Fushimi Inari era nuestra primera visita del día en Kioto. Queríamos pasear bajo sus famosos torii antes de que se llenaran de gente y apretara el calor. Conseguimos el primer objetivo a medias. A pesar de lo avanzado de la mañana, cuando llegamos frente al gran torii que señala la entrada occidental al santuario, pudimos ver que el nivel de visitantes era aceptable. Nada que ver con las aglomeraciones que había visto en algunas fotografías. En cambio, no tuvimos tanta suerte con el calor, que comenzaba a ser agobiante. Habíamos ido a Fushimi Inari para recorrer la senda hasta su cumbre, por lo que apenas nos detuvimos en los santuarios del recinto inferior.
Nos llevó veinte minutos llegar al estanque de Shin-ike, en cuyas inmediaciones hay una capilla dedicada a Kumataka Okami. Según la tradición, si estás buscando a alguien y das una palmada frente al estanque, éste te devolverá el eco desde la dirección en la que se encuentra esa persona. No hicimos la prueba, pero en cambio aprovechamos para tomar un refresco frente a la capilla. Además de los torii, el caminó está plagado de pequeños locales, aseos públicos, tiendas y máquinas expendedoras de refrescos. No es la faceta más espiritual de Fushimi Inari, pero hay que reconocer que fueron de agradecer en un día de intenso calor.
Poco después, llegamos a la intersección de caminos de Yotsu-tsuji, en cuyas inmediaciones había un mirador sobre la llanura de Kyoto. Éste parecía ser el destino final de buena parte de nuestros compañeros de ruta, pues a partir de aquí fuimos prácticamente solos. El camino se volvió más sinuoso, subiendo y bajando continuamente mientras saltaba de cerro en cerro, camino del Inari. De vez en cuando, se abría algún hueco en la espesa vegetación, permitiéndonos ver la ciudad de Kioto extendiéndose por una amplia llanura cubierta de bruma.
Una hora después de comenzar la ruta, llegamos a Ichinomine, el santuario en la cima del Inari dedicado a Suehiro Okami. El lugar tenía un aspecto tan primigenio como caótico, lleno de pequeños torii de madera, amontonados por todas partes. Los fieles pueden comprarlos para ofrecérselos a los kami, logrando así sus favores. Por encima, asomaban varias oyazuka, grandes y toscas rocas adornadas con cuerdas, que representan a las deidades sintoístas. Según parece, Ichinomine fue un lugar de culto incluso antes de que se levantara la primera oyazuka. Hay dos historias sobre el origen de los santuarios de Inari. La más poética, hace referencia a un arquero, que disparó a un pastel de arroz. Éste se convirtió en un cisne, que voló hasta la cima de la colina. Allí volvió a convertirse en arroz, que milagrosamente germinó. Ese sería el origen del nombre del santuario, ya que «ina» es la palabra japonesa para arroz. Otra tradición, más prosaica, afirma que Irogu no Hatanokimi, el mismo arquero de la leyenda, recibió la orden imperial de custodiar tres figuras sagradas en las tres colinas que actualmente atraviesa el camino del Inari. En lo que ambas narraciones coinciden es en situar la historia durante los primeros años del siglo VIII.
En el sinuosos camino de regreso, que primero descendía para luego volver a ascender hacia Yotsu-tsuji, fuimos encontrando varios santuarios y un pequeño estanque, con una cascada oculta entre las rocas. También había linternas, algún chōzuya y numerosas estatuas kitsune. Estos zorros de piedra, considerados espíritus del bosque, suelen llevar un objeto en la boca, que puede ser una joya, una llave, una hoz o un pergamino. Tradicionalmente han estado relacionados con Inari, al que servían de mensajeros. Aunque, en algunas ocasiones, el mismo Inari es representado como un zorro. En otras, los kitsune son adorados como deidades sintoístas.
El camino de los torii seguía adelante, serpenteando por la falda de la colina, donde el intenso bermellón de los postes contrastaba vivamente con el verde de la densa vegetación. Se desconoce el origen de los torii, aunque en Japón son mencionados por primera vez en un texto del 922. Según una teoría nacieron en la India, desde donde se expandieron junto con el budismo, evolucionando a distintas formas en cada país. Dentro de Japón, hay numerosos estilos, aunque casi todos comparten sus formas básicas, con dos postes verticales rematados por otros dos en sentido horizontal. Los de Fushimi Inari son del tipo Myōjin, con el dintel superior ligeramente curvado. Aunque algunos, como los grandes torii que señalan la entrada al recinto, son Daiwa, iguales a los anteriores pero con un aro en la parte superior de cada pilar.
Su estado de conservación es generalmente bastante bueno, aunque en ocasiones encontramos alguno, o incluso algún grupo de ellos, que iba necesitando un remozado. Por contra, otros parecían recientes. Incluso pudimos ver como un pintor perfilaba los intrincados caracteres kanji, heredados de la escritura china, en un torii aparentemente recién colocado. La tradición sigue viva y las empresas continuan regalando puertas sagradas como ofrendas a Inari. No se sabe con certeza cuantos torii hay actualmente en los alrededores de Fushimi Inari, pero según las estimaciones más conservadoras superan los 5.000.
Al final, empleamos poco más de dos horas en completar el recorrido circular, de casi cuatro kilómetros, desde la salida hasta el regreso al gran torii en las proximidades de la estación de metro de Inari. A pesar del intenso calor y la sofocante humedad, que nos castigó sobre todo durante el tramo de subida, fue una visita muy interesante, que nos permitió conocer Senbon Torii, uno de los lugares icónicos de Japón.
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El blog A una chapa del cielo tiene una entrada sobre el santuario con numerosas fotografías: http://www.aunachapadelcielo.com/2018/10/fushimi-inari.html.
En https://depuertoenpuerto.com/crucero-extremo-oriente/ se puede ver el itinerario completo de nuestro viaje por Extremo Oriente.
En inglés, la web oficial del santuario está en http://inari.jp/en/.
En la página Fushimi Inari Village recomiendan varias rutas por la zona: http://inari-village.com/routeList?locale=en.
Por último, se puede encontrar otra descripción del recorrido en Inside Kioto: https://www.insidekyoto.com/fushimi-inari-hike-kyoto.
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