Las Bocas de Kotor, en Montenegro, combinan su espectacular emplazamiento, en el sur de los Alpes Dináricos, con una historia tan rica como convulsa. Por sus orillas han pasado prácticamente todos los grandes imperios que ha conocido Europa, tercios españoles incluidos. El rico patrimonio cultural que atesora, ubicado en un paisaje de indudable belleza, ha propiciado que varios enclaves de su accidentada costa formen parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Los 28 kilómetros que separan el puerto de Kotor del mar abierto son sin duda una de las singladuras más hermosas entre Gibraltar y los Dardanelos.

Fortaleza de Prevlaka

Fortaleza de Prevlaka.

Avistamos la costa de Montenegro sobre las ocho de la mañana. Apenas una tenue silueta, difuminada por la bruma matinal. Media hora más tarde, la entrada a las Bocas de Kotor se abría frente a la proa de Le Lyrial. Al norte, la fortaleza de Prevlaka dominaba su entrada desde las orillas del cabo Oštro, extremo meridional de Croacia. El cabo se fortificó por primera vez en 1441, cuando la península era parte de la República de Ragusa, la moderna Dubrovnik. Aunque el edificio actual fue levantado por Austria entre 1856 y 1862, como parte de las defensas de la base naval de Cattaro, la más meridional y segunda en importancia del imperio.

Fortaleza de Mamula

Fortaleza de Mamula.

Como complemento de Prevlaka, al sur se levantó el fuerte Arza, en el cabo homónimo. Previamente se había fortificado la isla de Rondina, en 1853. La isla quedó ocupada casi en su totalidad por sus defensas, mandadas construir por el general austríaco Lazar Mamula. La fortaleza tomó el nombre del general y, actualmente, toda la isla se conoce como Mamula. Durante la Segunda Guerra Mundial, los italianos convirtieron la isla en un campo de concentración, tristemente célebre por la crueldad de sus carceleros.

Herceg Novi

Herceg Novi.

Superadas las antiguas defensas de la entrada a las Bocas, Le Lyrial navegaba rumbo norte. A estribor quedaban los fuertes Kabala y Luštica. Pero mi atención estaba centrada en la pequeña ciudad que había a proa. Herceg Novi, con apenas 20.000 habitantes, se desparramaba por la costa, con sus edificios entremezclados con una densa arboleda. Era la antigua Castelnuovo donde, en 1539, el Tercio de Sarmiento, con poco más de 3.000 efectivos, se enfrentó a 50.000 otomanos, bajo el mando de Jeireddín Barbarroja en persona. El asedio apenas duró tres semanas y acabó con el virtual exterminio del tercio. Los doscientos españoles supervivientes fueron conducidos en cautiverio a Estambul, de donde tan solo regresaron 25. De aquella gesta queda el nombre de uno de los tres castillos de Herceg Novi, en la parte alta de la ciudad, todavía conocido como Španjola. Aunque la fortaleza que podemos ver fue edificada por los otomanos tras el asedio, entre 1539 y 1548, bautizándola como Gornji Grad, o Ciudad Alta.

Llegando al estrecho de Kumbor

Llegando al estrecho de Kumbor.

Las Bocas de Kotor se dividen en varias bahías, separadas por los estrechos de Kumbor y Verige. Navegábamos por Herceg Novi, la más exterior de todas, aislada de mar abierto por la península de Luštica. Le Lyrial avanzaba paralelo a la costa septentrional de la península, que lentamente se iba doblando hacia el este. Tras dejar la ciudad de Herceg Novi a babor, enfilamos hacia el estrecho de Kumbor, al sur de la localidad del mismo nombre. A babor, la franja costera seguía estando muy urbanizada. Junto al estrecho se estaba levantando un gran complejo turístico, que desde el barco recordaba los que abundan en el sur de España. Por contra, la costa septentrional de Luštica tenía un aspecto más silvestre. La presencia de varias instalaciones militares parece haber retrasado el desarrollo turístico de la costa, preservándola de la urbanización. Ademas de los fuertes que protegen la entrada a las Bocas, la península alojó una base de submarinos, de la cual pudimos apreciar dos túneles en bastante mal estado de conservación. Así como algún buque de guerra abandonado, oxidándose junto a la orilla. Recuerdos de la Guerra Fría.

Superado Kumbor, nos adentramos en Tivat, la mayor de las cuatro bahías que forman las Bocas. Tivat se abría hacia el sureste, formando un amplio brazo de mar, en el que abundaban las embarcaciones deportivas. Desde enormes yates hasta lanchas de goma navegaban por sus plácidas aguas, totalmente rodeadas de montañas. Le Lyrial comenzó a virar hacia el norte, siguiendo la costa noroeste de la bahía. Tras dejar a babor el puerto comercial de Bijela, nos acercábamos al estrecho de Verige, la parte más angosta de las Bocas, con una longitud de 2,3 kilómetros y apenas 340 metros de anchura. La travesía llegaba a su zona más interesante.

Perast

Perast.

Cuando salimos por extremo septentrional de Verige, la vista era impresionante. El tramo interior de las Bocas de Kotor se divide en dos bahías. La más amplia, hacia el sureste, lleva hasta la ciudad de Kotor, de la que coge el nombre. Hacia el noroeste, se extiende la bahía de Risan, que lleva hasta la localidad homónima. Frente al estrecho, en una delgada franja entre la costa y las agrestes laderas del monte Sveti Ilija, se encuentra Perast, una de las joyas de Montenegro. Aunque la zona estuvo habitada desde el Neolítico, se atribuye su fundación a la tribu iliria de los Pirusti, de los que heredó el nombre. Pero la prosperidad de Perast llegó con los venecianos. Tras la caída en manos otomanas, a finales del siglo XV, de la costa noroeste de las Bocas, entre Herceg Novi y Risan, la pequeña ciudad se convirtió en una pieza fundamental del sistema defensivo de la reducida Albania Veneta. Perast prosperó, hasta tener una flota con más de cien barcos y una escuela naval tan prestigiosa que, cuando Pedro I de Rusia decidió crear una armada, la eligió para formar a sus nuevos oficiales. De aquella época de esplendor, queda un rico patrimonio arquitectónico, con más de doscientos edificios del siglo XVIII. Y el orgullo de haber sido el último lugar en el que se arrió el estandarte del León de San Marcos, tras la conquista de la república por Bonaparte.

Nuestra Señora de las Rocas

Nuestra Señora de las Rocas.

Al oeste de la hermosa Perast, un par de islotes rivalizaban con ella por nuestra atención. Sveti Đorđe, San Jorge en español, está completamente ocupado por un cementerio, con las sepulturas de la nobleza local, y un monasterio benedictino del siglo XII. Su silueta es pintoresca, pero queda completamente eclipsada por la vecina Gospa od Škrpjela, o Nuestra Señora de las Rocas. Según la leyenda, el 22 de Julio de 1452 unos marinos encontraron un icono en un escollo que apenas sobresalía sobre las aguas. Desde entonces, cada vez que un barco regresaba a Perast tras una travesía, arrojaba una roca en el lugar. Poco a poco, fue surgiendo un islote, en el que posteriormente se edificó una iglesia. La actual fue construida en 1632 y renovada en 1722. Como toda leyenda, hay que tomarla con cierta cautela, pues hay referencias a la construcción de una primera iglesia ya en 1452, por lo que el escollo debía ser mayor de lo que cuenta la tradición. Lo cual no resta belleza al lugar, que tenía un aspecto asombrosamente etéreo. Más que un islote, Nuestra Señora de las Rocas parecía un navío de piedra, fondeado en medio de la hermosa bahía.

Prčanj

Prčanj.

Le Lyrial viró hacia el sureste, dirigiéndose rumbo a Kotor, nuestro destino, visible al fondo de su bahía. Tras dejar a popa la áspera mole del monte Sveti Ilija, navegábamos en un entorno cada vez más urbano. A estribor teníamos Prčanj, la antigua Perzagno de los venecianos. Desde el siglo XVII, sus veloces barcos se encargaron de llevar el correo entre Venecia y sus posesiones y consulados de ultramar. Como pago por un servicio fundamental para un estado que basaba su supervivencia en manejar informacion privilegiada, la Serenissima concedió todo tipo de exenciones a sus habitantes. Prčanj prosperó, llegando a tener una flota mercante de treinta veleros. La flota desapareció, al igual que los privilegios, con el fin de la república veneciana. Quedó un interesante conjunto de edificios, entre los que destaca la iglesia de la Natividad de Santa María, comenzada a edificar en 1789. Sus dimensiones, totalmente desproporcionadas para el tamaño de Prčanj, unidas la decadencia económica, hicieron que el templo tardase 120 años en ser completado.

San Mateo, en Dobrota

San Mateo, en Dobrota.

A babor quedaba Dobrota, famosa por sus encajes, que todavía se realizan siguiendo una técnica del siglo XII originaria de Burano, en la laguna veneciana. Se conservan encajes del siglo XV, algunos de ellos atesorados en las casas solariegas del lugar. Dobrota tuvo un primer momento de esplendor a partir del siglo XVII, vinculado a su proximidad a Kotor. La misma cercanía ha propiciado que, al contrario que otros asentamientos históricos de la zona, su población haya crecido notablemente. Lo que no impide que tenga algunos edificios destacados, como la hermosa iglesia de San Mateo, un templo católico edificado en 1670.

Bahía de Kotor

Bahía de Kotor.

Finalmente, un par de horas después de navegar junto a las fortalezas de Prevlaka y Mamula, fondeamos a mitad de camino entre Dobrota y Kotor. Frente a nosotros, al fondo de su bahía, se levantaba esta última, coronada por su peculiar fortaleza. Por desgracia, un enorme crucero de MSC empequeñecía la ciudad, arruinando la vista. Mientras la tripulación de Le Lyrial completaba el ritual previo al desembarco, nos entretuvimos contemplando el brazo de mar por el que acabábamos de navegar.  El agua, la urbanizada franja costera y las ásperas laderas de los Alpes Dináricos creaban un interesante paisaje, lleno de contrastes. Más allá de Dobrota un velero de cinco mástiles, el Wind Surf, adornaba el ya de por si hermoso panorama. La singladura de entrada a Kotor había sido increíblemente bella, cumpliendo nuestras mejores expectativas. Aún no sabíamos que la navegación hacia mar abierto, coincidiendo con el atardecer, las iba a superar con creces.

Algunos vínculos útiles:
En https://depuertoenpuerto.com/de-atenas-a-venecia/ se puede ver nuestro itinerario entre Atenas y Venecia.

En https://www.itinari.com/es/country/montenegro hay numerosos artículos sobre Montenegro, varios de ellos centrados en lugares de las Bocas de Kotor.

Para el que no vaya en barco, recomiendo visitar https://viajeros30.com/2017/09/07/ruta-bahia-de-kotor-montenegro/, donde describen un itinerario en coche por las Bocas.

En https://historiayarabismo.wixsite.com/recreahistoria/single-post/2015/12/03/1539-EL-ASEDIO-DE-CASTELNUOVO-Una-Numancia-espa%C3%B1ola-en-Montenegro se puede encontrar un artículo sobre el sitio de Castelnuovo.

Sobre el mismo tema, hay una larga entrada en la Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Sitio_de_Castelnuovo.

En inglés, en https://secretcroatia.blog/2010/03/31/secret-prevlaka-peninsula/ hay una entrada sobre la fortaleza de Prevlaka.

Perast tiene una página con bastante información: http://www.perast.com/html-ENGLESKI/index-english.html.

Muy interesante la web sobre Montenegro https://waytomonte.com/en, con información difícil de encontrar en otras partes. En particular recomiendo las páginas sobre Španjola (https://waytomonte.com/en/p-3396-fortress-spanjola-or-spanish-fortress) y Dobrota (https://waytomonte.com/en/p-3315-dobrota).