Nuestra escala en Sarandë fue una sorpresa total. La primera noticia la tuvimos en el propio barco, el mismo día en que embarcamos. Al hacer una investigación rápida sobre los atractivos de la zona, Butrint me llamó la atención de forma inmediata. Una ciudad con orígenes mitológicos, que perteneció al Imperio Romano hasta la caída de Constantinopla en la Cuarta Cruzada, posteriormente estuvo en manos venecianas, hasta la desaparición de la república en 1797, para finalmente quedar prácticamente abandonada hasta nuestros días, tenía que ser un lugar sin duda interesante. Como no teníamos moneda albanesa, ni nos había dado tiempo a documentarnos mínimamente sobre la forma de movernos por la zona, nos decidimos por la opción cómoda y contratamos una excursión de la naviera.

Butrint se encuentra al sur de Sarandë, comunicada por una carretera construida en 1959. A pesar de la corta distancia, de apenas diecisiete kilómetros, el trayecto en autobús nos llevó algo mas de 30 minutos. Inicialmente, la carretera discurría entre una sucesión de apartamentos turísticos y edificios a medio construir. Todo aderezado con un tráfico escaso, pero caótico, y algún rebaño de cabras. El comienzo no era muy prometedor.

Transbordador de Butrint.

Transbordador de Butrint.

Poco después, entramos en la zona protegida como parque nacional. El panorama cambió. La carretera discurría serpenteando por las colinas entre el lago de Butrint y el mar Jónico. La vista era preciosa a ambos lados. A nuestra derecha, la vecina isla de Corfú, separada del continente por un estrecho canal, dominaba el horizonte. A la izquierda, mas allá del lago, podíamos ver las agrestes montañas del interior de Albania. Cuando llegamos a Butrint, la sensación era de haber llegado al fin del mundo. La carretera acababa abruptamente en el canal de Vivari, que comunica el lago con el mar. Un desvencijado transbordador cruzaba lentamente de un lado a otro a los escasos vehículos en tránsito.

Castillo de Alí Pashá.

Castillo triangular de Alí Pashá.

Al otro lado del canal la carretera, recta como una flecha, se perdía entre las lejanas colinas. También se veían las ruinas de un curioso castillo, de forma triangular, construido inicialmente por los venecianos, aunque su aspecto actual se debe a una reforma realizada a principios del siglo XIX, tras la conquista otomana, por el tristemente célebre Alí Pashá de Yánina.

Agora de Butrint

Ágora de Butrint.

El autobús se detuvo poco antes de llegar al canal, en un pequeño aparcamiento polvoriento junto a la carretera. Sin perder tiempo, nos dirigimos al interior del yacimiento arqueológico. El itinerario arrancaba junto a una antigua torre defensiva de la época veneciana, bastante bien conservada. Desde allí, nos dirigimos hacia la zona del ágora, donde se superponen los restos griegos y romanos. Como en el teatro, construido a finales del siglo IV antes de Cristo y ampliado en época romana, durante el siglo II. Esta zona del yacimiento sufre un proceso de hundimiento, por lo que algunas partes están anegadas. Nos llamaron la atención las numerosas inscripciones de manumisión de esclavos, que se conservan talladas en piedra.

Mosaico del baptisterio

Mosaico del baptisterio.

El yacimiento contiene numerosos restos interesantes, entre los que destaca un baptisterio paleocristiano del siglo VI. En el mismo se ha descubierto un gran mosaico, en buen estado de conservación. Suele estar cubierto por una capa protectora de tierra, que se retira parcialmente durante la campaña de verano. En el siglo VI, también se construyó una basílica bizantina, que tiene la particularidad de no haber sido edificada sobre un templo anterior. Una rareza en su época. También se conservan restos de un templo griego dedicado a Asclepio, dios de la medicina y la curación. Del puente y el acueducto que, en época romana, unían Butrint con los campos del otro lado del lago, no queda prácticamente nada.

Las vistas desde la ciudad eran preciosas. Al otro lado del lago, la llanura se convertía en colinas, y éstas en montañas. Toda la zona daba la sensación de estar escasamente poblada. En el lago, la única actividad era el tranquilo faenar de una barca de pescadores. Además del susurro de una leve brisa, el único sonido era el incesante canto de las chicharras, cada vez mas intenso, que subía parejo a la temperatura. La escena era increíblemente bucólica.

Puerta del León

Puerta del León.

Seguimos avanzando, cerca de la orilla, por el exterior de los lienzos de muralla. Se cree que los mas antiguos, de construcción ciclópea, datan del siglo VIII antes de Cristo. Dos puertas, muy cercanas entre si, merecen especial mención. La Puerta del Lago, del siglo IV antes de Cristo, tiene la particularidad de haber sido mencionada por Virgilio en La Eneida. La Puerta del León debe su nombre a una reforma, realizada en el siglo V, presumiblemente con el fin de hacer mas sencilla su defensa. Rematando la nueva entrada, se colocó una piedra labrada, en la que se puede ver un león devorando una cabeza de toro.

Museo de Butrint

Museo de Butrint.

Tras pasar bajo ésta última, ascendimos hacia la acrópolis, también rodeada por su propia muralla, en la que se han encontrado los cimientos de otra basílica. En la parte mas elevada de la colina hay una antiguo castillo veneciano, reconstruido recientemente de forma poco acertada. En su interior visitamos un pequeño museo, en el que se exhiben piezas recuperadas en el yacimiento.

Canal de Corfú desde Butrint

Canal de Corfú desde Butrint.

Sin duda, lo mas interesante del castillo eran sus vistas. Desde la parte alta, podíamos divisar todo el paisaje circundante: el lago, la llanura al otro lado del canal de Vivari, las montañas del interior de Albania . . . y el canal de Corfú. La isla está tan cerca, que parece formar parte de la costa albanesa. No es de extrañar que, durante buena parte de su historia, el destino de Butrint estuviera íntimamente ligado al de Corfú.

Torre veneciana

Torre defensiva veneciana

A pesar del intenso calor, y del cada vez mas incesante canto de las chicharras, nos costó irnos de Butrint. Su pasado, durante siglos en la frontera entre mundos antagónicos, su emplazamiento, en un paraje de gran belleza natural, y sus relevantes restos arqueológicos, llenos de referencias mitológicas, crean un conjunto de indiscutible interés. Que, al menos de momento, no sea demasiado conocido, lo hace todavía mas atractivo.

Algunos vínculos útiles:
En el blog Gacela por el Mundo hay un interesante artículo sobre el yacimiento arqueológico: http://gacelaporelmundo.com/viajar-por/albania/butrint-impresionantes-ruinas-en-el-sur-de-albania/.

Entrada sobre Butrint en la página de la UNESCO, en inglés, pero con una completa galería fotográfica: http://whc.unesco.org/en/list/570/.

La Wikipedia tiene una entrada bastante completa sobre la ciudad: https://es.wikipedia.org/wiki/Butrinto.

En https://depuertoenpuerto.com/crucero-mediterraneo-oriental/ se puede consultar el itinerario completo de nuestro viaje por el Mediterráneo Oriental.