Gråkallbanen, el tranvía más septentrional del mundo.
Descendí del Gråkallbanen en la parada de Skansen, con la idea de dar un paseo hasta Nidaros. Al poco de bajar encontré la iglesia de Ilen, un templo edificado en 1889, cuyo elemento más interesante es su órgano, construido el mismo año por Claus Jensen. Pero la iglesia estaba cerrada, por lo que proseguí andando por Elvegata, camino del puente Elgeseter, construido en 1951 para unir el centro de la ciudad con el barrio homónimo.
Mi principal interés por el puente era contemplar la vista de Nidaros desde la otra orilla del río, pero tengo que reconocer que ésta resultó decepcionante. La mole del palacio arzobispal bloqueaba parcialmente la perspectiva. Era evidente que las espléndidas fotos que había visto, con Nidaros al otro lado del Nidelva, estaban tomadas desde otro lugar, al este del puente. En cualquier caso, me estaba quedando sin tiempo para investigar, por lo que decidí dar media vuelta y, de camino al puerto, recorrer brevemente el entorno de la catedral.
Nidaros no estaba tan hermosa como durante mi anterior visita. Aunque, siendo sincero, el listón había quedado demasiado alto. En esta ocasión, apenas había nieve en la zona, que además estaba más concurrida. Y era más tarde, por lo que tampoco pude disfrutar de la suave luz del amanecer. En cualquier caso, ni la catedral ni su entorno me decepcionaron. Como no disponía de tiempo para visitar el interior, me limité a rodear el edificio por el sur, para terminar dando un paseo por su cementerio, donde las tumbas se alternan con la arboleda.
Continué mi recorrido, callejeando por el casco histórico de Trondheim, hasta llegar frente a Vår Frue kirke, o la iglesia de Nuestra Señora, uno de los templos más antiguos de la ciudad. La iglesia parece tener su origen en el siglo XII, aunque posteriormente sufrió diversos incendios, con las subsiguientes reconstrucciones, que alteraron notablemente su aspecto original. A finales del siglo XIX se llevó a cabo una intensa restauración, buscando devolver a la iglesia su apariencia medieval. En su interior se conserva un retablo de mediados del XVIII, inicialmente destinado a la catedral de Nidaros. En cualquier caso, quedaba poco más de media hora para que zarpara el Polarlys, por lo que tuve que renunciar a entrar en la iglesia, acelerando el paso camino del puerto.
Pese a ser una de las ciudades más antiguas de Noruega, Trondheim tiene una estructura vial asombrosamente moderna, fruto de los sucesivos incendios que la han asolado. El de 1651, quizá el más devastador, consumió nueve de cada diez edificios. Tras el de 1681 que, entre otras construcciones, destruyó Vår Frue kirke, se tomó la decisión de reformar la trama urbana, designando para la tarea al arquitecto luxemburgués Johan Caspar von Cicignon. Con el fin de impedir que futuros incendios se extendieran sin control, éste diseñó amplias avenidas, que actuarían a modo de cortafuegos. Avenidas que me permitieron llegar al barco con el tiempo justo para pasar por el camarote y cambiar de cámara, antes de zarpar rumbo a Bodø y el Ártico noruego.
If you see this after your page is loaded completely, leafletJS files are missing.
En Profundidad de Campo hay una larga e interesante entrada sobre Trondheim en invierno: https://profundidad.net/blog/que-ver-y-hacer-en-trondheim.
También recomiendo visitar el blog Mad About Travel: https://madaboutravel.com/2015/10/31/que-ver-en-trondheim-en-dos-dias/.
En https://depuertoenpuerto.com/de-copenhague-a-tromso/ se puede ver todo mi viaje invernal entre Copenhague y Tromsø.
En inglés, la sección sobre Trondheim del blog Life in Norway es una mina de información: https://www.lifeinnorway.net/places/trondheim/.
La página oficial de turismo de Trondheim está en https://www.trondheim.com.
La web del puerto está en https://trondheimhavn.no/Home.aspx, aunque también se puede encontrar información en https://www.cruise-norway.no/Ports/Trondheim/.