Si algo no tuvo Teodorico el Grande fue una vida aburrida. Nacido en algún lugar de Dacia (la actual Rumanía) en el 454, con tan solo nueve años fue enviado a Constantinopla como rehén. A los dieciocho regresó con su pueblo, donde convenció a su padre, el rey Teodomiro, a internarse en los dominios del Imperio Romano de Oriente. Con veinte años se convirtió en rey de los Ostrogodos. En el 487 llegaba con sus guerreros a las puertas de Constantinopla. Allí sería nombrado patricio y magister militum por el emperador Flavio Zenón, quien lo envió rumbo a Italia. En el 493 se convertiría en rey de la península, tras asesinar a Odoacro. Su fuerza y prestigio hicieron que, directa o indirectamente, acabase controlando más de la mitad del territorio del desaparecido Imperio Romano de Occidente, aunque nunca se hizo proclamar emperador.

Vista del mausoleo

Vista del mausoleo.

Teodorico murió el año 526 en Rávena, entonces la capital de su reino italiano. Aproximadamente seis años antes, había ordenado construir su sepultura. Como no podía ser de otra manera en un personaje que, como pocos, protagoniza los convulsos años de transición entre la era clásica y la Edad Media, el edificio es una mezcla de ambos mundos. Por una parte, se inspira en los monumentos funerarios romanos, como el mausoleo de Augusto. La influencia del cristianismo se revela en la planta en forma de cruz griega y algunos de los pocos detalles ornamentales que nos han llegado. Más polémicos son los rasgos germánicos, que algunos quieren ver en su extraña cubierta, quizá una reminiscencia de sus antiguos túmulos funerarios.

Cubierta del mausoleo

Cubierta del mausoleo.

Cubierta que quizá sea el elemento más enigmático del edificio. Comenzando por sus descomunales dimensiones, más aun para la época en que fue construida. Con once metros de diámetro, dos y medio de altura y uno de espesor, su peso se estima en el entorno de las 300 toneladas. Teniendo en cuenta que, además, debió ser transportada por barco desde Istria, al otro lado del Adriático, la pregunta es evidente: ¿era necesario tal derroche de recursos? Quizá ese fuera precisamente su cometido: demostrar el poder de Teodorico.

Sarcófago de Teodorico

Sarcófago de Teodorico.

El mausoleo encierra más secretos, ayudado por los expolios que ha sufrido en su dilatada historia. Comenzando con el perpetrado por los bizantinos, que en el siglo VI eliminaron cualquier objeto que pudiera ser interpretado como contaminado por el arrianismo. Parece que Carlomagno se llevó las puertas de bronce a su nuevo palacio de Aquisgrán. Tampoco quedan restos de los mosaicos del suelo ni de cualquier ornamentación interior. En consecuencia, no sabemos cómo era la decoración del mausoleo. Hay quien dice que exteriormente estaba adornado con estatuas de los reyes godos y parece, por las inscripciones que aun es posible ver, que apóstoles y evangelistas se repartían por las doce ménsulas que quizá también sirvieron para elevar la pesada losa. Por ignorar, hasta desconocemos si realmente los restos de Teodorico llegaron a descansar alguna vez en el interior del extraño sarcófago, con forma de bañera, que ocupa el desnudo centro de la cámara superior.

Entrada a la cámara inferior

Entrada a la cámara inferior.

Lo único que podemos afirmar con certeza es el fuerte contraste que hay entre el resto de los monumentos de Rávena y el mausoleo. Aquellos, construidos en ladrillo visto y decorados con espléndidos mosaicos. Este, en desnudo mármol blanco de Istria, unido sin argamasa. Ubicado en un parque a las afueras de la ciudad, algo apartado del resto del espléndido legado artístico de Rávena, quizá no sea el más visitado de sus monumentos. Grave error. Pese a su aparente tosquedad, el mausoleo de Teodorico es una obra de arte de primer nivel, patrimonio de la humanidad desde 1996. Sus desnudas piedras nos cuentan una interesante historia, además de ayudarnos a conocer y poner en contexto la época dorada de Rávena, cuando la ciudad era una de las principales metrópolis del occidente cristiano.

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Para ampliar la información:

Interesantísima la entrada en el blog Algargos, Arte e Historia: http://algargosarte.blogspot.com/2014/10/el-mausoleo-de-teodorico-en-ravena.html.

Más breve, el post en El Señor del Biombo: https://seordelbiombo.blogspot.com/2017/09/el-mausoleo-de-teodorico.html.

En Atlas Obscura indagan en alguno de los numerosos misterios del mausoleo: https://www.findinterestingplaces.com/places/mausoleum-of-theoderic.

En https://depuertoenpuerto.com/entre-los-dolomitas-y-ravena/ se puede ver todo nuestro itinerario por el nordeste de Italia.

En inglés, la página del monumento en la web oficial de turismo de Rávena está en https://www.turismo.ra.it/en/culture-and-history/unesco-world-heritage/mausoleum-theodoric/.

En italiano, se puede encontrar la página con información de precios y horarios en https://www.musei.emiliaromagna.beniculturali.it/musei/mausoleo-di-teodorico.