En el extremo meridional del sestiere de San Polo, algo a desmano del Gran Canal, San Marco y los lugares más turísticos de Venecia, encontraremos una de las joyas de la ciudad. No podemos hablar de uno de sus tesoros escondidos, pues la Scuola Grande di San Rocco es visitada todos los años por decenas de miles de personas. Pero se puede decir, sin temor a exagerar, que es uno de los principales lugares de Venecia y que recibe mucha menos atención de la que merece. Como todas las antiguas scuole venecianas, San Rocco atesora una increíble cantidad de obras de arte, entre las que sobresale la obra magna de uno de los mayores pintores venecianos de todos los tiempos.

Sala Terrena

Sala Terrena.

En tiempos de la Serenissima, las antiguas cofradías venecianas eran instituciones fundamentales para el desarrollo y la paz social de la república. Entre éstas, destacaban las scuole grandi, que remontan sus orígenes al siglo XIII. En un estado dominado por una oligarquía hereditaria, ayudaban a limar las diferencias entre las clases, favoreciendo la estabilidad de la sociedad. En cierto modo, eran una mezcla de club social e institución benéfica, financiada principalmente por las ricas familias patricias.

Detalle del techo en la Sala Capitolare

Detalle del techo en la Sala Capitolare.

La Scuola Grande di San Rocco no está entre las más antiguas. Fue fundada en 1478, poco después de que una epidemia de peste asolara la ciudad. La hermandad prosperó y se enriqueció, sobre todo después de conseguir llevar desde Francia los restos mortales de San Roque. En 1516 acometió la construcción de un nuevo hogar para la cofradía. En 1564, una vez terminada la obra, se convocó un concurso para la decoración del techo de la Sala dell’Albergo, el gran salón donde se reunía el consejo de la hermandad.

La Glorificación de San Roque

La Glorificación de San Roque.

Se invitó a los que, en aquella época, eran considerados los mejores pintores de Venecia: Giuseppe Salviati, Federico Zuccari, Paolo Veronese y Jacopo Comin, también conocido como Tintoretto. Este último, veneciano de origen y por tanto conocedor de los entresijos de las instituciones locales, en lugar de un boceto, presentó una pintura finalizada, la Glorificación de San Roque. Además, la entregó antes del plazo establecido y se las arregló para que fuera instalada en un rosetón del techo de la sala, donde aún permanece. Cuando el resto de los concursantes protestó, Tintoretto respondió regalando la pintura a la scuola, sabiendo que sus estatutos prohibían rechazar cualquier presente. Como era de esperar, el elegido fue Tintoretto. También pudo influir que Faustina Episcopi, su esposa, fuera hija del Guardian Grande de la scuola.

Tramo superior de la escalera

Tramo superior de la gran escalera.

Pese a sus métodos poco ortodoxos para conseguir el encargo, hay que reconocer que, una vez logrado, Tintoretto se entregó al trabajo en cuerpo y alma. Mientras realizaba la decoración del techo, se hizo miembro de la cofradía, por lo que no tuvo dificultad para conseguir que le encomendaran las pinturas de las paredes. Tras finalizar la Sala dell’Albergo, en 1575 recibe el encargo del panel central de la Sala Capitolare. Aquí es donde Tintoretto parece sufrir una metamorfosis, decisiva para el posterior devenir de la obra. Dándose cuenta de la oportunidad única de decorar uno de los espacios mas destacados de Venecia, llega a un acuerdo con la scuola. Tintoretto se compromete a completar toda la decoración cobrando únicamente 100 ducados anuales. Un precio ridículo para un artista de su categoría, más aun poniendo los materiales de su cuenta. Tan solo un puñado de obras, principalmente en la gran escalera, escaparon de la mano de Tintoretto.

Jonás deja el vientre de la ballena

Jonás deja el vientre de la ballena.

Era un trato beneficioso para ambas partes. La scuola se garantizaba los servicios de un pintor de primera fila. A cambio, Tintoretto lograba el encargo de realizar una obra de unas dimensiones épicas, con libertad creativa. Un pasaporte a la inmortalidad artística. Además de las salas Capitolare y Terrena, también pintó seis lienzos para la cercana iglesia de San Roque, regentada por la scuola. En total, Tintoretto pasó veinte años trabajando para la cofradía, pintando 65 cuadros. El artista, en un momento de gran madurez creativa, realizó casi toda la obra en solitario, sin apenas requerir el auxilio de ayudantes o aprendices.

La Crucifixión

La Crucifixión.

El resultado es apabullante. No estamos en un museo de pintura, con cuadros sacados de contexto y mezclados con criterios muchas veces discutibles. Aquí, todo permanece en su emplazamiento original, donde el artista concibió que estuviera ubicado. Guardando relación con las obras contiguas y con el espacio circundante. Por ejemplo, en la Sala Capitolare, las pinturas del techo muestran escenas del Antiguo Testamento, mientras que aquellas de las paredes representan episodios de la vida de Cristo. En la Sala dell’Albergo, las paredes están decoradas con escenas de la Pasión de Cristo, algo poco común en las scuole grandi, que solían dedicar estos espacios a sus santos patronos. El ciclo de la Pasión nos lleva a la Crucifixión, una monumental obra de 5,18 metros de alto y 12,24 de ancho.

Sala Capitolare

Sala Capitolare.

Desde mi primera visita, la Scuola Grande di San Rocco se convirtió en uno de mis lugares favoritos de Venecia. Aun sabiendo que es uno de esos espacios a los que tienes que ir preparado para sufrir el síndrome de Stendhal. Sin ser especialmente popular, sobre todo teniendo en cuenta su importancia artística, tampoco está entre aquellos lugares de Venecia en los que es extraño encontrar visitantes. Visitando sus espléndidos salones, siempre había coincidido con, al menos, una docena de personas. Viajando a Venecia en el verano de 2020, nos pareció una buena idea aprovechar nuestro último paseo por la ciudad para acercarnos a curiosear por la scuola. En cualquier caso, teníamos que pasar por sus inmediaciones. Al ver que el lugar parecía estar prácticamente vacío, no nos lo pensamos dos veces. Tras visitar el tesoro, antes de irnos decidimos recorrer por segunda vez la Sala Capitolare. No había ningún visitante. En ese momento, Olga decidió ir al baño y la chica que vigilaba la estancia también se marchó, dejándome solo en el lugar. Apenas serían un par de minutos, pero la sensación de tener, completamente para mí, una de las obras maestras de la cultura universal, fue la más mágica e intensa de todo el viaje. Un momento irrepetible y una forma inmejorable de acabar nuestra visita a la ciudad.

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Para ampliar la información:

En la web de Educación La Rioja hay una entrada con un breve video: https://educere.larioja.org/recurso/tintoretto-la-decoracion-de-la-scuola-grande-di/.

También es posible encontrar algo de información en la página Venecísima: https://www.venecisima.com/Lugares/Scuola-Grande-di-San-Rocco.

En https://depuertoenpuerto.com/entre-los-dolomitas-y-ravena/ se puede ver el itinerario completo de nuestro viaje por el nordeste de Italia.

En inglés, la interesante web oficial de la scuola está en http://www.scuolagrandesanrocco.org/home-en/.

El blog Artifacts tiene una entrada muy completa: https://artifactsblog.com/tintoretto-scuola-grande-di-san-rocco/.