Despertamos mientras el Maasdam abandonaba la bahía de Wakayama, adentrándose en la de Osaka. Hacia el este, la bruma desdibujaba las islas de Jino y Tomoga, que separan ambas bahías. Por el mar se diseminaban varias barcas de pesca, entremezcladas con los mercantes que iban y venían de los grandes puertos de la bahía de Osaka. Hacia el oeste, la bruma era todavía más intensa. La isla de Awaji era poco más que una difusa mancha oscura, en la que apenas pudimos distinguir la gran estatua de Kannon, de 80 metros de altura, que se levanta en su costa nororiental. Era evidente que la hora larga que nos quedaba de navegación hasta Kobe no iba a ser memorable. Nos fuimos tranquilamente a desayunar.
La situación no mejoró mucho cuando, sobre las nueve de la mañana, nos aproximábamos al puerto de Kobe. El sol estaba ya alto en el cielo. Había más luz y la atmósfera parecía algo más clara. Simultáneamente, el calor húmedo que nos había acompañado desde que llegamos a Japón comenzaba a adueñarse del ambiente. Nos esperaba otro día de bochorno. Más allá del puerto, la difusa silueta de los edificios de Kobe se recortaba contra el verde oscuro de los montes Rokkō, que abrazan la ciudad por el norte. En algún lugar había leído que Kobe era uno de los puertos más hermosos de Japón. He de confesar que me decepcionó.
La escala en Kobe era la más larga de todo el crucero por Extremo Oriente. Disponíamos de casi catorce horas hasta que el Maasdam volviera a zarpar. Lo cual nos había generado varias dudas al planificar la jornada. Básicamente teníamos tres opciones: quedarnos todo el día en Kobe, visitar la cercana Osaka o ir hasta Kioto. Rápidamente descartamos la primera. Kobe ha sufrido tanta destrucción en el siglo XX que apenas quedan lugares de interés. Entre Osaka y Kioto, la decisión fue sencilla, aún más contando con el eficiente sistema de transporte público de Japón. Decididos a visitar la antigua capital imperial, nos surgió la segunda duda. Teníamos claro que haríamos el trayecto de unos 70 kilómetros en ferrocarril, pero podíamos elegir entre tres diferentes: el Shinkasen, el ferrocarril Hankyu o la linea de Japan Rail. Optamos por esta última. La cercanía de la estación a la terminal de cruceros y la frecuencia de paso de los trenes hacían que fuera la más rápida y segura. Además de la más barata. Un breve trayecto en tren elevado nos llevó de la terminal de cruceros a la estación de Sannomiya. Una hora después, llegábamos a la estación central de Kioto.
Por pura ignorancia, antes de planificar el viaje imaginaba Kioto como una especie de Toledo a la japonesa. Una ciudad más bien pequeña, en la que buena parte de sus edificios históricos estarían apiñados en su zona central. La realidad no podía ser más distinta. Kioto es una extensa ciudad de casi un millón y medio de habitantes, en la que la mayoría de los puntos de interés están a los pies de las colinas periféricas, en un amplio semicírculo que rodea la ciudad por el norte. Además, el patrimonio cultural de Kioto resultó ser abrumadoramente extenso. Huyendo de la típica imagen del turista que quiere ver «toda Roma» en un día, decidimos centrar nuestra visita en una zona muy concreta de la ciudad.
Entre los torii de Fushimi Inari.
Un paseo por Higashiyama.
Cuando regresamos a Kobe teníamos casi dos horas libres antes de zarpar. Habíamos pensado hacer un breve recorrido por la ciudad, acercándonos hasta el santuario de Ikuta, muy próximo a la estación de Sannomiya, o dando un paseo hasta el puerto. Al final, ni lo uno ni lo otro. Llegamos a Kobe tan cansados que nos fuimos directamente al barco en el ferrocarril elevado. Después de ducharnos y cenar, ni tan siquiera nos quedaron fuerzas para esperar a que el Maasdam zarpara a media noche. Creo que es la única ocasión en la cual, durante un crucero, me he ido a dormir con el barco todavía amarrado al muelle.
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En la misma web, recomiendan restaurantes en los que degustar la carne que ha hecho famosa a la ciudad: https://japonismo.com/blog/5-restaurantes-en-kobe-donde-comer-carne-de-kobe.
En https://depuertoenpuerto.com/crucero-extremo-oriente/ se puede ver el itinerario completo de nuestro viaje por Extremo Oriente.
En inglés, la página oficial de turismo de Kobe está en https://plus.feel-kobe.jp/en/.
La web oficial del puerto está en http://www.kobe-meriken.or.jp/english/html/terminal/index.html.
También es recomendable visitar la página sobre Kobe en Cruise Port Guide of Japan: https://www.mlit.go.jp/kankocho/cruise/detail/031/index.html.
La web de la Port Island Line está en https://www.knt-liner.co.jp/en/.
El Ferrocarril Hankyu tiene su página en https://www.hankyu.co.jp/global/en/.
La web oficial de Japan Rail está en https://global.jr-central.co.jp/en/.
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