El mar estaba en una calma casi total, todavía mas evidente cuando entramos en Bressay Sound. Comparado con la jornada anterior en Bergen, hacía un día bastante agradable. La temperatura rondaba los 12 grados centígrados y soplaba una leve brisa que, unida a un débil sol que asomaba de vez en cuando entre las nubes, hacía cómodo llevar ropa que en Madrid consideramos de entretiempo. Un día perfecto para pasear.
El MS Rotterdam fondeó en el centro de Bressay Sound e inmediatamente comenzaron los preparativos para el desembarco con lanchas. La sensación de calma era absoluta. Hacia el suroeste, Lerwick se extendía plácidamente sobre una colina, rodeada por el mar en tres de sus lados. Los rayos de sol, que rompían las nubes de vez en cuando, jugaban entre las casas de la pequeña ciudad, iluminando aleatoriamente unos u otros edificios, en su mayoría de la característica piedra gris de las Shetland. Un remolcador, que nos había escoltado durante la maniobra de aproximación, se dejaba llevar perezosamente hacia el sur por la corriente. Justo frente a nosotros, los antiguos almacenes conocidos como lodberries hundían sus centenarios cimientos en las tranquilas aguas de Bressay Sound. Por un momento, pareció que el tiempo se hubiera detenido.
Pero, de repente, una actividad febril nos despertó de nuestro letargo. A las lanchas del MS Rotterdam, que habían comenzado su incesante ir y venir entre el barco y Victoria Pier, en Lerwick, se unió el ferry que realiza el trayecto entre Mainland y Bressay. Por si esto fuera poco, pasó por nuestro costado el MV Hjaltland, un ro-ro de la naviera NorthLink que suele hacer el trayecto entre Lerwick y Aberdeen. Espabilados por el trajín, decidimos bajar a tierra.
Salimos del puerto y dimos un largo y tranquilo paseo por The Knab, el saliente rocoso al sur de Lerwick. La ruta costera terminó en el café Fjara, un agradable local junto al mar frente a Brei Wick. Tras un reparador descanso, visitamos el interesante broch de Clickimin. Finalizada la excursión por las afueras de la ciudad, intentamos visitar su ayuntamiento, construido entre 1882 y 1884. Pero estaba en pleno proceso de restauración, por lo que no pudimos entrar en el edificio.
Nuestro siguiente objetivo era Fort Charlotte, la fortaleza que, desde 1652, protege el acceso a la ciudad desde el mar. Sufrió varios ataques y fue totalmente destruida durante las guerras anglo-holandesas del siglo XVII. La construcción actual es de 1781 pero, curiosamente, desde que se completó nunca ha vuelto a haber un ataque sobre la ciudad. En la actualidad, Fort Charlotte es propiedad de Historic Environment Scotland, una agencia dependiente del gobierno autónomo escocés. Se puede visitar libremente todos los días, de 7:00 a 20:00 horas. Aunque la fisonomía del terreno ha cambiado, separando el fuerte de la linea de costa, desde sus parapetos se puede disfrutar de una buena vista de Bressay Sound. También es curioso contemplar el auténtico mar de pequeñas chimeneas que adorna los tejados de los edificios de Lerwick, por no mencionar sus omnipresentes gaviotas. Éstas últimas están por todas partes: en los tejados, en el césped de la fortaleza, sobre los cañones . . . Curiosamente, parecen haber perdido cualquier miedo por el ser humano, por lo que se acercan irrespetuosas a inspeccionar cualquier objeto que les pueda llamar la atención.
Tras visitar Fort Charlotte, descendimos hasta las calles del centro de Lerwick. El día había ido mejorando y los claros cada vez dominaban mas sobre las nubes. La pequeña ciudad era un remanso de paz, por el que era un placer pasear sin rumbo fijo. En la plaza central, junto a la confluencia entre Commercial y Mounthooly, un grupo de jóvenes músicos interpretaban piezas clásicas. Muy cerca, encontramos un clásico pub, el Captain Flints, y decidimos aprovechar para tomar algo. El pub nos dejó un tanto decepcionados, tanto por la antipatía de la camarera como por la falta de limpieza del local, evidente a pesar de la escasa iluminación. En cualquier caso, no había muchos sitios donde elegir y hay que reconocer que la cerveza nos supo a gloria.
La tarde iba avanzando, pero aún nos sobraba algo de tiempo. Decidimos emplearlo en una segunda visita a la zona de antiguos almacenes que habíamos visitado por la mañana. Mereció la pena regresar. El día había mejorado, y ahora los claros dominaban sobre las escasas nubes. La marea había bajado, agrandando las pequeñas playas que se repartían entre los antiguos edificios de piedra gris. Y, aunque pudiera parecer imposible, el ambiente era todavía mas tranquilo que durante nuestra visita matutina. Apuramos el tiempo que nos quedaba antes de embarcar disfrutando de la calma del lugar.
Volvimos al MS Rotterdam con el tiempo justo de tomar un pequeño refrigerio antes de zarpar. Las descaradas gaviotas de Lerwick se habían familiarizado con el barco y merodeaban a sus anchas por las cubiertas. Aprovechando la plácida tarde, nos fuimos a tomar un café y un poco de tarta en las tumbonas de la cubierta de popa. Merendamos disfrutando del sol y las preciosas vistas sobre la bucólica isla de Bressay, mientras una gaviota nos observaba atentamente desde la barandilla mas cercana. Olga decidió ir al camarote a recoger algo, sin haberse terminado su tarta, que dejó en una mesita entre nuestras dos tumbonas. De pronto, la gaviota saltó a la tumbona vacía y, sin inquietarse lo mas mínimo por mi presencia o por el ruido de la cámara de fotos, se merendó tranquilamente los restos que quedaban en el plato. Después me observó, con un aire entre desafiante y curioso, y cada uno se fue por su camino: ella, a los tejados de Lerwick, yo, a Islandia.
Muy recomendable la entrada sobre las Shetland en el interesante blog World-in-words: https://www.world-in-words.com/news/shetland-las-islas-de-los-gatos/.
La web de turismo de Escocia tiene una página dedicada a la ciudad: https://www.visitscotland.com/es-es/destinations-maps/lerwick/.
En inglés, la sección específica para cruceros en la página oficial del puerto está en https://www.lerwick-harbour.co.uk/sectors/cruise.
Para el que tenga tiempo y ganas de aventurarse mas allá de la ciudad, recomiendo visitar el blog Travels With a Kilt: https://travelswithakilt.com/shetland-travel-blog/.
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