Cuando desperté, poco antes de las seis de la mañana, Le Lyrial navegaba lentamente al suroeste de Goli Rat, en el extremo occidental de Mljet. La sensación de serenidad era increíble. Hacia el este, las suaves colinas de Mljet, completamente cubiertas por un denso pinar, se elevaban una tras otra, apenas distinguibles a la tenue luz del amanecer. El sol comenzaba a salir tímidamente tras la parte mas elevada de la isla. Unos minutos mas tarde, mientras navegábamos hacia el pequeño puerto de Pomena, el sol se elevó sobre el horizonte, tiñendo por unos instantes el cielo y el mar de intensos tonos rojizos. Fue el amanecer mas hermoso de todo el viaje.
Poco después de la ocho, desembarcábamos en Pomena. El pequeño asentamiento, con poco mas de cincuenta habitantes permanentes, es el principal punto de entrada al parque nacional, al que llegan los transbordadores rápidos desde Korcula, Hvar, Split, Brac o Dubrovnik. Desde sus muelles nos dirigimos hacia la carretera que sale rumbo al este, mas allá de la caseta de entrada al parque nacional. Al poco, una senda empedrada se adentraba en el espeso bosque hacia el sur. Nos llevó a la pista que bordea los lagos que hay en el interior del parque. Siguiéndola hacia el este, encontramos el embarcadero de Mali Most, desde el que salen las barcas que llevan a la isla de Santa María. El paseo apenas nos llevó media hora, al que hubo que añadir una corta espera hasta que llegó el barco.
Buena parte del parque nacional está ocupado por dos lagos. El mas occidental es Malo Jezero. Mas al este se encuentra Veliko Jezero, de mayor superficie y en cuya parte meridional se encuentra la isla de Santa María (Sveta Marija), destino final de nuestra excursión. Los dos lagos son de agua salada y su altura fluctúa con las mareas, aunque en menor medida que el mar circundante. Se supone que antiguamente eran alimentados por manantiales, pero se excavaron dos canales, comunicando ambos lagos entre si y con el mar, aparentemente con el fin de erradicar la malaria. Se consiguió acabar con los mosquitos que transmiten la enfermedad, pero también salinizar los lagos. Aunque no está del todo claro si previamente sus aguas eran completamente dulces o ya había filtraciones de agua marina. En cualquier caso, el resultado es un curioso ecosistema, con lagos de agua salada apenas conectados con el mar abierto, creando un entorno tan atractivo como peculiar.
El trayecto en barco desde Mali Most hasta Santa María apenas dura quince minutos, entre un agradable paisaje de pinares que llegan hasta la misma orilla. La isla, de tan solo 5.000 metros cuadrados de superficie, aloja un monasterio benedictino, construido entre 1177 y 1198. Posteriormente, se fueron añadiendo una iglesia románica y una muralla defensiva. Tanto la iglesia como el monasterio sufrieron varias reformas y ampliaciones, presentando actualmente una mezcla de estilos, con predominio del barroco. El monasterio fue clausurado durante la ocupación francesa de la República de Ragusa, cayendo en el abandono. Por un breve periodo, entre 1960 y 1991, se convirtió en un hotel. Posteriormente, fue devuelto a la diócesis de Dubrovnik, que recientemente ha comenzado un lento proceso de restauración. Aunque pintoresco, el conjunto no nos pareció especialmente notable, pero la visita mereció la pena. Pasear tranquilamente por la isla, recorriendo los vestigios dejados por siglos de ocupación humana, mientras disfrutábamos de las bucólicas vistas del lago, fue una experiencia muy agradable.
Sobre las 10:30 estábamos de vuelta en Mali Most. Íbamos sobrados de tiempo, por lo que aprovechamos para darnos un chapuzón en los lagos. Una de sus peculiaridades es la notable diferencia de temperatura entre ellos. La temperatura en Malo Jezero es mas elevada que la de su hermano mayor en verano y por contra mas baja en invierno. También es diferente la salinidad de su agua superficial, bastante inferior en Malo Jezero, aunque se incrementa con la profundidad, reforzando la hipótesis de una conexión subterránea entre el lago y el mar. Por contra, en Veliko Jezero la salinidad desciende según se profundiza en sus aguas. Durante nuestra visita, una fuerte corriente de agua fluía desde Malo Jezero. Además de bañarnos en sus tranquilas y cálidas aguas, nos entretuvimos dejándonos llevar por el canal, hasta llegar a las aguas mas saladas y frías de Veliko Jezero.
Terminado el baño, desandamos el camino a través de los pinares hasta llegar de nuevo a Pomena. Cuando regresamos al puerto, acababa de atracar un transbordador que hacía la ruta entre Split y Dubrovnik, con varias escalas intermedias. Descendieron unos cuantos pasajeros, que no fueron suficientes para alterar la tranquilidad del lugar. El calor y las limpias aguas en torno al puerto, de un intenso azul turquesa, invitaban a otro chapuzón. Pero nuestra última lancha zarpaba a las 11:30. No nos quedó mas remedio que cambiar el apetecible baño en Pomena por una ducha a bordo de Le Lyrial.
The Wanderings tiene una interesante entrada sobre la isla: https://thewanderingsblog.com/visitar-mljet/.
También es recomendable visitar el blog la Maleta de Carla, mas centrado en el parque nacional: https://lamaletadecarla.com/consejos-recomendaciones-parque-nacional-mljet/.
En inglés, la página oficial del parque nacional está en http://np-mljet.hr/en/.
En https://www.mljettravel.com se puede visitar una web dedicada al turismo en la isla.
Hay bastante información sobre el parque nacional en https://www.croatia-expert.com/national_park_mljet.
Quien quiera ir en ferry hasta la isla puede encontrar información en https://www.croatiaferries.com/mljet-island-ferries.htm y en https://www.absolute-croatia.com/travel-information/dubrovnik-travel-information/ferry-information/item/dubrovnik-to-mljet-korcula-lastovo-catamaran.