Según estaba previsto, zarpamos de Lerwick a las cinco de la tarde. El cielo plomizo de la mañana se había convertido en un día agradable. Sin estar del todo despejado, los claros dominaban sobre las nubes. El sol, la ausencia de viento y la suave temperatura hacían que estar en cubierta fuera un auténtico placer. Nuestro destino era la costa norte de Islandia, por lo que el MS Rotterdam debía bordear la costa oriental de las Shetland hacia el norte de Lerwick.
Inicialmente tomamos rumbo sur, rodeando la isla de Bressay, evitando los bajíos en el canal entre ésta y Mainland, que hubiera sido la ruta más directa hacia el norte. El rodeo nos permitió pasar de nuevo frente al que fue el primer faro de la tarde: Bressa Light. Edificado en 1858 en el acceso sur al puerto de Lerwick, según el diseño de David y Thomas Stevenson, pasar junto al faro es el comienzo o el fin de cualquier viaje en barco a la capital de las Shetland. El faro se automatizó en 1989 y, seis años más tarde, los antiguos alojamientos de los fareros se vendieron al Shetland Amenity Trust, que los alquila como apartamentos turísticos. Finalmente, en 2012 la luz del faro se apagó para siempre, siendo sustituida por otra menos potente, instalada en una vecina torre de comunicaciones.
Seguimos navegando con rumbo sureste hasta superar Bard Head, en el extremo sur de Bressay. El MS Rotterdam describió un amplio arco, buscando rumbo noreste. La costa de Bressay está formada por acantilados que generalmente no llegan a los cien metros de altura. Pero, según superábamos Bard Head, se fue haciendo visible la pequeña isla de Noss. A pesar de su reducida superficie, la isla tiene un imponente acantilado de arenisca de 180 metros de altura. La fisonomía del acantilado, creando innumerables terrazas horizontales, perfectas para anidar, permite a la isla alojar una de las principales colonias de aves marinas del Atlántico Norte. A pesar de que navegábamos a cierta distancia de la costa, el espectáculo del acantilado lleno de incontables puntos blancos era impresionante. El mar y el aire frente a la pared rocosa también estaban llenos de aves, creando una llamativa escena.
Una vez superamos Noss, navegamos durante aproximadamente una hora con rumbo NNE. La única tierra visible, hacia el oeste, eran las suaves colinas de Mainland, apenas distinguibles sobre el horizonte. Sobre las siete de la tarde volvimos navegar relativamente próximos a un faro. Se trataba de Out Skerries, edificado en 1858. La torre, con una altura de unos 30 metros, se levanta en Bound Skerry, la isla más oriental del grupo y, por tanto, el extremo este de Escocia. El faro, diseñado por David y Thomas Stevenson, sigue operativo, aunque su funcionamiento está completamente automatizado desde 1972.
Volvimos a separarnos de la costa y estuvimos sin ver tierra hasta llegar a la altura de la isla de Fetlar. La visibilidad empeoraba según avanzaba la tarde. El sol estaba cada vez más bajo, a lo que se unía la neblina que lentamente iba enturbiando el horizonte. El mar estaba completamente vacío, con la única excepción de algún barco pesquero aislado. Pasamos frente al emplazamiento del faro de Balta, pero no pudimos verlo. Edificado en 1895 según diseño de David Stevenson, su estructura original fue derribada en 2003 para instalar una pequeña lámpara alimentada por energía solar.
Algo más de suerte tuvimos en el extremo norte de las islas. Pudimos ver el faro de Holm of Skaw recortándose sobre el horizonte, a pesar de ser poco más que otra pequeña estructura de unos seis metros de altura, igualmente alimentada por energía solar. Pero, para despedirnos de Escocia y de las Shetland, nos esperaba el faro de Muckle Flugga, otra creación de David y Thomas Stevenson. Hermosamente encaramado en unas rocas al norte de la isla de Unst, es el faro más septentrional de las Islas Británicas. Está operativo desde 1858, aunque a partir de 1995 su funcionamiento es totalmente automático.
Superado Muckle Flugga, el MS Rotterdam viró hacia el noroeste, enfilando directamente hacia el extremo oriental de Islandia. Nuestro siguiente destino era Akureyri, en la costa norte de la isla, de donde nos separaba un día y medio de navegación. Mientras, lentamente, el extremo norte de las Shetland se iba difuminando entre la neblina del horizonte, no pude evitar rememorar otro día, unos años antes, en el que navegamos por el Minch, junto a las islas Hébridas. A diferencia de aquel día, esta vez tuvimos un tiempo espléndido. Por una parte, muy agradable para estar en cubierta. Por otra, eché en falta el viento y la lluvia helada del Minch. Pensaba que iba a disfrutar de unas Shetland algo más salvajes, pero no pudo ser.
El blog Anotaciones al margen tiene una entrada sobre los Stevenson: https://gustos-personales.blogspot.com/2019/01/los-faros-de-la-familia-stevenson_24.html.
En inglés, la web del organismo que administra los faros de Escocia se puede encontrar en https://www.nlb.org.uk.
Algunos de los faros de las Shetland, entre ellos Bressay, se han reconvertido en alojamientos turísticos. Para informarse, se puede consultar la página https://www.shetlandlighthouse.com.
En http://robert-louis-stevenson.org/lighthouses/ hay un artículo sobre la relación de la familia Stevenson con los faros escoceses.
Sobre el mismo tema, se puede ampliar la información en http://www.bellrock.org.uk/stevensons/.
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