El recorrido entre Chân Mây y Hội An no estuvo falto de interés. Tardamos una hora y media en recorrer los 72 kilómetros, incluyendo una breve parada en una típica tienda de recuerdos para turistas, lo cual es una buena media para Vietnam. Es una pena que el autobús, en lugar de ir por el paso de Hải Vân, famoso por sus vistas, utilizase el túnel de seis kilómetros que se abrió al tráfico en 2005. A pesar de lo cual, pudimos disfrutar de paisajes interesantes y atravesamos parte de Đà Nẵng, donde por cierto nos cayó un tremendo aguacero.
Hội An es un antiguo puerto comercial, fundado alrededor de 1595 por miembros del clan Nguyễn, que por entonces gobernaba el centro de Vietnam. El puerto se convirtió en uno de los principales del sureste asiático, alcanzando su máxima prosperidad durante el siglo XVIII. Pero, a finales de dicho siglo, el poder los Nguyễn colapsó. Los nuevos señores de la zona no estaban interesados en el comercio. Además, habían llegado al poder con ayuda francesa, que recompensaron concediendo privilegios comerciales en el vecino Đà Nẵng, al que progresivamente se fue desplazando la actividad. Como las desgracias casi nunca vienen solas, por la misma época el puerto comenzó a cegarse con los sedimentos arrastrados por el río Thu Bồn. Al final, Hội An fue prácticamente abandonada y perdió toda relevancia desde el punto de vista comercial.
Precisamente esta sucesión de desgracias fueron las que acabaron creando la preciosa ciudad que hoy podemos visitar, indiferente a los cambios que sufrió Vietnam durante los siguientes siglos. Hasta hace poco, Hội An era como una reliquia del siglo XVIII. En 1999 la ciudad vieja fue declarada patrimonio de la UNESCO. Hoy, se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos de Vietnam, con todo lo bueno y lo malo que eso significa. Se han rehabilitado los principales monumentos, pero los locales tradicionales van desapareciendo poco a poco y toda la ciudad se va adaptando al gusto y las exigencias de su principal fuente de ingresos. A pesar de lo cual, Hội An todavía conserva parte del encanto de un lugar olvidado por el tiempo.
Nuestra visita fue en temporada baja. La presencia de turistas, siendo mas que evidente, no era asfixiante. Con la excepción de los lugares mas destacados, como el famoso puente japonés o el concurrido mercado de la calle Trần Phú, era posible visitar los sitios de interés con calma y casi en solitario. Para visitar los monumentos, era necesario adquirir una entrada combinada, que da acceso a cinco de ellos, a elegir libremente.
Comenzamos por cruzar hasta el islote de An Hội, lo cual nos permitió dar un tranquilo paseo disfrutando de la vista de la ciudad antigua, al otro lado del río. Las barcas de pesca tradicionales, amarradas con estacas clavadas en el lecho del río, daban un toque bucólico a la escena. En el centro del río, algunos pescadores faenaban con sus redes, indiferentes al ajetreo de la ciudad. Aguas abajo, en los antiguos muelles de Hội An, se amontonaban las embarcaciones turísticas, inmovilizadas durante la temporada baja.
De regreso a la orilla norte, comenzamos visitando el templo de Quan Công. Aunque se edificó en el año 1653, ha sufrido diversas renovaciones a lo largo de su dilatada historia. A pesar de lo cual, ha logrado mantener su carácter original y se le considera uno de los mejores ejemplos de la arquitectura meridional china en Hội An. Su nombre procede del general chino Quan Công, que vivió entre los años 198 y 249, recordado como una de las figuras militares mas relevantes del Periodo de los Tres Reinos. Popularmente, se conoce al templo como Chua Ong, que se traduciría como Pagoda del Hombre. Se desconoce el origen de esta denominación, aunque quizá se deba a su proximidad con Chua Ba, la Pagoda de la Dama, con la que está físicamente conectado.
De allí pasamos a la Casa Comunal Minh Huong, construida por pobladores chinos a finales del siglo XVIII en recuerdo de sus antecesores que, en el siglo XVII, fundaron el vecino pueblo homónimo. Todavía se usa por el consejo administrativo de Minh Huong y cada año, en Primavera y Otoño, se celebran ritos para honrar a sus antepasados. Durante nuestra visita, como nos ocurrió durante todo el viaje, estaban celebrando el Año Nuevo chino. El edificio estaba engalanado con cintas, farolillos e inscripciones en las que predominaba el color rojo, celebrando la llegada del Año del Gallo de Fuego.
A continuación, entramos al Salón de la Asamblea de Hainan, un edificio levantado en 1851 y en el que se rinde tributo a 108 mercaderes chinos que fueron erróneamente identificados como piratas y ejecutados. Cuando se descubrió la confusión, el propio rey Tu Duc sufragó la construcción del edificio.
Seguimos la visita en el Salón de la Asamblea de Phuc Kien, fundado en 1690 para dar servicio a los Fujian, la mayor comunidad de origen chino en Hội An. Su altar principal está dedicado a Thien Hau, diosa china del mar y protectora de los marineros. La prosperidad de la comunidad que lo soporta ha convertido este complejo en uno de los mas ricos y mejor conservados de la ciudad.
Terminamos la ronda de edificios visitando el Salón de la Asamblea Cantonesa, en el que nos llamó especialmente la atención el dragón recubierto con trozos de cerámica que había en su jardín. Fundado en 1786, su altar principal está dedicado a Quan Công, el mismo general que el primer templo que visitamos.
Cubierto nuestro cupo de edificios históricos, aprovechamos para callejear por la zona comercial de la ciudad y tomar algo en un animado café. Tras lo cual, emprendimos el regreso al Puente Japonés, junto al que debíamos tomar el autobús de regreso. El puente cubierto, quizá el lugar mas conocido de Hội An, se edificó a principios del siglo XVII por la numerosa comunidad de origen japonés que se estableció en la ciudad en dicha época. A pesar de haber agotado los cupones, aún pudimos visitar la pequeña pagoda anexa al puente: no había nadie para recogerlos.
El camino de regreso a Chân Mây se nos hizo mas largo que el de ida. Quizá se debió al cansancio acumulado durante el intenso día en Hội An, o a que el tráfico en Đà Nẵng estaba bastante mas colapsado que por la mañana. Acabamos tardando casi dos horas y llegamos a Chân Mây con el tiempo justo para subir al barco.
Muy interesante la entrada del blog El Guisante Verde Project: http://www.guisanteverdeproject.com/2015/10/hoi-an-vietnam-en-rojo.html.
En https://depuertoenpuerto.com/crucero-mar-de-la-china-meridional/ se puede ver nuestro itinerario completo por el mar de la China Meridional.
En inglés, la página Asian Historical Architecture tiene una sección dedicada a Hội An, con un mapa general e información de cada edificio: http://www.orientalarchitecture.com/cid/118/vietnam/hoi-an.
También muy recomendable la web hoian-tourism, especialmente la sección dedicada a la arquitectura: http://hoian-tourism.com/architecture.
Menos interesante, pero también digna de mención, la página oficial: http://www.hoianworldheritage.org.vn/en.hwh.