El museo está ubicado a los pies de la Acrópolis, unos 300 metros al sur del Partenón. Se compone de un moderno edificio de hormigón y cristal, con tres plantas visitables y 14.000 metros cuadrados de exposición. Como era de esperar, al buscar los cimientos afloraron restos arqueológicos, datados principalmente entre los siglos IV y VII, aunque algunos se remontan al 2000 AEC. Para preservarlos, el edificio está soportado por grandes pilares de hormigón. Parte de los restos se pueden apreciar desde el exterior, junto a la fachada septentrional. Otros, mediante suelos de cristal dentro del museo o un gran hueco en la rampa de acceso. El resultado es un edificio que, a pesar de su moderno diseño, de alguna manera se integra en el entorno que lo rodea, que también se ve reflejado en sus grandes fachadas de cristal.
Las tres plantas abiertas al público son una alegoría de la Acrópolis. En la planta baja, se comienza por la sala de las laderas de la Acrópolis, donde se muestran hallazgos realizados en éstas. Dado que estaban ocupadas por pequeños templos e incluso un barrio, muchas de las piezas expuestas hacen referencia a la vida cotidiana de sus pobladores. En el primer piso, se encuentran las salas de la Acrópolis en los comienzos de su historia y la Acrópolis arcaica, con contenidos de la época en la que la colina se transforma en un centro político y religioso de primer orden. Llaman especialmente la atención los restos de uno de los dos frontones del Hecatompedón, el primer gran templo de Atenas, construido sobre el 570 AEC.
Pero la joya del museo está en la tercera planta, dedicada íntegramente al Partenón. Una gran estructura, con las mismas dimensiones y orientación que éste, ocupa la mayor parte del nivel. En ella se exponen frisos, metopas y frontones, en la misma ubicación que en el monumento original, pero a una altura que permite verlos con comodidad. Algunas piezas son originales. En otros casos, cuando éstas se encuentran en un museo extranjero, hay una réplica identificable como tal. Por último, cuando no nos ha llegado ningún resto, simplemente hay un hueco. Todo ello junto a una pared de cristal, con una magnífica vista del monumento original, encaramado sobre la colina. Desconozco como serían las otras propuestas para el museo, pero difícilmente se podría concebir mejor forma de exponer los restos originales del Partenón. El diseño transmite una belleza y una fuerza conceptual que personalmente me dejaron sin palabras.
La visita no termina aquí. De bajada, en la planta primera se recorren otras dos salas. La primera, los otros monumentos del programa de Pericles, contiene piezas del templo de Atenea Nike, los Propileos y el Erecteion. Entre las que destacan las Cariátides. Se exponen las cuatro estatuas originales que quedaban en el Erecteion y los restos de otra, destruida por un cañonazo otomano durante la guerra de independencia griega. La sexta está en el Museo Británico. La última sala, desde el siglo V AEC hasta el fin de la antigüedad, se centra en hallazgos correspondientes al amplio periodo que va desde la Atenas clásica, una vez finalizada la etapa de las grandes construcciones en la Acrópolis, hasta finales de la Edad Antigua, en el siglo VII de nuestra era.
Me pareció un museo planteado con criterios modernos, primando la calidad y contextualización de las piezas sobre su número. Pero, más allá del propio museo, me quedó la sensación de haber visitado todo un símbolo. Una declaración de intenciones. Atenas y Grecia le gritan al mundo, y especialmente al Louvre y al Museo Británico, que ya no hay excusa para postergar la restitución de los restos expoliados durante siglos de la Acrópolis. No cabe seguir manteniendo que están mejor en Londres o París que en Atenas. Ni la razón, ni la calidad de las instalaciones, ni el número de potenciales visitantes lo justifican. Algunas piezas ya han sido devueltas, desde el Vaticano, Suecia o Alemania. Quizá algún día podamos volver a ver de nuevo reunidas todas aquellas que han podido sobrevivir al paso de los siglos y la barbarie humana.
La web oficial está en https://www.theacropolismuseum.gr/en. Se supone que hay una página en español, pero ésta remite a una copia del folleto del museo en el repositorio de revistas issuu, que en principio no se puede descargar. Aunque es posible hacerlo desde https://issuu.pdf-downloader.com/index.php.
El blog lagarto rojo tiene una buena descripción del interior del museo: https://lagartorojo.es/2016/06/24/el-legado-de-la-grecia-clasica-el-museo-de-la-acropolis-de-atenas/.
En la web Wikiarquitectura hay una página dedicada al edifico desde el punto de vista arquitectónico: https://es.wikiarquitectura.com/edificio/nuevo-museo-de-la-acropolis/.
No a todo el mundo parece gustarle el nuevo museo. Se puede contrastar una visión crítica en https://ctxt.es/es/20170830/Culturas/14740/ctxt-el-ministerio-arte-museo-acr%C3%B3polis-roberto-valencia.htm. Una lectura larga pero muy interesante, se esté o no de acuerdo con el autor.
En https://depuertoenpuerto.com/de-atenas-a-venecia/ se puede ver nuestro itinerario entre Atenas y Venecia.
En inglés, quien esté interesado en la polémica sobre la devolución de los mármoles ubicados en Londres y París puede visitar https://www.theguardian.com/artanddesign/jonathanjonesblog/2014/aug/18/parthenon-marbles-greece-return-acropolis-museum y https://archaeology-travel.com/museums/the-parthenon-marbles-in-the-louvre/. El punto de vista contrario, en https://www.theguardian.com/artanddesign/2019/jan/29/british-museum-director-is-right-the-parthenon-marbles-belong-to-us-all.
En https://theconversation.com/la-historia-arrebatada-se-avecina-un-final-feliz-para-los-relieves-del-partenon-196948? encontraremos información actualizada sobre los mármoles.
Abundando sobre el mismo tema, recomiendo visitar https://www.parthenonuk.com, o apoyar la campaña para el regreso de las piezas expoliadas en https://bringthemback.org.