Está formada por unas 40.000 columnas basálticas de forma hexagonal, fruto de una erupción volcánica hace 50 ó 60 millones de años, aunque no falta la leyenda local sobre su formación, que además es la responsable de su nombre.
El acceso se hace desde el centro de visitantes, situado junto a un gran aparcamiento. Desde dicho centro, hay una carretera asfaltada que lleva hasta la calzada propiamente dicha. Este camino se puede recorrer andando o en autobús. Salvo que llueva o tengas impedimentos para andar, no creo que tenga sentido coger el autobús. El paseo, además de ser corto y cómodo, te permite integrarte en el entorno y disfrutar de la belleza del resto del paisaje que rodea a la calzada.
Para volver, decidimos seguir una ruta alternativa que, en lugar de ir junto a la costa, recorre la parte alta de los acantilados. Para encontrarla hay que seguir andando, hacia el este de la calzada, hasta que la carretera de asfalto se convierte en un camino de tierra. Al seguirlo, el camino va girando hacia el norte, a la vez que empieza a acercarse a la pared del acantilado. Un poco más adelante, cuando estás casi debajo de una zona acantilada, encuentras otro camino que da la vuelta a la derecha, en dirección sur. No tiene pérdida, pues es el único camino existente. Una vez que llegas a lo alto del acantilado, te encuentras con otro camino. Hay que girar de nuevo a la derecha, de vuelta hacia el centro de visitantes. En total, no llegan a tres kilómetros de ruta andando, que se puede hacer sin demasiado esfuerzo, siempre que se esté en una forma física normal. Lo único necesario es llevar ropa y calzado cómodos y adecuados para andar por caminos. Solo en el tramo final de subida encuentras una pendiente pronunciada y hay que ir con cuidado, pues el camino no está muy bien conservado y hay rocas sueltas.
La ruta alternativa de vuelta nos permitió tres cosas. La primera, apartarnos de la multitud y disfrutar del entorno con tranquilidad. La segunda, visitar una zona de columnas basálticas muy interesantes en la pared del acantilado. Al contrario que las de la parte baja de la calzada, que ves «desde arriba», estas se ven lateralmente, en formaciones de varios metros de altura, lo que permite apreciar otros detalles de su formación.
Por último, el camino de vuelta nos permitió apreciar la zona desde una cierta altura. A lo largo del camino hay un par de miradores desde los que la perspectiva es fantástica. También es agradable la vista en la dirección opuesta: hacia las verdes praderas de la bucólica Irlanda.
El blog Viajando de Incógnito tiene una estupenda entrada sobre la zona: https://viajandodeincognito.com/index.php/2022/03/14/viaje-a-irlanda-dia-9-castillo-de-dunluce-calzada-del-gigante-castillo-de-dunseverick-carrick-a-rede-ballintoy-dark-hedges-torr-head-cushendu-cushendall-carrickfergus/.
Artículo de la Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Calzada_del_Gigante.
Quien esté interesado en conocer el proceso de formación de las columnas hexagonales de la Calzada del Gigante, puede visitar http://culturacientifica.com/2015/10/14/como-se-formaron-las-columnas-hexagonales-de-la-calzada-del-gigante/.
En Descubrir UK hay información práctica en Español: http://www.descubriruk.com/calzada-del-gigante.html.
Página oficial (en inglés): http://www.nationaltrust.org.uk/giants-causeway.
Dentro de esta misma página, hay una sección especial dedicada a los senderos (en inglés): https://www.nationaltrust.org.uk/giants-causeway/lists/take-a-hike.
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