Viajando a Islandia en febrero, no tenía demasiadas esperanzas de lograr ver focas en Ytri Tunga. Aunque no sea imposible avistarlas fuera de temporada, los mejores meses para encontrarlas en la playa son los comprendidos entre mayo y julio. En cualquier caso, tampoco era mi principal objetivo en Ytri Tunga. Alguien me había dicho que podía ser un buen sitio para fotografiar el atardecer. Pero no pudo ser. En mi segunda tarde en la isla, el mal tiempo frustró los dos intentos que hice de visitar la playa. Al final, tuve que improvisar un plan B.
Contra todo pronóstico, el temporal cesó bruscamente poco antes de la medianoche. La mañana siguiente, aunque fría, era asombrosamente tranquila. Sobre la marcha, decidí dar una nueva oportunidad a la playa. Cambiaría el atardecer por un sereno amanecer.
Llegué a Ytri Tunga con las primeras horas del alba. La mañana era casi perfecta. Había algo de oleaje, un viento moderado y una cubierta de nubes que presagiaba un hermoso amanecer. Aunque, al menos con la escasa luz del momento, era imposible ni tan siquiera adivinar la presencia de alguna foca. Tampoco me importó. El lugar transmitía una hermosa sensación de serenidad. El reto sería lograr captarla en alguna fotografía.
Estuve un rato paseando por la playa, familiarizándome con el entorno, mientras disfrutaba en solitario de la quietud de la mañana, tan solo rota por las pequeñas olas que, tras romper contra la primera barrera de escollos, a duras penas lograban llegar a la arena. La nieve cubría los campos y la parte de la playa que no barría el oleaje. También era posible ver algunos restos de nieve sobre las rocas de mayor tamaño y, en algunas zonas de la playa, minúsculos fragmentos de hielo mezclados entre la arena. Todo ello con la mole del Snæfellsjökull como telón de fondo, dominando el horizonte hacia el oeste, hasta rozar las nubes.
El sol acabó saliendo poco antes de la diez. Veinticinco minutos después de mi llegada a la playa. Al final, el amanecer fue hermoso, pero un tanto decepcionante. En ningún momento el cielo se encendió con tonos rojizos o anaranjados. Tampoco logré ninguna foto digna de mención. Lo cual en parte fue culpa mía. Me seguía faltando soltura manejando una cámara con la que apenas estaba familiarizado. En cualquier caso, parte del objetivo de aquel viaje invernal era adquirir cierta práctica con su funcionamiento.
Lo que me llevó a pasar a mi segundo objetivo en Ytri Tunga: probar a hacer alguna fotografía de larga exposición. Objetivo con el que no quedé tan descontento. Al final, logré un puñado de fotos que, sin ser excepcionales, al menos logran evocarme las sensaciones que tuve mientras estaba en la playa. Esa extraña mezcla entre serenidad y fuerza que, en ciertas ocasiones, se da en Islandia.
Mi visita a Ytri Tunga acabó durando 90 minutos. Las únicas focas que pude ver fueron las del cartel informativo que hay en el aparcamiento. Ya lo esperaba. En cambio, no esperaba ser incapaz de encontrar la espina dorsal que, según tenía entendido, se puede observar en la playa. Los últimos restos de alguna ballena que debió quedar varada en su arena. Quizá hayan sido arrastrados por algún temporal, o quizá la ventisca de la tarde anterior había ocultado los huesos entre la nieve. O, simplemente, no fui capaz de dar con ellos. En cualquier caso, salí de la playa razonablemente satisfecho. Además, la mañana parecía mejorar por momentos y aún tenía casi un día completo para seguir recorriendo el extremo occidental de Snæfellsnes.
Para ampliar la información.
En el blog La Escapada, describen una visita en verano, con focas: http://laescapadadelturistaaccidental.blogspot.com/2019/07/islandia-la-colonia-de-focas-en-la.html.
En inglés, hay un buen artículo sobre la playa en Iceland Travel Guide: https://icelandtravelguide.is/locations/ytri-tunga-beach/.
Expatolife tiene una entrada con información práctica: https://www.expatolife.com/ytri-tunga-beach-iceland/.
En Iceland the Beautiful se pueden ver varias fotos de la vida salvaje de la playa: https://icelandthebeautiful.com/ytri-tunga/.
Trackbacks/Pingbacks