El jardín de Nan Lian

Hong Kong es una ciudad llena de sorpresas. Una de ellas es la posibilidad de encontrar en pleno Diamond Hill, una zona antiguamente célebre por sus asentamientos de chabolas, un magnífico ejemplo de jardín chino clásico. Al igual que el vecino convento de Chi Lin, el jardín está inspirado en el estilo de la dinastía Tang, que gobernó entre los años 618 y 907, en uno de los periodos de mayor prosperidad material e intelectual de la China clásica. Pero es un jardín de reciente creación: se inauguró en 2006, como un proyecto conjunto entre el citado convento y el gobierno de Hong Kong.

A pesar de no ser muy extenso y estar prácticamente rodeado de autopistas, el jardín es un remanso de paz. El uso inteligente de pantallas acústicas le aísla del bullicio de la ciudad. Todo en sus 35.000 metros cuadrados está perfectamente estudiado para inspirar tranquilidad. Cada uno de los elementos del parque está meticulosamente colocado con ese fin: plantas, rocas, estructuras de madera, estanques, tienen un lugar concreto. Los niveles de limpieza y mantenimiento solo pueden calificarse como impecables. La sensación de armonía es increíble y, aunque parezca mentira, se ve reforzada por los edificios de apartamentos que sobresalen por encima de la vegetación. El contraste entre el sereno espacio interior y las altas torres, ayuda a realzar el valor del primero.

El acceso al jardín es gratuito y se suele hacer por su entrada oeste, llamada Puerta del Dintel Negro, la mas próxima al centro comercial Plaza Hollywood y la estación de metro de Diamond Hill. Nada mas entrar, encontramos un panel de madera con los cuatro caracteres chinos que identifican al parque: Nan (sur), Lian (loto), Yuan (jardín) y Chi (estanque). Su traducción podría ser «jardín del estanque del loto del sur». Un poco mas adelante, a la izquierda, hay una caseta de información en la que entregan un folleto explicativo del parque, que incluye un plano. Aunque el parque no es muy grande y es prácticamente imposible perderse, el folleto es muy interesante y ayuda a comprender y poner en contexto los diversos elementos del jardín.

Poco después, se llega al elemento central del jardín: el Pabellón de la Perfección Absoluta. La estructura octogonal, pintada en tonos dorados, está ubicada en una isla. Dos puentes clásicos, pintados de rojo, comunican la isla con el jardín. A pesar de su lejanía con la estética occidental, es imposible no sentirse atraído por la mezcla de colores y elementos: el amarillo de la pagoda, el rojo de los puentes, el verde de la vegetación y el azul del cielo, crean un efecto de gran belleza, que se ve reflejado en el estanque.

Tras superar el pabellón, que hace las veces de elemento focal del jardín, el entorno invita a perderse en un paseo sin rumbo. Aunque hay una ruta prefijada, que supuestamente permite apreciar los aspectos mas estéticos del jardín, es fácil dejarse llevar por los sentidos, que incitan a explorar sin orden los hermosos paisajes artificiales. Nan Lian es una fiesta para los amantes de la fotografía. El día de nuestra visita, el precioso cielo azul y la escasa afluencia de visitantes se conjugaron para realzar la belleza del lugar, que nos invitaba a dar una y otra vuelta por sus caminos. Pero, al otro lado de la calle, los tejados del convento de Chi Lin parecían llamarnos con una fuerza irresistible.