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Regresé a los salones interiores y consulté la previsión meteorológica. El borde de una profunda borrasca, centrada en el Mar del Norte, nos estaba golpeando. No pude evitar un sentimiento de desánimo. Esa misma mañana, había fracasado en mi intento de llegar en barco al Lysefjord. Ahora, me encontraba con un temporal que debía atravesar por partida doble. En primer lugar, durante el trayecto entre Stavanger y Hirtshals. Más tarde, entre ésta y Tórshavn. Además, me dio por consultar la situación de las carreteras en Islandia, para encontrarme con todo el este de la isla bloqueado por la nieve y el viento. Era imposible salir de Seyðisfjörður, el puerto en el que debía desembarcar cuatro días más tarde. ¿Me habría planteado un viaje demasiado ambicioso?
El Stavangerfjord zarpó con un ligero retraso, pasadas las ocho de la tarde. Una vez dejamos atrás la bocana del puerto, me fui a cenar algo y a dormir. Estaba cansado tras el intenso día y, en cualquier caso, la noche cerrada y la lluvia hacían imposible ver algo en el exterior. Al día siguiente, me desperté a las 6:30 de la mañana, con la idea de desayunar antes de la llegada a Hirtshals. El barco, prácticamente vacío, tenía un aspecto algo fantasmal. Pero, al menos, el fuerte chubasco se había convertido en una débil llovizna. Desayuné tranquilamente en el buffet, mientras mi ánimo comenzaba a recuperarse.
A las 7:45 atravesábamos la bocana del puerto. Hacia el este, más allá del puerto, la costa arenosa de la isla de Vendsyssel-Thy se extendía hasta fundirse con el horizonte. Al oeste, se podía ver la luz del cercano faro de Hirtshals. Construido en 1863 con una altura de 35 metros, es uno de los más antiguos de Dinamarca. En el interior del puerto, el MS SuperSpeed 1, un ferry de la naviera Color Line, se preparaba para zarpar rumbo a Kristiansand, en el sur de Noruega. La llegada a Hirtshals, coincidiendo con las primeras luces del alba, fue mucho más hermosa de lo que había esperado en un costa lisa y baja, a priori sin mayor interés.
En los quince minutos que el Stavangerfjord tardó en atracar, el hermoso amanecer teñido de azul que nos había recibido se transformó en un plomizo día gris. En cualquier caso, la lluvia había cesado y el mar estaba relativamente calmado. Parecía que mi suerte comenzaba a cambiar. El M/F Norröna, que todavía no había llegado a puerto, tenía previsto zarpar a primera hora de la tarde rumbo a Tórshavn, la capital de las Islas Feroe y mi siguiente destino. Bajé a tierra, con la intención de dejar el equipaje en consigna y aprovechar el tiempo de espera para dar un paseo por Hirtshals.
En inglés, la página sobre el trayecto en la web de Fjord Line está en https://www.fjordline.com/en/p/our-ferry-routes/hirtshals-stavanger-bergen.
La web Life in Norway tiene una entrada sobre las distintas opciones para viajar a Noruega en ferry: https://www.lifeinnorway.net/ferries-to-norway/.
Se puede consultar la página de la terminal de Risavika en https://www.stavangerhavn.no/en/maritim/terminals/risavika/.
La web oficial del puerto de Hirtshals está en https://www.portofhirtshals.com.
En https://www.visitdenmark.com/denmark/explore/hirtshals-fyr-lighthouse-gdk594892 hay información sobre el faro de Hirtshals.
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