Apenas disponíamos de unas cuantas horas en Kioto. Claramente insuficientes para visitar la capital cultural de Japón, una de las ciudades mas monumentales del planeta. Nuestro objetivo principal era Fushimi Inari y sus miles de torii. Para no dispersarnos y acabar perdiendo parte de nuestro precioso tiempo en desplazamientos, decidimos complementar la visita con un paseo por el vecino distrito de Higashiyama, situado algo más al norte. Un breve trayecto en metro nos dejó en la estación de Gion-Shijo, cerca del extremo septentrional del barrio.
Tras un corto paseo por la destartalada Shijo-dori, llegamos a nuestra primera visita, Yasaka-jinja, también conocido como Santuario Gion. Sus orígenes se remontan a mediados del siglo VII, aunque cobró mayor relevancia cuando, en el año 994, fue añadido a la lista de santuarios que debían ser informados por la corte imperial de los acontecimientos importantes. En 1871 se estableció una jerarquía oficial de santuarios sintoístas, en la cual Yasaka fue incluido entre los de primer orden. El santuario también es famoso por celebrar el Gion Matsuri, uno de los principales festivales de Kioto, que remonta su origen a la plaga del 869.
Nuestra visita a Yasaka-jinja fue bastante breve. Nos habíamos entretenido demasiado en Fushimi Inari y teníamos que recuperar parte del tiempo. Apenas dimos un paseo por su patio principal, en el que nos llamó especialmente la atención el kaguraden, adornado por cientos de farolillos, donados al santuario por empresas e instituciones. También nos pareció interesante el Honden, o salón principal. El edificio actual fue reconstruido en 1654, siguiendo fielmente el diseño del anterior, del año 1070. Quizá sea el mejor exponente de un peculiar estilo, conocido como Gion-zukuri.
El siguiente destino era el templo de Kodai-ji. De camino, pasamos junto al templo Daiun-in y su peculiar pagoda, que nos llamó la atención por la extraña silueta de su tejado. Aunque Daiun-in tiene sus orígenes en el siglo XVI, el templo ocupaba una amplia superficie en el centro de Kioto, por lo que fue trasladado a Higashiyama en 1973. Su característica torre es, por tanto, un añadido moderno. Según dicen, ofrece unas magníficas vistas sobre Kioto en general y Higashiyama en particular. En cualquier caso, no nos sobraba tiempo para improvisaciones. Pasamos de largo.
Kōdai-ji.
Tras visitar el templo, callejeamos brevemente por el vecindario de Kinencho, camino de Kiyomizu-dera, nuestro siguiente destino. Aprovechamos para hacer una pausa en Koma Gallery Cafe, un curioso local, mezcla de café y tienda, desde cuyo patio trasero había una hermosa vista del templo Hokan-ji. También conocido como Yasaka-no-to, su rasgo más señalado es la impresionante pagoda de 46 metros de altura, el tercer edificio de madera más alto de Kioto. No se sabe con certeza la fecha de fundación del templo, que algunos sitúan en el 592. Tras ser destruida por varios incendios, la pagoda actual es de 1440. En su construcción se empleó una técnica basada en una columna central, que permite a las plantas del edificio oscilar en caso de terremoto. Sus oscuras vigas de madera daban al edificio un aspecto añejo, muy alejado de los llamativos colores de otros templos de Kioto, que lo hacían especialmente atractivo.
Seguimos avanzando por Sanneizaka, hasta llegar a su escalinata. La calle era una curiosa amalgama, en la que sus edificios tradicionales, llenos de tiendas para turistas, enmarcaban una mezcla variopinta de visitantes, donde lo mismo podías encontrar una chica japonesa vestida de forma tradicional que un europeo en pantalón corto.
Kiyomizu-dera.
Cuando salimos de Kiyomizu-dera comenzamos a caminar hacia el suroeste, camino de la estación de tren. La idea era ir dando un tranquilo paseo, conociendo la ciudad y deteniéndonos en alguno de los numerosos templos que había de camino. El primero era Otani Hombyo. El templo aloja un gran crematorio, que da servicio a la vecina necrópolis, la mayor de Kioto. Es tan solo una parte de un complejo mayor, diseminado por ambas orillas del río Kamo. Otani Hombyo aloja el mausoleo dedicado a Shinran Shonin, el monje fundador de la rama Jōdo Shinshū del budismo, la más extendida en Japón. Pero nos lo encontramos cerrado. Eran casi las siete de la tarde. Nos tuvimos que conformar con dar un paseo sobre el hermoso puente de piedra que sirve de acceso al templo.
Tras varias horas paseando por las calles peatonales de uno de los barrios más tradicionales de Kioto, el tráfico y los pasos elevados que hay en las inmediaciones de Otani Hombyo nos devolvieron bruscamente a la realidad. Estuvimos tentados de coger un taxi y abandonar el paseo por la ciudad, que en esa zona no era nada atractiva. Pero no vimos ninguno y, en cualquier caso, el siguiente templo que queríamos visitar estaba a tan solo 700 metros. Decidimos probar suerte.
Chishaku-in es un templo de la secta Chisan-ha, perteneciente a escuela Shingon del budismo. Es famoso por su jardín histórico, del cual se dice que era el favorito de Sen no Rikyū. Una vez más, el templo es un amplio complejo, con más de 20 salones desperdigados entre la densa arboleda. Cuando llegamos a su entrada, la ausencia de público nos hizo temer que también estaría cerrado. Pero no había una puerta como tal, por lo que decidimos probar suerte. Con un resultado ambiguo. Por una parte, efectivamente habíamos llegado fuera del horario de visita. No pudimos entrar en ningún edificio o disfrutar de su jardín histórico. Ni, mucho menos, de la colección de pinturas shōheki-ga por las que el templo es famoso. Por otra, aparentemente estábamos solos en el recinto. Aunque, en realidad, no éramos las únicas personas en el templo. En Myo-o-den, un salón dedicado a la deidad Fudo-do, se estaba desarrollando algún tipo de ritual, acompañado por un rítmico toque de tambores, cuyo sonido llegaba claramente al exterior. La paz del lugar, a la que se unía la música de la ceremonia, nos trasladaron a un Japón ancestral, alejado de las muchedumbres de Kiyomizu-dera.
Fue nuestra última visita de la tarde. Un final muy relajante para un largo recorrido por la que tan solo es una de las múltiples zonas monumentales de Kioto. Aun así, habíamos dejado numerosos templos y lugares de interés de lado. Algunos, como Chion-in, porque sabíamos que estaban en restauración, con una parte del recinto cerrado al público. Otros, como Shoren-in, simplemente por falta de tiempo. Al final, en una ciudad con un patrimonio tan rico como Kioto, es imposible verlo todo en unas horas. Habíamos elegido centrarnos en uno de sus distritos y, dentro de éste, en una fracción de sus monumentos. En cualquier caso, creo que pecamos de ambiciosos. Visto con perspectiva, deberíamos haber restringido nuestra visita a Kodai-Ji, Kiyomizu-dera y el cogollo de calles peatonales que hay entre ambos. Más que suficiente para llenar media jornada.
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En el blog Viajes por Japón hay información sobre Yasaka-jinja (https://viajesporjapon.wordpress.com/2012/01/29/yasaka-jinja-八坂神社/), Hokan-ji (https://viajesporjapon.wordpress.com/2012/01/26/hokan-ji-法観寺/) y Otani Hombyo (https://viajesporjapon.wordpress.com/2012/01/22/mausoleo-otani-西大谷本廟/).
En Un Gato Nipón describen un paseo nocturno por la zona: https://www.ungatonipon.com/4559/paseo-kioto-higashiyama-templo-kiyomizudera
En https://depuertoenpuerto.com/crucero-extremo-oriente/ se puede ver el itinerario completo de nuestro viaje por Extremo Oriente.
En inglés, hay una entrada sobre Higashiyama en Japan Guide: https://www.japan-guide.com/e/e3959.html.
La página oficial de Yasaka-jinja está en http://www.yasaka-jinja.or.jp/en/.
Otani Hombyo tiene una sección propia dentro de la web del templo Higashi Honganji: http://english.higashihonganji.or.jp/tour/otani/.
La web oficial de Chishaku-in está en https://chisan.or.jp/en.
Se puede complementar la información sobre el templo en https://www.discoverkyoto.com/places-go/chishaku/.
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