del templo, pero también puede verse en https://www.eurobricks.com/forum/index.php?/forums/topic/141390-history-of-roskilde-cathedral/.

Por último, en https://whc.unesco.org/en/list/695/ está la página sobre Roskilde en la web de la UNESCO.