A la luz azulada del alba, Harstad semejaba una estampa de anuncio navideño. La pequeña ciudad, que comenzaba a despertar, parecía un remanso de paz, en una apacible mañana invernal. Según zarpábamos, desde el costado de babor pude ver un barco que se aproximaba al puerto. Era el Lofoten, otro buque de Hurtigruten. Aunque su silueta no era la habitual de la naviera. Por contra, parecía sacado de otra época. Es el segundo barco mas antiguo de la naviera, detrás del Nordstjernen. Botado en 1964, el Lofoten es casi una reliquia flotante, que en realidad pertenece a la generación anterior de barcos de Hurtigruten. Sigue realizando el trayecto clásico entre Bergen y Kirkenes, lo que permite hacer el itinerario por un precio bastante mas reducido y en un ambiente mas nostálgico. A cambio, hay que renunciar a una parte de las comodidades que ofrecen barcos modernos como el Finnmarken. Según se puede leer en la web de Hurtigruten, queda poco tiempo para navegar en este veterano barco, que será jubilado en Diciembre de 2020.
Una vez zarpamos de Harstad, el Finnmarken debía cruzar el Vågsfjorden, un amplio brazo de mar rodeado de islas, que tardamos unos noventa minutos en atravesar en medio de un apacible amanecer. El cielo estaba mas cubierto que en días anteriores pero, por contra, el viento era inexistente. El sol, jugando entre las cambiantes nubes y las montañas nevadas, creaba continuamente interesantes juegos de luces.
Sobre las nueve y cuarto entrábamos en el Tranøyfjorden, mas angosto que el anterior fiordo. Navegábamos entre las islas de Dyrøya al sur y Senja, la segunda isla mas extensa de la Noruega continental, al norte. Desde la cubierta del Finnmarken, ambas presentaban un aspecto muy similar. Una sucesión de montañas cubiertas por bosques y nieve, que llegaba hasta la orilla del mar. De vez en cuando, alguna granja rompía la uniformidad del paisaje. Dyrøya apenas tiene 152 habitantes. Senja está algo mas poblada, con buena parte de sus habitantes concentrados en Silsand y otros núcleos de su lado oriental. La isla es famosa por la variedad de sus paisajes, hasta el punto de ser conocida como «Noruega en miniatura», aunque el Finnmarken navegaba lejos de su abrupta costa occidental.
El fiordo se iba estrechando y, mirando hacia proa, parecía no tener salida. A la altura de Nordhamnodden, el Finnmarken describió un amplio viraje a babor y entró en el Finnfjorden. Frente a nosotros, apareció Finnsnes, nuestra siguiente escala. Según nos adentrábamos entre las islas, había ido aumentando el viento, a la vez que disminuía la temperatura, que en Finnsnes era de seis grados bajo cero. La mas baja en lo que llevábamos de viaje. Aunque un viento gélido que venía del este hacía descender la sensación térmica hasta los doce grados negativos.
A las once atracábamos en Finnsnes, un pequeño núcleo de unos 4.600 habitantes ubicado en el continente, frente al extremo meridional del estrecho de Gisundet, que separa la isla de Senja de Europa. Estrecho que salva el cercano puente de Gisundbrua, inaugurado en 1972. Como siempre, había un reducido grupo de personas en el muelle, esperando para subir abordo. La escala era de media hora, por lo que decidí bajar a tierra. Simplemente para dar un brevísimo paseo y hacer alguna foto, ya que no había ningún lugar cercano al que ir en tan escaso tiempo.
Tras zarpar y pasar bajo el puente de Gisund, nos internamos en el Gisundet. De nuevo, el paisaje era muy similar en ambos costados del Finnmarken. Una sucesión de granjas se alternaba con los bosques. Todo cubierto por un manto blanco, que llegaba hasta la orilla del mar. Las montañas se elevaban suavemente hacia el interior, donde desaparecían los árboles dejando las laderas cubiertas únicamente por la nieve. El paisaje era hermoso pero algo monótono. El estrecho tiene 35 kilómetros de longitud, por lo que tardaríamos mas de una hora en atravesarlo. Aproveché para ir a comer. Conseguí una mesa junto al ventanal de popa, que compartí con un alemán. Comimos tranquilamente, mientras comentábamos nuestras experiencias durante el viaje, viendo desfilar los bosques nevados ante nuestros ojos.
Cuando regresé a cubierta estábamos cruzando el fiordo de Malangen. Con unos 60 kilómetros de longitud, Malangen discurre inicialmente entre las islas de Senja y Kvaløya. Tras serpentear entre Gisundet y Straumsfjorden, se interna en el continente, donde se ramifica en varios brazos. Llegábamos del estrecho de Gisundet. Tromsø, nuestro siguiente destino, estaba mas allá del Straumsfjorden, por lo que cruzamos Malangen perpendicularmente. El paisaje estaba cambiando. Las suaves montañas se iban haciendo mas agrestes, altas y rocosas. También cambió el tiempo. Un viento fuerte y helado barría la cubierta. Mirando hacia babor pude ver a lo lejos, durante unos breves minutos, el mar abierto. Fue la única vez, en un día que el Finnmarken pasó entre las islas del condado de Troms, navegando siempre por canales interiores.
Al llegar al Straumsfjorden, comenzaron a disminuir tanto la intensidad del viento como el frío en cubierta. Por contra, aumentaba el interés del paisaje. Comenzaron a abrirse claros entre las nubes y el sol del largo atardecer bañaba las laderas nevadas. Cerca del extremo oriental del fiordo, llegamos a la altura de Ryøya, una pequeña isla deshabitada rodeada por el Rystraumen, una de las corrientes de marea mas fuertes de Noruega. Tan fuerte, que la Universidad Ártica, dueña de la isla, está estudiando su posible aprovechamiento energético. Ryøya también acoge un reducido grupo de bueyes almizcleros, el único del ártico noruego.
Poco después de superar la isla, viramos hacia el norte, adentrándonos en el Balsfjorden, que se extiende unos 57 kilómetros al sur de Tromsøya, la isla en la que se ubica Tromsø. Pero el Finnmarken entró al Balsfjorden muy cerca de Grindøysundet, en su extremo superior. Apenas media hora mas tarde, estábamos llegando a puerto.
Tromsø en invierno.
En Hurtigruten en invierno, la guía completa, he preparado una recopilación de todos los artículos del blog sobre mi viaje en el MS Finnmarken.
También se puede ver todo el recorrido invernal que realicé por Noruega en https://depuertoenpuerto.com/noruega-en-invierno/.
En el blog Andén 27 se describe el mismo itinerario en verano: http://anden-27.blogspot.com/2016/02/hurtigruten-dia-5.html.
La web oficial de turismo de Noruega también tiene una página dedicada al expreso de la costa: https://www.visitnorway.es/organiza-tu-viaje/como-moverse/en-barco/hurtigruten/, así como una sección dedicada a las islas Lofoten: https://www.visitnorway.es/que-ver-en-noruega/norte-de-noruega/islas-lofoten/.
La página del representante de Hurtigruten para España y Portugal está en https://www.hurtigrutenspain.com/destinos/noruega/bergen-kirkenes-bergen/, aunque no permite hacer reservas, solo ver información y solicitar presupuestos.
En inglés, la web oficial está en https://global.hurtigruten.com/destinations/norway/classic-round-voyage-bergen-kirkenes-bergen. Aquí si se pueden ver los camarotes disponibles y hacer la compra en línea.
La página oficial de turismo del archipiélago de las Lofoten está en https://lofoten.info/lofoten.
Las islas de Senja y Dyrøy comparten web oficial de turismo: https://www.visitsenja.no/en.
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