Los barcos pequeños suelen atracar en la vecina (y mas importante) ciudad de Cork. Otros, como el Aida Cara, que entró en puerto después nuestro, lo hacen en el muelle industrial de Ringaskiddy, una zona industrial con aspecto poco agradable. Nosotros tuvimos mas suerte y atracamos en Cobh, frente a la estación de ferrocarril y cerca de los restos del último muelle en el que tocó tierra el Titanic. Justo enfrente teníamos un gran mural conmemorativo. Curiosamente tres días antes, en Belfast, también habíamos atracado muy cerca del dique seco en el que se construyó el barco. Cobh también está relacionado con otro naufragio tristemente célebre: el del Lusitania. El barco fue hundido por un submarino alemán en las proximidades y los supervivientes fueron transportados a Cobh, en uno de cuyos cementerios descansan 150 de las víctimas de la tragedia.
Nada mas atracar, cogimos el autobús. La excursión (Condado de Tipperary y la Roca de Cashel), organizada por la naviera, fue interesante, pero volvimos muy tarde, lo que nos dejó poco tiempo para visitar Cobh. Apenas pudimos dar un corto, aunque agradable, paseo por la zona de los muelles, hasta las inmediaciones de Pearse Square.
Fue una pena, pues aparentemente Cobh tenía bastante que ofrecer. Además de una preciosa fachada marítima, que prácticamente no ha cambiado desde los tiempos del Titanic, hay una catedral neogótica (San Colmán) y diversas actividades y museos relacionados con la historia de la zona, muy ligada a los viajes transatlánticos. Además todo está muy próximo al punto de atraque (salvo que acabes haciéndolo en Cork o en Ringaskiddy), por lo que es una escala realmente cómoda y agradable. Y, si quieres moverte un poco mas, también puedes ir en tren a Cork, en un corto trayecto de unos 25 minutos, o visitar Spike Island, cuya fortaleza estuvo en manos británicas hasta 1938.
El turismo es bastante importante como fuente de ingresos, y se nota. Además de multitud de posibles actividades, había mucha animación y la población local hacía todo lo posible por agradar. Para añadir ambiente, un grupo de señoras, vestidas con ropa de época, acudieron a despedir el barco.
Si la llegada a Cobh al amanecer fue bonita, la salida la superó con creces. Además de las señoras de época, había bastante gente en los muelles despidiendo el barco, que recorrió lentamente todo el frente marítimo de la ciudad. Varias motos acuáticas y alguna lancha nos acompañaron hasta llegar a la embocadura del puerto. Por si esto fuera poco, justo cuando pasábamos frente a Crosshaven, un puerto célebre por su ambiente marinero y su club náutico, comenzaron a salir del mismo una infinidad de veleros, que pasaron junto a nuestro costado de estribor mientras nos despedíamos de Irlanda.
La página oficial de turismo de Cobh está en http://www.visitcobh.com/index.php/languages/espanol/.
Viajando de Incógnito tiene una buena entrada sobre la ciudad: https://viajandodeincognito.com/index.php/2024/05/31/que-ver-en-cobh-el-ultimo-puerto-del-titanic/.
En inglés la página del Centro del Patrimonio de Cobh puede consultarse en http://www.cobhheritage.com.
El calendario de visitas de cruceros (en la columna «Berth» se indica el muelle de atraque previsto) está en https://www.portofcork.ie.
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