Decidimos subir al Srđ por la tarde, para ver la puesta de sol desde la cima. La forma ms cómoda de ascender es mediante el teleférico que sale desde la calle Petra Krešimira IV, a pocos minutos andando desde la puerta de Buže, al norte de las murallas. El teleférico fue abierto en 1969, aunque su historia ha ido pareja a la de la cumbre, siendo destruido durante la Guerra de Independencia de Croacia. Restaurada la paz, se reconstruyeron las instalaciones y el teleférico volvió a abrir en 2010. En la estación superior hay un bar-restaurante y varios miradores, desde los que se contempla un interesante panorama, dominando la ciudad vieja y su recinto amurallado.
Es muy aconsejable salir de la estación del teleférico. En sus inmediaciones, al noroeste, se encuentra el Fuerte Imperial. Se comenzó a edificar en 1806, durante la ocupación francesa, para impedir que la ciudad pudiera ser atacada desde la cima. No sirvió de mucho, pues en 1813, un año después de su finalización, la ciudad se rindió ante las fuerzas combinadas de Austria y el Reino Unido. Tras la ocupación de Bosnia Herzegovina por el Imperio Austro-Húngaro en 1878, el fuerte perdió su razón de ser y fue abandonado. Sin embargo, en 1991 tuvo un papel decisivo en la defensa de Dubrovnik frente a las tropas serbias. La heroica resistencia de un reducido grupo de defensores croatas impidió la caída de la ciudad. Desde 2008 aloja un museo sobre la Guerra de Independencia de Croacia. Aunque, personalmente, me impactaron más los restos de trincheras que todavía existen un poco más allá de la fortaleza. Muestran de primera mano lo cerca que estuvo la guerra de la hermosa Dubrovnik y la facilidad con que los humanos podemos caer en una espiral destructiva.
Más allá de las trincheras hay una interesante vista hacia el noroeste, que en nuestro caso disfrutamos coincidiendo con el atardecer. Desde las alturas, las islas Elaphiti se difuminaban en la bruma de la tarde, rodeadas por un mar dorado. Una multitud de embarcaciones regresaba a la bahía de Gruž, donde se encuentra el puerto nuevo de la ciudad. Aunque ni mucho menos estábamos solos, la zona era mucho más tranquila que las terrazas del teleférico, que se habían ido llenando con cada cabina que subía.
Finalmente, algo pasadas las siete y media, con el sol acercándose al horizonte, decidimos regresar. Llevábamos más de hora y media en la cima, mientras las cabinas llegaban repletas de gente, volviendo a descender casi vacías. Pensamos que la mayor parte subía a ver la puesta de sol y, a continuación, decidirían bajar todos a la vez. Aunque hermoso, el atardecer no parecía que fuera a dar más de si, por lo que preferimos adelantar el descenso y evitar posibles aglomeraciones. Fue una buena idea. Bajamos en el teleférico prácticamente solos, disfrutando de un ocaso acelerado por nuestro propio descenso. Según llegábamos a la estación inferior, el sol se ocultó tras la colina de Petka.
Quien quiera subir andando, puede encontrar información en el blog En Modo Viajero: http://enmodoviajero.cl/monte-srd-dubrovnik/.
En https://depuertoenpuerto.com/de-atenas-a-venecia/ se puede ver nuestro itinerario entre Atenas y Venecia.
En inglés, la página oficial de teleférico está en http://www.dubrovnikcablecar.com/.
En el blog JetSetting Fools se puede encontrar información práctica sobre las distintas opciones para subir a la cima: https://jetsettingfools.com/hiking-mount-srd-in-dubrovnik/.