Al día siguiente, pensamos que lo mas prudente era tomárnoslo con calma. Teníamos muchos días por delante y no parecía conveniente seguir moviéndonos tanto, forzando el tobillo de Olga. Además, íbamos a estar varios días en Venecia a la vuelta. Con el barco atracado, casi todo el pasaje estaba en tierra. Teníamos el Eurodam prácticamente para nosotros. Mientras mi mujer descansaba en el camarote, pasé la mañana recorriendo los salones vacíos del barco, aprovechando para buscar las salidas a las distintas cubiertas y terrazas exteriores.
https://www.youtube.com/watch?v=M5anLWEbHKE?rel=0
A las cuatro de la tarde, como estaba previsto, zarpamos de Venecia. Navegar en un crucero por el canal de Giudecca es una experiencia única. El barco, escoltado por remolcadores, avanza muy lentamente. Hay tiempo de sobra para disfrutar de la vista y la interesante perspectiva de la ciudad desde las cubiertas superiores. Dejamos una cámara en la terraza del camarote grabando un timelapse (que posteriormente, en un alarde de destreza tecnológica, borré) y nos fuimos hacia proa. Buscamos, en la cubierta 6, una amplia terraza debajo el puente de mando del Eurodam. Estábamos prácticamente solos. Mas abajo, en la misma proa del barco, algunos miembros de la tripulación aprovechaban para disfrutar del espectáculo. Tardamos algo mas de cuarenta y cinco minutos en llegar a la altura de San Marco y treinta y cinco adicionales en alcanzar mar abierto, en Punta Sabbioni. Casi hora y media navegando por la laguna de Venecia, uno de los trayectos mas hermosos que se puede hacer en un crucero.
La web reidsitaly tiene una entrada muy informativa sobre cómo llegar a la terminal de cruceros: http://www.reidsitaly.com/destinations/veneto/venice/planning/to_by_ship.html.
En https://depuertoenpuerto.com/crucero-mediterraneo-oriental/ se puede consultar todo el itinerario de nuestro viaje por el Mediterráneo Oriental.
Puerto viene del latin “portare” (portar) y de la raíz indoeuropea “per” (llevar traer). Por ello puede referirse tanto a la navegacion, como a las expediciones terrestres (puerto de montaña), el trasiego digital (puerto de ordenador) e incluso al mundo de las ideas (v.gr “llegar a buen puerto”).
En esta última acepción Venecia, es un interesante puerto para embarcarse en una larga singladura: la música del barroco. Su famosísima catedral de San Marcos fue el núcleo de la llamada escuela veneciana, punto de partida al nuevo estilo manierista. En ella destaca, quien a principios del siglo XVII fue su maestro de coro y director además de maestro de música de la Serenísima República de Venecia.: Claudio Giovani Monteverdi. Uno de los primeros maestros del nuevo estilo.
El barroco musical tiene su puerto de llegada triunfal en Juan Sebastian Bach, quien muchos consideran su ultimo gran representante. Sus hijos tomaron nuevos rumbos. Pero si queremos llegar hasta él deberemos abandonar el barco, por ejemplo en Hamburgo, e internarnos por tierra firme hasta el centro de Alemania.
Existe un dialogo entre el punto de partida y el de llegada de esta corriente musical que expone magistralmente Nikolaus Harnoncourt en su libro “Dialogo musical: reflexiones sobre Monteverdi Bach y Mozart”,. Por ello no es de extrañar que uno de los grandes estudiosos e interpretes de Bach, Sir Elliot Gardiner haya hecho su famoso periplo interpretando las cantatas de Bach, con un coro llamado precisamente Monteverdi.
Venezia-Leipzig, Monteverdi-Bach. Un increíble itinerario que no podremos hacer completo en un crucero.
Saludos