Tsurugaoka Hachimangū es el jinja más importante de Kamakura. Está situado al final de Wakamiya Ōji, un sandō de 1,8 kilómetros de longitud que se ha convertido en una de las principales arterias de la ciudad. El santuario fue fundado en 1063 por Minamoto Yoriyoshi, tras lograr sofocar una rebelión de los clanes del noreste de Japón. Minamoto Yoritomo, su descendiente y el fundador del shogunato Kamakura, trasladó el santuario a su presente ubicación en 1180. El santuario mayor, situado en lo alto de una gran escalinata, fue reconstruido en 1828, siete años después de que un incendio destruyera el anterior edificio. El complejo acoge algunos santuarios menores y edificios auxiliares, así como un exuberante jardín y varios estanques.

Estanque junto a Shirahata-Jinja

Estanque junto a Shirahata-Jinja.

Llegamos a Tsurugaoka Hachimangū desde el este, procedentes de Hokoku-ji. Entramos al complejo por una vía lateral, un tanto anodina, en lugar de por Wakamiya Ōji, perdiéndonos la perspectiva del conjunto de templos rematado por el santuario mayor, en lo alto de la colina. Lo que perdimos en espectacularidad lo ganamos en tranquilidad. Cuando cruzamos bajo el torii que marca la entrada oriental al templo, eran más de las once de la mañana. El sol y la humedad creaban una sensación de bochorno que comenzaba a ser agobiante. Llegar a las calles del santuario, refrescadas por la sombra de grandes árboles, fue todo un alivio.

Shirahata-Jinja

Shirahata-Jinja.

Abandonamos la calle principal, buscando sombras más densas en las vías laterales. Así llegamos frente a Shirahata-Jinja, una capilla en la que anualmente se celebran dos rituales en honor de Minamoto Sanetomo, segundo hijo de Minamoto Yoritomo, asesinado el año 1219 mientras descendía por la escalinata del santuario mayor. Según la tradición, el arquero que le dio muerte estaba apostado tras un gigantesco ginkgo, que se mantuvo en pie hasta 2010. Shirahata-Jinja es anterior a estos acontecimientos, pues se cree que el primer edificio fue construido en el entorno del 1200. Su nombre, que se traduciría como Capilla de la Bandera Blanca, procede del color del estandarte del clan Minamoto.

En breve llegamos frente a Wakamiya, el santuario que dio origen al complejo. El edificio original ardió en 1191. Enseguida se inició su reconstrucción, a la vez que se edificaba otro santuario en lo alto de la colina, dando al conjunto su configuración actual. Wakamiya fue reconstruido por segunda vez en 1624, por orden de Tokugawa Hidetada, siendo uno de los edificios más notables de Tsurugaoka Hachimangū. Desafortunadamente, estaba en restauración, cubierto por un gran toldo gris. Algo que, como pudimos descubrir a lo largo del viaje, es relativamente frecuente en los edificios de madera del Japón.

Escalinata y rōmon de Tsurugaoka Hachimangū

Escalinata y rōmon de Tsurugaoka Hachimangū.

Dejando atrás el santuario inferior, llegamos a la gran explanada central del complejo. Nuestra atención fue inmediatamente captada por el gran santuario situado en lo alto de la escalera. Desde la explanada, su presencia era imponente. Por contra, la visión de la escalinata a pleno sol, era más bien intimidante. Sin pensarlo dos veces, subimos sus 61 peldaños, antes de que el calor arreciara. La escalera termina frente al rōmon, o gran puerta, que da acceso al santuario. La puerta fue reconstruida en 1930, tras su destrucción durante el Gran Terremoto de Kanto, en 1923. Por contra, las dos estatuas que la flanquean son las originales, regaladas al santuario en 1624 por Tokugawa Hidetada.

Hongu

Hongu.

Tras atravesar el rōmon, entramos al recinto interior, en cuyo centro está el santuario mayor. En la parte derecha del patio, cubierta por un toldo, aparentemente se celebraba un omiyamairi, o bautismo tradicional japonés, por lo que el acceso estaba vedado. Nos fuimos hacia el lado contrario, donde se almacenan tres santuarios desmontables, construidos entre los siglos XIV y XVII. También encontramos la entrada a un pequeño museo, que sinceramente no me pareció demasiado interesante. Lo mejor de su visita fue que permitía observar ciertos detalles del edificio principal difíciles de apreciar desde el patio. Los tres edificios que forman el santuario principal están decorados con más detalle y riqueza que los demás que forman el complejo. El conjunto es un magnífico ejemplo de arquitectura tradicional del periodo Edo.

Shimohaiden

Shimohaiden.

Desandamos el camino por la escalinata, para regresar a la explanada central, en la que se encuentra el kaguraden conocido como Shimohaiden. El edificio es utilizado en numerosos rituales, además de para interpretar música y danzas votivas. En el espacio que ahora ocupa, tuvo lugar la conmovedora historia de Shizuka Gozen. La dama Shizuka era una de las esposas de Minamoto Yoshitsune, a su vez hermano de Minamoto Yoritomo, el primer shogun de Kamakura. Tras una desavenencia entre los hermanos, los hombres de Yorimoto capturaron a la dama, que fue obligada a bailar delante del shogun. Mientras danzaba, Shizuka interpretaba canciones narrando la nostalgia por su marido, lo que encolerizó a Yoritomo. Afortunadamente, la esposa de éste intervino, afirmando que, de haberse encontrado ella en la misma situación, también habría entonado canciones añorando a Yoritomo. Shizuka Gozen se salvó de la ira del shogun, pero la historia tiene un final trágico. Tres años más tarde, en 1189, Yoshitsune fue capturado y obligado a suicidarse en compañía de su esposa y el hijo de ambos. El edificio en el que danzó la dama Shizuka ardió poco después, en el incendio de 1191.

Genji-ike

Genji-ike.

El jinja contiene otros edificios interesantes, además de un par de museos. Pero el tiempo se nos acababa. Comenzamos el regreso hacia la estación, ahora si, por la avenida principal. Tras pasar junto a un chōzuya del siglo XVII, nos desviamos para visitar el santuario Hataage Benzaiten. El pequeño edificio fue reconstruido en 1980, según diseños del periodo Bunsei, para conmemorar los 800 años del edificio original perdido durante la era Meiji. Se ubica en un islote en medio del estanque Genji-ike, así llamado en honor al clan Minamoto, que también era conocido como clan Genji. Al otro lado de la vía principal, hay otro estanque, conocido como Heike, nombre alternativo del clan Taira, rivales de los Minamoto. Ambos estanques están cubiertos por un denso manto de plantas de loto.

Taiko-Bashi

Taiko-Bashi.

Genji-ike y Heike están unidos por un estrecho canal, atravesado por tres puentes. El central recibe el nombre de Taiko-Bashi. El puente original, de madera lacada, fue construido en 1182. En 1697 se edificó en su lugar un puente de piedra. Destruido por el Gran Terremoto de Kanto, fue reconstruido cuatro años más tarde, en 1927. Según parece, el puente recibe su nombre de su silueta, que recuerda la de un taiko, o gran tambor tradicional japonés. Taiko-Bashi está cerrado al paso del público, que debe utilizar uno de los dos puentes de madera que lo flanquean. Elegimos el situado a occidente, para salir del mundo de los kami y regresar a la tierra de los humanos.

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Para ampliar la información:

La web Japan Experience tiene una página en la que se puede encontrar algún dato práctico: https://www.japan-experience.es/ciudad-kamakura/tsurugaoka-hachiman-gu.

En el interesante blog Japón Secreto hay una entrada sobre el Reitaisai, o Gran Festival, que se celebra cada año a finales de verano: https://japon-secreto.com/evento/tsurugaoka-hachimangu-reitaisai/.

En https://depuertoenpuerto.com/crucero-extremo-oriente/ se puede ver el itinerario completo de nuestro viaje por Extremo Oriente.

En inglés, la web oficial del santuario está en http://www.tsurugaoka-hachimangu.jp.

También es recomendable consultar el artículo de la Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/Tsurugaoka_Hachimangū.

El blog Sekai Ichi tiene un largo post sobre Tsurugaoka Hachimangū: http://sekaiichitravel.blogspot.com/2017/04/tsurugaoka-hachiman-gu.html.