El tercer día de viaje hacia el norte sería un tanto atípico. En realidad, la navegación ocuparía menos de media jornada, en su mayor parte durante las horas «nocturnas». Pasaríamos trece horas y media amarrados a los muelles de Nuuk, la capital y mayor ciudad de Groenlandia. Atracaríamos a las 7:30, para zarpar a las 21:00. Mi plan era aprovechar para recorrer tranquilamente sus calles.

Niebla al sur de Nuuk

Niebla al sur de Nuuk.

Salí a cubierta por primera vez pasadas las seis y media de la mañana. El Sarfaq Ittuk llevaba tiempo navegando por la sección exterior del enorme sistema de fiordos en el que se asienta Nuuk. En concreto, acabábamos de atravesar la boca del Ameralik y nos aproximábamos al canal entre Qeqertarsuaq y la isla de Aqissersiorfik. A priori, la navegación debería haber sido interesante. Pero, una vez más, avanzábamos entre la niebla. Desde la cubierta superior, apenas podía adivinar la orilla, salpicada de manchas de nieve. Llegamos al puerto de la capital de Groenlandia sin apenas poder ver algo que no fuera la difusa silueta de las embarcaciones atracadas en sus muelles.

El puerto de Nuuk entre la niebla

El puerto de Nuuk entre la niebla.

Nuuk se encuentra a más de 20 kilómetros de mar abierto, protegida por un laberinto de islotes y escollos. El puerto de la antigua Godthåb se ubica al oeste de la ciudad, en la orilla suroriental del Nuup Kangerlua. Actualmente solo se utiliza como punto de partida para rutas turísticas. El puerto moderno se encuentra en el sureste, aprovechando la protección adicional de una ensenada. Entre 2015 y 2017 se creó una nueva terminal de contenedores, algo más al este. Nuuk es, con diferencia, el principal puerto de Groenlandia. Sus aguas profundas y la corriente marina del Atlántico Norte, que llega desde el sur, suelen mantenerlo libre de hielos durante todo el año.

En Skonnertkaj

En Skonnertkaj.

Atracamos en Skonnertkaj, un muelle construido en 1953 y ampliado entre 1970 y 1971. Justo frente a las oficinas de Royal Arctic Line, la principal naviera del país y, a través de Arctic Umiaq Line, la dueña del Sarfaq Ittuk. Royal Arctic Line fue fundada en 1993 y es propiedad del gobierno de Groenlandia. Tiene la concesión exclusiva del transporte marítimo de la isla. A cambio, está obligada a mantener un determinado nivel de servicio, tanto en la costa occidental como oriental de la isla, abasteciendo las localidades más remotas.

Un largo paseo por Nuuk.

Pasé más de ocho horas dando un largo paseo por Nuuk, en el que pude recorrer tanto su antiguo barrio colonial como el moderno centro de la ciudad. De camino, visité un par de museos.
Qinngorput

Qinngorput.

Zarpamos a las nueve de una tarde que nuevamente parecía ir a peor. Aún no había bajado la niebla, pero tampoco quedaba el menor rastro de los cielos despejados que pude disfrutar durante la segunda parte de mi largo paseo por Nuuk. Al menos, era posible divisar tanto la terminal de contenedores como Qinngorput, el barrio residencial que hay más allá.

En el Nuup Kangerlua

En el Nuup Kangerlua.

Tan pronto como quedó atrás el extremo meridional de Nuuk, el Sarfaq Ittuk enfiló decididamente hacia el suroeste, buscando la boca del Nuup Kangerlua. Con 160 kilómetros de longitud, es el mayor del sistema de fiordos en el que se asienta Nuuk. Sistema que a su vez es el segundo mayor de Groenlandia, tan solo superado por Scoresby Sund, en el lado opuesto de la isla. También es la zona en la que durante la Edad Media los noruegos establecieron su asentamiento occidental, el más pequeño de los dos que fundaron en Groenlandia. Aunque aquel asentamiento tuvo su centro en la granja de Sandnæs, cerca del fondo del Lysufjord, unos 80 kilómetros al este de Nuuk.

Dejando Nuuk atrás

Dejando Nuuk atrás.

Dejábamos atrás una ciudad que, como es habitual en Groenlandia, ganaba con la distancia. También ayudaba el entorno natural. Las grandes moles de roca, parcialmente cubiertas de nieve, se elevaban hasta perderse entre las nubes, formando un hermoso telón de fondo.

El Sermitsiaq entre las nubes

El Sermitsiaq entre las nubes.

Mientras tanto, el Sermitsiaq, la mayor cumbre en el entorno de Nuuk, se resistía a mostrarse en todo su esplendor. En ocasiones, los 1.210 metros de altitud de su cima eran suficientes para que esta despuntara sobre las nubes más bajas, aunque las laderas permanecían veladas. Cuando las laderas se despejaban, era la cima la que volvía a ocultarse. Aunque en ningún momento logré ver al completo la montaña, cuyo nombre se traduciría como «la cuna», aquellos juegos entre la roca y las nubes fueron lo mejor de la salida de Nuuk. Suficientes para mantenerme entretenido un buen rato, mientras lograba alguna fotografía interesante.

Baja la niebla en el Nuup Kangerlua

Baja la niebla en el Nuup Kangerlua.

Pero el espectáculo no duró ni una hora. Poco antes de las diez, las nubes acabaron ganando la batalla. Entre tanto, en la orilla más cercana del fiordo, las negras laderas de roca comenzaban a desaparecer tras una incipiente niebla. Aún era pronto, pero estaba cansado, tras la larga caminata. Y la primera escala de la mañana siguiente sería a las siete. Aunque la noche ni había llegado ni se la esperaba, lo más razonable sería dar la jornada por concluida.

Para ampliar la información.

No he conseguido encontrar nada interesante en español, más allá de un brevísimo artículo en la Wikipedia, con algún error: https://es.wikipedia.org/wiki/Puerto_de_Nuuk.

En inglés, la web oficial del puerto está en https://sikuki.gl/the-ports/port-of-nuuk/.

Los taxis acuáticos de Nuuk son una buena forma de moverse por la zona. También organizan excursiones por el fiordo, que zarpan desde el mismo puerto: https://nuukwatertaxi.gl/.

En https://visitnuuk.com/ encontrarás la web oficial de turismo de la ciudad.