Amanecer invernal en Tinganes

Tinganes es el barrio más antiguo de Tórshavn. Sus orígenes se remontan a la misma fundación de la capital de las Feroe, cuando la península fue elegida por los primeros pobladores nórdicos para reunir su asamblea. Su nombre, en feroés, significa «lugar del parlamento». El Løgting fue suprimido en 1819 y, desde su reinstauración en 1852, se reúne en un edificio situado más al norte, en la calle Tinghúsvegur. Pero la sede del gobierno autónomo de las islas aún reside en la península, en el edificio conocido como Skansapakkhusið. El resto de Tinganes está ocupado por una mezcla de edificios oficiales y viviendas particulares, formando el barrio con más encanto de la ciudad.

Llegué a Tinganes paseando por la orilla de Vestaravág, «El Puerto del Oeste», una de las dos ensenadas que rodean la península. Apenas faltaban diez minutos para la salida del sol y una hermosa luz bañaba el puerto y los edificios circundantes, que se reflejaban en las tranquilas aguas. Un tenue manto de nieve apenas lograba tamizar algunos rincones y tejados, realzando la belleza del lugar.

Durante la siguiente hora, paseé sin rumbo por su caótico entramado urbano. Tinganes hunde sus raíces en la Edad Media y tiene pocas calles dignas de tal nombre. Su estructura urbana se parece más a la de un conjunto de casas construidas desordenadamente en un medio rural. Perderse por sus callejones, muchas veces sin salida, encontrar un par de gallinas picoteando tranquilamente en una plazoleta o descubrir, en medio del abigarrado conjunto de casas, un espacio asilvestrado, forma parte del encanto de la península. Desde la que, además, hay unas excelentes vistas de Tórshavn y su puerto.

Aunque todavía se conserva algún edificio del siglo XV, la mayor parte es posterior al incendio que, en 1673, asoló la península. Como la sede del gobierno, construida en 1749 en el antiguo emplazamiento de uno de los fuertes que defendía Tórshavn. Su nombre, Skansapakkhusið, se puede traducir como «el almacén» y recuerda la función inicial de muchos de los mayores edificios de Tinganes, construidos cuando la península era el principal centro del comercio de las islas. El edificio, que inicialmente contaba tan solo con una planta, fue ampliado en varias ocasiones, hasta adquirir su aspecto actual en 1907.

Hacia el norte, Skansapakkhusið está rodeado de construcciones de aspecto similar, edificadas en madera sobre una base de piedra y generalmente con el techo de turba, actualmente ocupadas por dependencias gubernamentales. A pesar de lo cual, el barrio rezumaba tranquilidad. Apenas había trasiego de personas y ningún rastro de los servicios de vigilancia que, en la mayor parte del mundo, se asocia a la presencia de edificios oficiales. Una muestra del clima de seguridad que se respira en las islas y de la forma en que sus habitantes se relacionan con el gobierno.

En realidad, la semejanza entre los edificios y su vinculación con la administración vienen de antiguo. En 1709 la corona danesa decretó el monopolio real sobre todo el comercio del archipiélago. Se establecieron almacenes y oficinas administrativas en Tinganes, obligando a todos los habitantes de las Feroe a acudir a la península para comprar o vender sus productos. Hubo que esperar a la década de 1830 para que la corona organizase puestos de comercio en otras cuatro islas. Finalmente, en 1856, llegó la definitiva abolición del monopolio real.

Más allá de la zona gubernamental, los edificios son menos uniformes. El rojo se alterna con otros colores, entre los que predomina el negro, a la vez que su tamaño tiende a reducirse. Los callejones que unen la península al resto de la ciudad están flanqueados en su mayor parte por pequeñas viviendas, generalmente en un envidiable estado de conservación. Salí de la península por la calle Gongin, junto al puerto oriental, donde en unos metros las casas perdieron su carácter tradicional y las calles recuperaron el asfalto.