Regreso a Hverir.
Tras la primera parada de la mañana, seguimos avanzando hacia el este por la Ring Road, recorriendo el mismo trayecto que el día anterior. Como casi siempre en Islandia, conducir era una experiencia muy gratificante, radicalmente distinta de lo habitual para los que vivimos en una gran ciudad. La carretera, sin apenas tráfico, atravesaba un paisaje increíblemente áspero, mientras avanzaba hacia la cadena de montañas que cerraba el horizonte. El firme era bueno y el trazado estaba en el punto perfecto: ni demasiado monótono, ni demasiado complicado. Siempre que conduzco por esas carreteras tengo la sensación de viajar por un paisaje infinito.
Cerca de las nueve y media, llegábamos al puente sobre el Jökulsá á Fjöllum, construido en 1947. Su vano central, con una longitud de 102 metros, salva uno de los ríos glaciares más impetuosos de Islandia. A pesar de lo cual, antes de 1947 la granja de Grímsstaðir operaba un servicio de barcazas prácticamente en la misma ubicación. El actual puente sigue siendo uno de los puntos críticos del tramo septentrional de la Ring Road. A su escasa anchura y su limitación de peso, une el riesgo de ser sobrepasado cada vez que hay una crecida. Por ejemplo, en enero de 2021 estuvo prohibido cruzarlo durante varias noches, pues apenas había un metro entre las gélidas aguas del Jökulsá á Fjöllum y la calzada. Todo esto ha llevado a planificar un nuevo puente, algo más al sur. De momento, sigue siendo un proyecto.
Unos metros más allá, superado el cruce con la 864, entrábamos en terreno desconocido. A nuestra derecha, más allá de la llanura desértica, una gran mole de roca dominaba el paisaje. Era Herðubreið, una tuya de 1.682 metros de altura, considerada por muchos la reina de las montañas de Islandia. Su característica silueta, aquel día parcialmente velada por las nubes, es visible desde buena parte del noreste de la isla.
Avanzábamos sin prisa, deteniéndonos cada vez que había un espacio apropiado para aparcar. A veces, para disfrutar de los áridos paisajes, como en un mirador junto al lugar llamado Útsýnisstaður. La vista era tan extraña como fascinante. La llanura desértica terminaba en una cadena de montañas volcánicas. Más allá, se adivinaban lejanos picos con sus laderas nevadas. Todo ello bajo la omnipresente mole del Herðubreið.
También parábamos siempre que veíamos uno de los característicos paneles informativos que pueblan las carreteras de Islandia. Hace tiempo que adquirí la costumbre de fotografiarlos siempre que puedo. Suelen contener información interesante sobre la zona en la que se encuentran. Pero lo realmente valioso son sus mapas. Es difícil encontrar mejor información sobre las pistas que atraviesan las Tierras Altas. Frente a uno de esos paneles, vimos que era posible explorar una ruta distinta de la que habíamos planificado.
En el lado equivocado de Stuðlagil.
En el este de las Tierras Altas.
Para ampliar la información:
En el blog Preparar Maletas realizan una ruta algo más larga, en sentido inverso y sin rodeos por las Tierras Altas: https://www.prepararmaletas.com/2016/10/islandia-dia-5-zona-myvatn.html.
Quien no tenga experiencia conduciendo en Islandia, puede encontrar ayuda en https://depuertoenpuerto.com/conducir-en-islandia-la-guia-completa/.
En https://depuertoenpuerto.com/doce-dias-en-islandia/ se puede ver nuestro itinerario completo alrededor de Islandia durante el verano de 2020.
En inglés, se puede encontrar el itinerario directo entre Egilsstaðir y el lago Mývatn en a happy passport: https://www.ahappypassport.com/blog/ring-road-day-4.
En World Wide Travel Tips describen brevemente la ruta en invierno: https://worldwidetravel.tips/iceland/places-to-see-iceland/iceland-ring-road/myvatn-to-egilsstadir/.
La web oficial de turismo del norte de Islandia está en https://www.northiceland.is.
El blog The Happy Pontist tiene una breve reseña acerca del puente de la Ring Road sobre el Jökulsá á Fjöllum: http://happypontist.blogspot.com/2019/09/iceland-bridges-3-suspension-bridge.html.
Trackbacks/Pingbacks