Llegamos a nuestro destino tras un breve trayecto en el impecable metro de Singapur, que a esas horas iba prácticamente vacío. Aunque había un acceso directo desde la calle, no lo encontramos y acabamos saliendo por el centro comercial ION Orchard. Tardamos un rato en aclararnos y conseguir salir al mundo exterior. Por un momento, me sentí como uno de esos personajes de las películas españolas de los sesenta que llegaba a Madrid y se abrumaba por el laberinto de calles y el trajín de la ciudad. La sensación siguió cuando conseguimos salir a la calle, en la intersección de Orchard con Paterson Road. Parecía que habíamos llegado a un lugar un tanto apabullante, dominado por el lujo, el orden y la modernidad. No me extraña que sea uno de los paraísos del turismo de compras de Oriente.
Tras ubicarnos, comenzamos a andar con dirección al centro de Singapur. Orchard Road es una increíble sucesión de centros comerciales, a cual más lujoso. Casi se la podría definir como un centro de centros comerciales (¿un meta centro comercial?). Aunque no teníamos la menor intención de comprar nada, he de reconocer que el paseo fue agradable. Las amplias aceras, los frondosos árboles, los magníficos edificios y el intenso pero ordenado trasiego de personas, invitaban a andar tranquilamente por la calle.
Al poco, llegamos al que era en realidad el principal objetivo del paseo: Emerald Hill Road. Desde Orchard Road, la calle no parece gran cosa. A un lado, la esquina entre ambas calles está ocupada por la oficina de turismo de Singapur. Al otro, por el primero de una serie de chiringuitos que llenan los primeros metros de Emerald Hill. Pero, tras un comienzo tan poco prometedor, se esconde una de las joyas arquitectónicas de Singapur: una sucesión de viviendas unifamiliares edificadas a principios del siglo XX, en su mayor parte en un peculiar estilo que algunos han denominado «barroco chino», aunque también las hay de estilo modernista. Inicialmente construidas para la comunidad Peranakan, las casas sobrevivieron a la conquista y ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial.
Parte de la calle se cerró al tráfico rodado en 1981. En 1989 sus edificios fueron incluidos en el plan de conservación de áreas históricas. El grado de protección obliga a los propietarios a seguir un estricto procedimiento para cualquier reforma, o incluso para pintar las fachadas, en las que solo se pueden utilizar tonos previamente aprobados. Las viviendas presentan un magnífico estado de conservación y el barrio sigue siendo uno de los más cotizados de Singapur. No es de extrañar, pues a la belleza de sus casas se une la posibilidad de vivir en un remanso de paz ubicado junto a la principal zona comercial de la ciudad.
Regresamos de nuevo a Orchard Road. Muy pronto estuvimos frente a la entrada al Istana, el palacio presidencial de Singapur. Situado en un parque de 43 hectáreas, el conjunto de edificios tiene su origen en 1867, año en que el gobierno colonial británico adquirió el terreno, hasta entonces parte de una plantación, para construir el alojamiento del gobernador de las Colonias de los Estrechos. Tras la independencia, se convirtió en la residencia oficial del presidente. El recinto se abre al público cinco veces al año, coincidiendo con varias festividades nacionales. El día de nuestra visita no era ninguna de ellas, por lo que tuvimos que conformarnos con ver la verja cerrada y los espectaculares árboles de lluvia que flanquean el camino de acceso.
Poco después llegamos al lugar en el que Bras Basah Road cambia su nombre por el de Orchard. Aunque en realidad Orchard Road seguía hacia nuestra derecha, convertida en una calle mucho más modesta, que llegaba hasta la misma puerta del Museo Nacional de Singapur. El edificio del museo, de estilo neo-renacentista, se edificó en 1887. Como todos los edificios históricos de Singapur, presentaba un aspecto magnífico, que invitaba a entrar. Pero era demasiado tarde, por lo que decidimos dejarlo para nuestro tercer día en la ciudad, cuando pensábamos regresar por los alrededores.
A partir del museo, Orchard Road se convierte en Stamford Road, aunque en sentido estricto es al revés. Seguimos un rato por esta última calle, hasta llegar al complejo de Raffles City. Ya conocíamos la zona. Nos habíamos alojado en un hotel del complejo antes de embarcar. Además, se nos hacía tarde, pues queríamos disfrutar de un último atardecer desde la terraza del camarote. Cogimos de nuevo el metro en la estación de City Hall y emprendimos el regreso a Marina Bay.
La entrada sobre Orchard Road en civitatis está en https://www.disfrutasingapur.com/orchard-road.
En el siempre interesante blog Kris por el mundo se pueden encontrar consejos prácticos para visitar la ciudad: https://www.krisporelmundo.com/guia-rapida-para-viajar-a-singapur/.
En inglés, hay una entrada con numerosas fotografías de Emerald Hill Road en el blog ink + adventure: http://inkandadventure.blogspot.com.es/2016/03/singapore-houses-of-emerald-hill.html.
La página oficial Visit Singapore está llena de datos e información práctica. Muy recomendable visitar http://www.visitsingapore.com/travel-guide-tips/getting-around/tourist-guide-maps-apps/ y descargar alguna de las aplicaciones reseñadas.