Llegamos a Grjótagjá en el primer verano de la pandemia del coronavirus, con el turismo en Islandia reducido a una cuarta parte de lo normal. Además, era nuestra última visita del día, bien avanzada la tarde. Apenas encontramos media docena de coches en su aparcamiento. Fue una suerte, pues Grjótagjá es un lugar bastante pequeño, en el que además es complicado moverse. Visitarlo en una jornada con mucha afluencia debe ser una pesadilla.
Hay dos accesos más o menos practicables a la gruta, aunque ambos tienen cierto grado de dificultad. Aun en pleno verano, lo primero que llama la atención al entrar en la cueva es la sensación de calor, así como un difuso vapor que, aunque no fui capaz de plasmar en las fotos, satura el ambiente. Grjótagjá era utilizada como lugar de baño hasta mediados de la década de 1970. Entre 1975 y 1984 el Krafla entró en erupción nada menos que nueve veces, provocando que la temperatura del agua subiera por encima de los 60ºC y haciendo imposible su uso. Desde entonces, el agua se ha enfriado hasta los 45ºC, pero sigue estando demasiado caliente para permitir el baño. La escena de Juego de Tronos tiene truco. Fue filmada en otro lugar y posteriormente montada mediante ordenador.
La gruta es parte del sistema de fisuras que recorre la zona volcánica del norte de Islandia, en el área de transición entre las placas europea y norteamericana. En cierto modo, se podría decir que Grjótagjá está a caballo de dos continentes. En concreto, se ubica en el grupo de fisuras del Krafla, que comienza en la costa del Öxarfjörður y se extiende casi 100 kilómetros hacia el sur, más allá del cráter de Hverfjall.
Como la mayor parte de Islandia, la zona en la que se ubica Grjótagjá es propiedad privada. En concreto, pertenece a la granja de Vogar. A pesar de lo cual, como también es habitual en la isla, se puede recorrer andando buena parte de su entorno. Permitir acceder libremente a todos los excursionistas forma parte de las leyes no escritas de Islandia. Aunque, durante un tiempo, el comportamiento poco cívico de algunos visitantes provocó que la entrada al interior de la gruta estuviera cerrada.
Sin ser excepcional, la visita a Grjótagjá resultó interesante. Aunque, personalmente, me pareció mucho más llamativo su exterior. Ver las grandes grietas rompiendo el terreno era un magnífico recordatorio de que estábamos en una de las regiones geológicamente más activas de Islandia. Saber que esas fisuras se extendían durante decenas de kilómetros al norte y al sur y que, además, no eran más que una minúscula parte de un sistema que recorre medio planeta daba al paisaje su auténtica magnitud.
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En https://depuertoenpuerto.com/doce-dias-en-islandia/ se puede ver nuestro itinerario completo alrededor de Islandia durante el verano de 2020.
El blog Viajamos Juntos tiene una entrada sobre Grjótagjá: https://www.viajamosjuntos.net/2013/11/13/grjotagja-cueva-lava-lago-myvatn-islandia/.
En inglés, Guide to Iceland contiene un post dedicado en buena parte a la gruta: https://guidetoiceland.is/connect-with-locals/regina/the-amazing-myvatn-area—part-iii.
En arctic adventures se puede encontrar información práctica: https://adventures.is/iceland/attractions/grjotagja-cave-hot-spring/.
Quien esté interesado en profundizar su conocimiento sobre el sistema de fisuras del Krafla, puede encontrar un interesante PDF en https://rafhladan.is/bitstream/handle/10802/12623/The%20Krafla%20fissure%20swarm.pdf?sequence=1.
Preciosa gruta, increíble paraje, sobre todo que color azul del agua en la cueva.
Muchas gracias por compartir.
Un lugar extraño y cautivador, realzado por la sensación de calor y el vapor que salía del agua. Una lástima que no pudiera captarlo en las fotos.