Hacía una mañana espléndida. Fría, pero increíblemente serena. Sin rastro del viento, la niebla, la nieve o el granizo que me habían acompañado durante buena parte de la anterior jornada. En apenas unos minutos, conducía por la orilla norte del Hamarsfjörđur. A mi izquierda, el agua del fiordo, protegida del oleaje por un grupo de islotes, tenía toda su superficie congelada. A lo lejos, sobre el nítido horizonte, el sol intentaba asomar entre las nubes. La carretera, de doble sentido y sin arcén, pero con un impecable asfalto completamente limpio, zigzagueaba suavemente por un hermoso paisaje volcánico, en el que las manchas de nieve formaban un extraño mosaico con las rocas negras.
No pude evitar detenerme en varias ocasiones, mientras la carretera bordeaba Hamarsfjörđur y Álftafjörður, los más meridionales de los fiordos orientales de Islandia. El paisaje era de una belleza asombrosa, acentuada por la suave luz del amanecer. La nieve resaltaba las texturas de las montañas circundantes, que en algunos casos, como el pico Gođaborg (Fortaleza de los Dioses), se elevaban por encima de los mil metros. Avanzar por una carretera solitaria, en medio de un paisaje tan imponente, durante un hermoso amanecer, fue una experiencia que me hizo recordar la época, hace tiempo pasada, en la que disfrutaba conduciendo. Una sensación que he tenido con frecuencia recorriendo Islandia en coche.
Lækjavik.
Finalmente, cerca ya de las once de la mañana, llegué a mi siguiente destino, el faro de Hvalnes. Éste no era gran cosa. Una estructura naranja, de unos once metros de altura, construida en 1954. En cambio, el entorno era impresionante. Al norte, Eystrahorn, el Cuerno del Este. No tan famoso como su hermano del oeste y quizá en una ubicación menos dramática, pero no por ello menos agreste y hermoso. Por contra, su menor popularidad lo convierte en un lugar bastante más solitario. A sus pies, al suroeste, se extiende Lónsfjörður, una laguna aislada del mar por Hvalnesfjara, la larga lengua de arena negra que se prolonga más de diez kilómetros hacia el oeste. Lón, la llanura aluvial que hay más allá de Lónsfjörður, es la primera parada para numerosas aves migratorias, cuando éstas regresan a pasar el verano en Islandia. Incluso en pleno invierno, la zona estaba llena de pájaros, que revoloteaban incesantemente por encima de las olas y las cumbres de Eystrahorn.
Al sur de Hvalnesfjara, en la amplia bahía de Lónsvik, el mar parecía haber desatado toda su furia. Al contrario que en los Fiordos del Este, en Hvalnes hacía un viento infernal. Así mismo, el oleaje se había intensificado, hasta formar una incesante sucesión de olas, que rompían sin solución de continuidad contra la arena de Hvalnesfjara. El estruendo del oleaje, el fortísimo viento, que hacía difícil mantenerse en pié, la espuma de las olas, formando una neblina que velaba las montañas del otro lado de la amplia bahía, todo ello en medio de un impactante paisaje invernal, formaban una escena de una belleza arrebatadoramente salvaje, que contrastaba vivamente con el sereno amanecer, tan solo un par de horas antes.
Pasé más de media hora embrujado por la fuerza y la belleza del lugar. Me hubiera quedado más tiempo, pero cada vez iba más retrasado y, en invierno, las horas de luz en Islandia son limitadas. Continué el camino. Al principio, la carretera bordeaba Lónsfjörður por el norte. La superficie de la laguna estaba completamente congelada. Su inmóvil superficie era un curioso contrapunto del agitado mar al otro lado de Hvalnesfjara. Me detuve brevemente en Klif, un antiguo puesto pesquero abandonado a principios del siglo XX, del que apenas quedan restos más allá de un cartel explicativo. Fue la parada menos interesante del día.
Stokksnes.
Mi siguiente parada fue la pequeña ciudad de Höfn, cuyo nombre en islandés significa puerto. Con algo más de 2.000 habitantes, es el mayor asentamiento del sureste de Islandia. Tiene una ubicación a priori interesante, en una península ubicada justo frente a la boca que comunica el mar con las dos amplias bahías que la rodean. Pero, como buena parte de las localidades de Islandia, no tiene ningún punto realmente atractivo. Fui hasta un mirador cerca del extremo meridional de la península, desde el que se divisaban por un lado las lejanas montañas, más allá de una bahía salpicada de islotes, y por el otro se adivinaban las olas rompiendo contra la barrera arenosa que cierra la más occidental de las bahías. Bonito, pero nada especialmente interesante. Mucho menos en un lugar tan espectacular como Islandia. Tras otra visita que me podía haber ahorrado, hice el firme propósito de no detenerme hasta Jökulsárlón, mi siguiente destino. Por una vez lo logré.
Jökulsárlón.
Haciendo balance, el día había sido tan largo como interesante. Entre conducción y visitas, había empleado prácticamente 10 horas en recorrer los 203 kilómetros que había entre el hotel de Djúpivogur y el de Hnappavellir. Aún así, me hubiera gustado disponer al menos de una hora adicional, sobre todo en Jökulsárlón. Me dormí pensando que, al día siguiente, debía organizar mejor mi tiempo, eliminando paradas intermedias y centrándome en las visitas principales.
En De Pronto a Bordo hay un post sobre Höfn: http://www.deprontoabordo.com/hofn-islandia/.
En https://depuertoenpuerto.com/islandia-en-invierno/ se puede ver mi primer itinerario invernal por Islandia.
En inglés, la web Hit Iceland tiene una entrada sobre Álftafjörður (https://hiticeland.com/places_and_photos_from_iceland/álftafjörður) y otra dedicada a Eystrahorn (https://hiticeland.com/places_and_photos_from_iceland/eystrahorn).
En outdoor project se puede encontrar información sobre el faro de Hvalnes: https://www.outdoorproject.com/iceland/hvalnes-lighthouse.
La web Guide to Iceland contiene un artículo del fotógrafo danés Mads Peter Iversen sobre Eystrahorn: https://guidetoiceland.is/connect-with-locals/5176/my-new-favorite-location-in-iceland-for-photography-eystrahorn.
La página Arctic Adventures tiene una entrada sobre Höfn: https://adventures.is/iceland/attractions/hofn/.
También se puede visitar la web Glacier Guides: https://www.glacierguides.is/blog/hofn-south-east-iceland.
Trackbacks/Pingbacks